5 consejos para enfrentar el duelo en las fechas especiales

Las fechas significativas quizás desencadenen tristeza, angustia o vacío tras perder un ser querido. Te contamos qué pasos y decisiones tomar para navegar ese dolor en días emotivos.

Escrito y verificado por la psicóloga Elena Sanz.

Última actualización: 30 junio, 2023

El luto es un proceso complejo y doloroso. Aunque cada persona lleva su ritmo, toma mínimo entre 6 meses y dos años transitarlo (Maciejewski, 2007) y, en este transcurso, habrá momentos más difíciles. En aniversarios, cumpleaños, navidades, por ejemplo, resurge la nostalgia, la añoranza y la tristeza. Por eso, te compartimos algunos consejos para enfrentar el duelo en las fechas especiales.

Tal y como señalan varios autores en Continuing Bonds (2014), en muchas ocasiones el duelo nunca termina. De forma progresiva nos adaptamos a esa nueva vida en la que el fallecido ya no está y aprendemos a funcionar de nuevo en su ausencia; pero es normal y esperable que ciertas emociones sean recurrentes.

Así, en lugar de taparlas o forzarnos a deshacernos de ellas, lo más saludable es aprender a gestionarlas.

El duelo en las fechas especiales: ¿por qué se complica?

El primer año tras la pérdida de un ser querido tiende a ser el más desafiante y duro. Y esto se debe, en parte, a que es la primera vez que vivimos una serie de fechas especiales sin esta persona. Con la llegada de cada uno de estos días, surge una nueva realización respecto a su ausencia que se hace más dolorosa y palpable que nunca.

Incluso, en años venideros, es posible que estos días del calendario desencadenen las denominadas punzadas del duelo. Este término alude a una serie de sentimientos que sobrevienen de forma inesperada y cuando ya pensábamos superado el evento, inundándonos la tristeza, angustia, miedo o vacío.

El problema no solo radica en el malestar que estas emociones generan, sino en que, además, es frecuente sentir culpa por su presencia. Muchas veces la presión social es fuerte y las personas esperan que, más pronto que tarde, seas capaz de disfrutar de nuevo de tu vida e involucrarte como antes en estas festividades. Entonces, ¿qué hacer ante este cúmulo de vivencias internas?

Claves para enfrentar el duelo en las fechas especiales

Siguiendo las pautas de autocuidado propuestas en el Manual de Capacitación para Acompañamiento y Abordaje de Duelo, de Fundasil y Unicef, estas son algunas recomendaciones en caso de que te cueste gestionar tus emociones cuando se acercan los eventos emotivos.

1. Date permiso para sentir

Validar tus propias emociones es la tarea clave a abordar en estos momentos. No te culpes por sentir tristeza, miedo, rabia o nostalgia, no trates de reprimir ese sentir o de camuflarlo. Es común optar por esa estrategia, con el fin de complacer o no preocupar a quienes nos rodean o para evitar reproches de terceros por nuestra actitud.

No obstante, recuerda que tienes derecho a sentir lo que sientes y que solo dejando entrar al dolor lo procesarás y liberarás.

2. Comunícate de forma asertiva

En este punto es importante poner límites o comunicar de forma clara a los demás cómo te sientes y qué necesitas. Si sus comentarios o presiones te duelen, hazlo saber de modo asertivo.

Asimismo, ábrete a expresarte y compartir con ellos tu sentir; esta es una excelente manera de liberar y regular las emociones. Tal como sugiere un artículo publicado en Revista de Psicoterapia, se trata de un factor esencial para evitar el duelo complicado.

También considera explicar a tus seres cercanos de qué forma ayudarte. ¿Deseas tener compañía ese día o prefieres que te dejen espacio? ¿Necesitas hablar o quisieras distraer la mente en alguna actividad agradable? No temas pedir ayuda para enfrentar el duelo en fechas especiales.

3. Toma decisiones conscientes

Una de las cuestiones más comunes es la que abarca la disyuntiva entre participar o no de los festejos o reuniones en esos días señalados. La decisión depende de cada persona, pues tan lícito es querer formar parte como preferir mantenerse al margen.

Es probable que la tristeza y la añoranza generen un primer impulso de aislamiento y de evitación de esa celebración que te confronta con el dolor. Pero la evitación no siempre es la mejor estrategia, ya que puede perpetuar el malestar y retrasar la recuperación.

Por ello, en cualquier caso, reflexiona sobre lo que en realidad requieres en este momento y toma una decisión consciente, sin dejarte llevar por el miedo o por las presiones ajenas. Recuerda que es una opción transformar las tradiciones existentes, haciendo algo nuevo con ellas; de este modo se simboliza el inicio de una nueva etapa vital.

4. Honra la memoria de tu ser querido

Los rituales son un recurso de gran valor mientras se transita el duelo (Rivas, 2010). Y es que estos pequeños actos nos permiten recordar al ser querido, honrar su memoria y tenerlo presente durante las celebraciones o eventos.

Puedes colocar una fotografía de esa persona presidiendo la mesa o compartir en familia los mejores momentos que cada uno vivió con dicha persona.

Las opciones son múltiples y el único requisito es que este ritual te haga sentir bien y ayude a procesar esas sensaciones incómodas y a transformar el dolor en una emoción más cercana a la calma y la gratitud.

5. Deja espacio al bienestar

Por último, recuerda que, si las emociones negativas tienen espacio en estos momentos, las positivas también. Muchas veces, tras una pérdida nos negamos el derecho a disfrutar, a estar tranquilos o a vivir momentos bonitos, ya que entendemos esto como una suerte de traición hacia quien ya no está.

Ten en cuenta que asistir a una reunión agradable no elimina el amor por esa persona ni la añoranza por su ausencia; es solo un paso saludable para seguir adelante. Procura alejar la culpa que brota ante tales circunstancias.

Manejar el duelo en las fechas especiales es una decisión personal

Los anteriores son solo algunos consejos que ayudan, pero eres tú quien decide cómo gestionar esos momentos.

Recuerda escucharte, prestar atención a tus necesidades y atender a tus emociones. Toma las decisiones que se sientan mejor para ti y valida tu proceso. Cada persona lleva su propio ritmo.