7 consejos para entender mejor la psicología infantil
Los avances que se han producido en psicología infantil a lo largo del último siglo han sido espectaculares. De esta manera, la formación de los padres en esta rama de la psicología puede facilitar mucho el desempeño de su rol frente a sus hijos. Además, este conocimiento puede ser especialmente útil a la hora de identificar y conocer algunas peculiaridades de los pequeños, como lo que les hace reír o llorar, lo que les gusta o lo que no, lo que les motiva y lo que les causa apatía, etc.
Así, conociendo la psicología infantil y las particularidades de sus hijos, los padres contaran con herramientas y recursos para hacerlo mejor. Podrán poner límites con más seguridad, sabrán qué pedirles y qué no a determinada edad y tendrán una idea de qué posición tomar ante sus primeras aventuras o relaciones sociales.
Los padres que se preocupan por sus hijos les escuchan, pero también tratan de interpretar sus comportamientos. Una interpretación que no es fácil, porque en ella a menudo se mezclan los miedos y las aspiraciones propias con las observaciones objetivas.
Una mezcla que se da con tal rapidez que, una vez hecha la confusión, es complicado deshacerla. Este es otro de los motivos, junto a los que hemos expuesto antes, por los que la psicología infantil puede echarles una mano a unos padres en dificultades. Vamos con ella!
“Desde el punto de vista moral e intelectual, el niño no nace bueno ni malo sino dueño de su destino”
-Jean Piaget-
La importancia de los padres en el desarrollo psicológico del niño
El papel de los padres es clave en el desarrollo psicológico del niño. Con frecuencia la falta de conciencia sobre el desarrollo infantil hace que los padres se pregunten sobre la idoneidad de determinadas normas y costumbres, dando lugar a una inseguridad que los niños saben aprovechar.
Un estudio realizado por la doctora Brenda Volling, de la Universidad de Michigan, reveló que los niños se ven afectados directamente por la cantidad de tiempo que un padre invierte en su desarrollo. Por lo tanto, es importante que los padres se informen sobre los diferentes aspectos de la psicología y desarrollo infantil para que puedan contribuir de manera significativa al crecimiento emocional y mental del niño.
“El objetivo de la educación no es aumentar el nivel de conocimiento sino crear posibilidades al niño de inventar y descubrir, crear hombres capaces de hacer nuevas cosas”
-Jean Piaget-
Qué hacer para comprender mejor la psicología infantil
La paternidad es algo más que satisfacer las necesidades de nuestros hijos y ofrecerles todas las comodidades y facilidades. Ser padre o ser madre es una responsabilidad que implica estar siempre ahí, implica tener la suficiente paciencia como para acompañar a nuestros hijos en el proceso de aprendizaje, pero sin hacer las tareas o superar los retos por ellos.
Para eso es necesario comprender la psicología de la infancia. Ello no implica leer todos los libros y artículos habidos y por haber sobre el tema. Saber no está mal, por supuesto, pero para lo verdaderamente importante no hace falta recurrir a nada externo.
1.- Observa a tus hijos, ya que la observación es la clave. Una de las maneras más simples, pero más eficaces para aprender psicología infantil es la observación. Es decir, mostrar interés en lo que los hijos están haciendo o diciendo. Observar sus acciones, expresiones y temperamento cuando comen, duermen y juegan.
2.- Pasa tiempo de calidad con tus hijos. Los padres de hoy están ocupados con el trabajo y el hogar. La multitarea les permite hacerse cargo de muchas cosas a la vez, una de esas “cosas” son los hijos. Pero los hijos no son una tarea más. Si quieres entender a tus hijos tienes que pasar tiempo con ellos, tiempo de calidad en el que ellos sean lo único.
3.- Presta atención al entorno de tu hijo, incluido el que tú creas para él. La investigación ha demostrado que el comportamiento y las actitudes de un niño están determinados en gran medida por el ambiente que en el que crece. Para conocer mejor al niño se debe prestar atención al medio ambiente en el que vive.
La investigación también demuestra que el medio ambiente modula el desarrollo del cerebro infantil, que a su vez afecta el desarrollo del lenguaje y las habilidades cognitivas. Así, un ambiente que carezca de estimulación, en especial durante los primeros años, puede comprometer seriamente la evolución normal del niño en determinados procesos psicológicos básicos, como el uso del lenguaje. Un ejemplo muy conocido de este tipo de privación es el caso de Genie.
4 – Comprende cómo funciona el cerebro de un niño. La comprensión de cómo funciona el cerebro de un niño puede ayudarte a aprender sobre su comportamiento, su toma de decisiones, su forma de actuar socialmente, su lógica y sus habilidades cognitivas. Saber cómo funciona el cerebro infantil te ayudará a transformar las experiencias negativas en experiencias positivas y oportunidades.
5 – Escuchar y dejar a los hijos que cuenten sus historias. Hablar es bueno, pero escuchar es mucho más importante cuando se tiene una conversación con un hijo. Inicia una conversación con tu hijo y escucha lo que quiera decir. Los niños pueden no ser capaces de expresarse con claridad, por lo que se debe prestar atención a las palabras que usan y también a sus señales no verbales.
6 – Haz las preguntas correctas. Si quieres que tu hijo te cuente algo en concreto debes hacer las preguntas adecuadas para facilitar que ellos te den una respuesta concreta sobre lo que quieres saber o entender. Y no esquives sus preguntas. Si tú no respondes a lo que ellos quieren saber será más difícil que ellos quieran contarte algo.
7 – Observa a otros niños. A veces la observación de otros niños de la misma edad puede ayudarte a entender mejor a tu hijo, su comportamiento o su manera de adaptarse al entorno social. También te puede ayudar a identificar los puntos fuertes y débiles que determinan su personalidad.
Como decíamos al principio del artículo, la psicología infantil ha avanzado mucho en los últimos años. Nos hemos dado cuenta de que los niños no son adultos en miniatura. No se trata de que sus mentes tengan más o menos capacidad que la de un adulto, sino de que funcionan de manera distinta. Así, adquirir conocimientos en este sentido -cuando estamos en contacto con niños- puede ayudarnos a tratar con ellos y a echarles una mano en su desarrollo. Es enorme el poder que tenemos en este sentido y muy pequeña la parte que utilizamos.
