Cuatro mitos sobre el manejo del mal comportamiento de los niños
La mayoría de los padres se toman el tiempo necesario para prevenir el mal comportamiento de los niños. Pero también existen algunos mitos que afectan este esfuerzo, empeorando la mala conducta.
Mito 1. El castigo cambia el mal comportamiento
La idea general nos dice que las consecuencias a la mala conducta infantil harán que esta cambie o se modifique. Por esto no es raro que algunos padres crean que al llamar la atención o eliminar algún privilegio corregirán automáticamente los problemas de comportamiento. Estas llamadas de atención no son realmente útiles para mejorar el comportamiento de forma permanente.
Los especialistas en educación se han dado cuenta de que el castigo solo funciona de manera temporal. Al inicio puede haber un efecto positivo por semanas o meses, pero con el tiempo solo funciona por horas o días. Los cambios deseados se logran cuando el castigo es una parte mínima del manejo del comportamiento con refuerzo positivo.
Mito 2. El niño busca manipular
Se suele creer que los niños buscan manipular la situación a su conveniencia. Aunque esto puede ser cierto en algunos casos, la mayoría se comporta en base a las consecuencias y premios que reciben y no para manipularnos.
Lo que los padres suelen ver como un comportamiento manipulador, en realidad es una tendencia a las acciones irritables que los propios padres pudieron reforzar y convertir en una costumbre con sus reacciones. La siguiente vez que tu hijo se comporte mal, analiza si esa actitud pretende obtener tu atención, evitar alguna responsabilidad u obtener algún objeto específico. De esta forma entenderás las razones del comportamiento y modificarás tus reacciones.
Mito 3. Más recordatorios generan un mejor comportamiento
Es común que debamos recordarle a nuestros hijos sus obligaciones. Sin embargo, algunos niños son más rebeldes y los recordatorios constantes caen en oídos sordos. Los psicólogos recomiendan que el recordatorio se haga una sola vez, así los niños comprenden que confiamos en ellos y les generamos mayor sentido de la responsabilidad. Si el niño no cumple con sus obligaciones se recomienda imponer un castigo acorde y dar un premio cuando el niño cumple con sus deberes. Por ejemplo, si deseamos que el niño limpie su habitación, se lo debemos indicar una vez. Si pasado un tiempo razonable no lo ha hecho, entonces se puede castigar limitando el uso del internet algunas horas y premiando con una salida extra si ha cumplido con lo solicitado.
Mito 4. Demasiados premios afectan al niño
Algunos padres creen que al premiar a sus hijos los perjudican perolgunas investigaciones han demostrado que la atención positiva que los niños reciben con los premios genera un impacto positivo en su comportamiento. Para asegurarse de que así sea, es importante premiar a los niños con responsabilidad y sin exceso. Es mejor limitarse a una frase de agradecimiento que dar un premio caro. El premio bien usado es una de las mejores opciones para cambiar la conducta de tu hijo.
Foto cortesía de Shane Wilson Link