Cómo curar la herida del rechazo
¿Quién no tiene miedo al rechazo? Probablemente, ese temor viva contigo todos los días, pero no eres consciente de ello. El problema es que solo nosotros tenemos la autoridad para rechazarnos o aceptarnos. No permitas que nadie te rechace, ¡eso es cosa tuya!
A pesar de ser conscientes de esto, no podemos evitar que nuestra autoestima se vea afectada cuando alguien nos rechaza. Nos volvemos más susceptibles, nos aislamos de los demás e incluso dejamos de cuidarnos.
“Me tomo el rechazo como alguien que sopla una trompeta en mi oído que me despierta para ponerme en marcha, en lugar de retirarme”.
-Sylvester Stallone-
Hoy aprenderás cómo curar la herida del rechazo. Una herida que suele provocar que demos aquello que hemos recibido, es decir, haremos todo lo posible por ser rechazados porque es lo que conocemos.
Cuídate a ti mismo
No puedes evitar ser rechazado, aunque sí puedes aceptar o no ese rechazo. Debes ser capaz de apreciarte, de valorarte y de invertir en ti mismo. Puedes seguir como estás, pues cambiar es difícil y quizás te encuentres bastante inseguro. Pero, ¿prefieres rechazar el rechazo o seguir aceptándolo? Solo en ti reside esta opción, nadie la va a poder tomar por ti. Alguien puede mostrarte su rechazo, pero si lo tomas, en última instancia, quien se estará rechazando, eres tú.
El rechazo te hace débil, susceptible y puede sumirte en la depresión. Debes mirarte a ti mismo y saber bien quién eres. ¡Perdónate! Todos cometemos errores, pero eso no justifica que los demás puedan rechazarnos. ¿Quién eres tú para rechazarme? ¿Acaso yo rechazo a otros?
Nunca permitas que el hecho de que te rechacen te convierta a ti en el primero que pague con la misma moneda. Tú vales mucho. Descúbrete, valórate y date el aprecio que te mereces…
“La aceptación, el valor, no puede dártelo la gente, tú mismo tienes que dártelo. No permitas que nadie marque tu corazón”.
-Bernardo Stamateas-
Habla bien de ti
Es difícil hablar bien de los demás muchas veces, ¿o es al revés? En ocasiones, sabemos apreciar los puntos fuertes de las otras personas, aquello en lo que destacan. Es más fácil ver las cosas en otras personas, tanto las buenas como las malas. Pero, ¿qué pasa en cuanto a nosotros mismos? Ahí nos encontramos con una barrera. Empieza a hablar hoy bien de ti con estos sencillos consejos:
- Nombra tus puntos fuertes
- Determina que el día de hoy ¡es tu mejor día!
- Piensa que lo que salga de tu boca te curará o te dañará
- Transforma tu diálogo interno en algo positivo
Hoy es el día y el momento en el que debes empezar a hablar bien de ti mismo para recuperarte y encontrarte cada día mejor. El rechazo provoca malestar, angustia y nos hace sentir que no valemos nada. Pero lo que los demás puedan decir de ti o cómo puedan responderte ¡no te define! Estar seguro de ti mismo es el primer paso para ir con la cabeza bien alta ante la cantidad de rechazos a los que te tendrás que enfrentar.
Regálate lo mejor
Para empezar a valorarte debes brindarte lo mejor. Si comes, come lo mejor; si te vistes, viste lo mejor. Valórate, regálate y prémiate continuamente. Debes mimarte a ti mismo, pues nadie más lo hará. Para que esto sea mucho más sencillo, regálate también la posibilidad de rodearte con gente que realmente sea positiva para ti.
Busca la compañía de aquellas personas que le añadan valor a tu vida y no te lo arrebate, que aumenten tu autoestima y no la pisoteen. Estas personas positivas de las que te rodearás permitirán que saques lo mejor de ti, que explotes todo lo que tienes dentro y aún no ha salido al exterior, por miedo.
“La felicitación es agradable y la aprobación útil, pero no trabajes buscando la aprobación de los demás, el hacerlo te hará desviarte del objetivo y de la meta”
-Bernardo Stamateas-
Pero en tu búsqueda de la liberación de todo rechazo y la curación de tus heridas, no caigas en la tentadora búsqueda de aprobación que te puede hacer caer en otras redes aún peores.
Busca solo tu aprobación, apóyate en los demás para impulsarte, pero no para acomodarte. Invertir en ti y valorarte como persona será el primer paso importante para empezar a cuidar de ti, para empezar a vivir sin miedo al rechazo.
Aprende a estar contigo mismo
Cuando sepamos estar con nosotros mismos, difícilmente nos sentiremos rechazados. El rechazo hace que nos sintamos poco queridos, vacíos; es una forma de confirmar nuestra poca valía poco personas, o eso pensamos. Sin embargo, si aprendemos a estar con nosotros mismos, nos sentiremos llenos allí donde estemos, sin necesidad de la aprobación de nadie más. Tan sólo nos haremos falta nosotros para sentirnos en buena compañía.
El rechazo duele. Sentir que alguien nos arroja al exilio de su vida puede hacer que sintamos un enorme dolor en nuestro interior. “¿Qué hay de malo en mí?, ¿qué he hecho?, ¿tan mala persona soy?, ¿tan poco valgo?”, son algunas de las preguntas que pueden rondarnos por la mente. Sin embargo, el rechazo no radica tanto en la otra persona como en nosotros. Nuestra realidad la forma aquello a lo que prestamos atención, por lo que focalizarnos en el rechazo sólo empeorará las cosas.
Así pues, si cerramos los ojos y respiramos profundamente unas cuantas veces, comenzaremos un largo viaje llamado meditación que nos permitirá no volver a sentirnos rechazados. ¿Por qué? Porque nos habremos encontrado. Si aprendemos a conocernos y a trasformar nuestra mente a través de la meditación, el rechazo pasará a un segundo plano.
Cortesía imágenes de Mandy Tsung, Jeremiah Ketner, Pascal Campion