Déjà vu, la sensación de lo ya vivido
Pongamos un ejemplo de lo que podría un ser un déjà vu : Acompañamos a un amigo a ver el piso que ha alquilado, llegamos a esa calle cualquiera de una ciudad cualquiera y tenemos una súbita sensación:… Esos árboles, la forma de los edificios, el modo en que el sol cae en las esquinas….
Hay algo que nos es íntimamente familiar y no logramos situarlo en nuestra memoria. ¿Hemos estado ahí antes? No, es imposible, porque es la primera vez que vemos ese lugar. Entonces, ¿qué está ocurriendo en nuestro cerebro? ¿Por qué estamos convencidos de que lo conocemos de algo, de que lo hemos visto antes?
1. Investigación científica
En los últimos años, el déjà vu ha sido sometido a una serie investigaciones psicológicas y neurofisiológicas que nos permiten tener algunos datos al respecto. Y la realidad es que este fénomeno está ahí, siempre ha ocurrido, en todas las culturas, en todas las épocas y con la misma prevalencia en hombres que en mujeres.
La única diferencia que merece la pena señalar se refiere al corte de edad (entre los 20 y los 25 suele tener mayor intensidad). También es destacable otra cuestión, y es que este fenómeno está más presente entre personas con un carácter más sensible, o individuos más creativos o intuitivos.
¿Tiene explicación?
La primera explicación que se debe tener en cuenta es que el déjà vu no es un hecho sobrenatural. Los científicos lo atribuyen a un solapamiento entre los sistemas neurológicos responsables de la memoria a corto plazo (sucesos que se perciben como pertenecientes al presente) y los responsables de la memoria a largo plazo (sucesos que se perciben como pertenecientes al pasado).
En otras palabras, los científicos explican el déjà vu como un proceso en que la mente inconsciente percibe el entorno antes que la mente consciente. Es decir, que sí se trata de un fenómeno con una base consistente.
Existe un estudio realizado a este respecto, lo realizó Akira O’Connor, de la Universidad de Leeds. O’Connor analizó el caso de un hombre de Sidney, un profesor de literatura ciego desde su nacimiento que manifestaba tener continuas sensaciones de “déjà vu”.
Sus experiencias se basaban en sensaciones, en súbitas sensaciones de ir a un lugar nuevo por primera vez y “sentir” que ya lo conocía, o hablar con personas desconocidas y creer que eran amistades ya consolidadas.
Este estudio les permitió deducir que el “dèjá vu” no se basa exclusivamente en el canal visual, es decir, cuando vemos esa calle por primera vez nos sentimos asaltados por una serie de sensaciones inexplicables que quizá tendríamos igualmente si tuviéramos los ojos tapados. Entonces ¿qué otra explicación se ha propuesto sobre el déjà vu?
2. Déjà vu, ¿memoria de los sueños?
Aunque en los últimos tiempos se han publicado muchas teorías al respecto, hoy en día la investigación prosigue en el campo de los sueños, en averiguar de qué modo “almacena o reorganiza” la información el cerebro cuando nos encontramos en este estado de inconsciencia.
Es un campo de estudios realmente interesante si tenemos en cuenta que la mayoría de los sueños que experimentamos por las noches, casi nunca son recordados… una persona que duerme puede presentar un gran despliegue de actividad en zonas cerebrales relacionadas con el proceso de la memoria de largo plazo; soñamos con viajes, con personas, con extrañas historias y con historias no tan ilógicas…
Es posible que un 5% de lo que recordamos son solo sueños y no realidades. Las investigaciones, sin duda, van a proseguir; mientras, todos seguiremos experimentando este fenómeno que nos intriga y desconcierta a la vez, porque… ¿Quién no ha sentido nunca un pequeño “déjà vu”?