Depresión e incomprensión

Depresión e incomprensión
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Escrito por Valeria Sabater

Última actualización: 09 septiembre, 2023

La depresión nunca ha sido fácil de definir para los expertos. Ninguna depresión es igual y de nada sirve el mismo tratamiento psicológico para dos personas, puesto que el sufrimiento, el dolor y la experiencia vivida cambia mucho entre unos y otros.

Pero el dolor está ahí. La falta, el vacío o el problema bombea en nuestro interior de un modo silencioso e invisible. Porque en ocasiones, las peores heridas no dejan cicatriz exterior, sino una lesión en nuestro ser que dificilmente puede ser entendida por quienes nos rodean.
“Es que mamá siempre está igual”. Dicen en ocasiones esos hijos que ven a sus madres o padres encerrados en la habitación sin demasiadas ganas de levantarse, o tomando una medicación que desconocen para qué es. En ocasiones, una depresión se alarga mucho en el tiempo, y lejos de encontrar ese apoyo esencial de los nuestros, nos encontramos solo con el escepticismo y la crítica. Una realidad común que hunde aún más a la persona deprimida.

1. Depresión y soledad

El dolor no tiene forma ni color. El dolor se mastica en silencio y se digiere. Hay quienes lo afrontan de mejor modo y se ayudan de estrategias y adecuados objetivos que, poco a poco, van asumiendo día a día para vencer la depresión.

Otros, sin embargo, deben vivirla en silencio para depurarla día a día, para entender la forma de ese sufrimiento y hacerle frente. Pues como suele decirse, para vencer a un enemigo primero debemos conocer su nombre y su rostro para después, poder debilitarlo. Pero en ocasiones cuesta, y es aún más complicado si quienes están a nuestro alrededor, solo nos muestran incomprensión y más vacíos.

La persona deprimida es una persona con una sintomatología concreta que en muchas ocasiones, escapa a su control. Se siente cansado, sin fuerzas, con apatía y con falta de motivación. La mayoría de sus pensamientos van a ser negativos, y puede que hasta muestre cierto resentimiento. Si no disponemos de un círculo familiar y social que entienda esto, es complicado que podamos superar la depresión.

Es complicado de entender sobre todo para los niños, y requiere de un gran esfuerzo de voluntad, afecto y respeto por parte de los cónyuges y otros familiares. Si nos ven como “personas apáticas y blandas” y no como “personas con un problema a superar”, van a hacer muy poco por nosotros, salvo ofrecernos más dolor.

2. La importancia de entender a la persona deprimida

Es algo vital. Una depresión no es un resfriado. No es algo que uno elige tener o que sea resultado de un “carácter débil”. Nadie es inmune a ella y como tal, debe ser entendida y respetada.

Cuando alguno de nosotros experimentamos esta realidad, es fundamental que no lo escondamos y que lo pongamos en común con nuestra familia y todo nuestro círculo social más cercano. “Tengo depresión, mi problema es éste. No puedo superar tal cosa, no sé cómo enfrentarme a tal dimensión y me siento de este modo”.

Básico también que lo entiendan los más pequeños, que sepan que no estamos cansados o que los queremos menos, o que estamos enfadados con ellos. Estamos enfermos y necesitamos de toda la ayuda y amor posible. Hay personas que prefieren esconder la realidad de la depresión a sus hijos para evitar que sufran, o simplemente, porque piensan que los más pequeños no lo van a entender.

Pero los niños necesitan saber y comprender qué ocurre. Todos en casa deben saber qué es dicho trastorno psicológico y qué se necesita para superarlo: una medicación determinada, una terapia adecuada, y ante todo, el apoyo y la sincera comprensión familiar. Sin ella, la depresión puede volverse crónica.

Es algo que no debemos descuidar. El reconocimiento y apoyo a la persona deprimida es algo vital en nuestro día a día. Hemos de tener en cuenta que el diagnóstico de la depresión supone casi un 10% en las consultas de atención primaria, y como tal, deben desplegarse todo tipo de instrumentos para la ayuda a estas personas. Siendo la comprensión y el apoyo familiar, lo más importante.

Debemos evitar ante todo esa común afirmación de “Tengo depresión y me siento solo/a”. Apoya a quienes tengas a tu alrededor con esta realidad, y si eres tú quien la sufres, permite que te ayuden, y que te presten el mayor de los afectos.

Cortesía imagen Nicolas-Sénégas


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