Diferencias entre el rencor y el resentimiento
¿Son lo mismo el rencor que el resentimiento? Cuando escuchamos estas palabras, tendemos a pensar inmediatamente en el daño que nos han causado otras personas y en la reacción que ese daño nos ha producido. Sin embargo, aunque puedan parecer conceptos similares, no son exactamente lo mismo: en este artículo conoceremos las diferencias entre el rencor y el resentimiento.
Para adentrarnos un poco más en el tema, adelantar que sentimos resentimiento cuando alguien hace algo que no nos gusta, nos daña o nos ofende. Sin embargo, el rencor va más allá del resentimiento; suele esconder un deseo de venganza, y es un sentimiento más intenso y destructivo. ¿En qué más se diferencian? ¿Cómo podemos liberarnos de estos sentimientos? Lo desvelamos todo, ¡aquí!
¿Qué son el rencor y el resentimiento?
Antes de adentrarnos en las diferencias entre el rencor y el resentimiento, vamos a conocer, a grandes rasgos, qué significa cada concepto. La RAE (Real Academia Española) define el rencor como un ‘resentimiento arraigado y tenaz’. En cambio, el resentimiento sería ‘la acción y efecto de resentirse’ y resentir significa ‘tener un sentimiento, un pesar o un enojo por algo’.
El rencor hace referencia a un sentimiento de hostilidad o de gran resentimiento hacia alguien, a causa de una ofensa o de un daño recibido. En el caso del resentimiento, hablamos de un sentimiento persistente de disgusto o enfado hacia alguien por considerarlo causante de cierta ofensa o daño sufridos. Es decir, las causas de ambos sentimientos podrían ser las mismas, aunque los conceptos difieren ligeramente entre sí.
Diferencias entre el rencor y el resentimiento
Como vemos, se trata de conceptos un poco diferentes. Sin más dilación, vamos a conocer las diferencias entre el rencor y el resentimiento:
- Grado de intensidad: el rencor es un sentimiento mucho más intenso que el resentimiento.
- Duración: el rencor es un estado más duradero que el resentimiento, siendo éste último algo más puntual en el tiempo.
- Profundidad: otra de las diferencias entre el rencor y el resentimiento es su grado de profundidad; el rencor es algo mucho más profundo que el resentimiento.
- Causas: aunque las causas pueden ser similares, normalmente el rencor se desata por situaciones más graves que las que originan el resentimiento.
- Consecuencias: el rencor prolongado puede tener consecuencias mucho más nocivas para nuestra salud física y mental que el resentimiento, además de producir mayor interferencia en nuestra vida.
Pongamos algunos ejemplos
Para ilustrar mejor las diferencias entre el rencor y el resentimiento, pensemos en algunos ejemplos. Imaginemos que una persona ha matado a alguien muy querido para nosotros (una situación muy grave), aparece el rencor hacia esa persona. Este sentimiento es intenso y profundo y si no se aborda o se gestiona, suele ser muy duradero en el tiempo.
En el caso del resentimiento, imaginemos que un amigo nuestro no nos invita a su fiesta de cumpleaños o a su boda. A raíz de esta situación, podríamos desarrollar resentimiento hacia esa persona. Es decir, estaríamos resentidos con “X” persona. Como vemos, la situación no es tan grave como en el caso anterior, aunque igualmente nos pueda resultar molesta o dañina. En este caso, además, el resentimiento suele ser menos intenso que el rencor y menos duradero en el tiempo.
Es difícil estar toda la vida enfadados con alguien porque no nos invitó a una fiesta, ¿verdad? En cambio, podemos odiar toda la vida a una persona que mató a un ser querido nuestro, y de eso trata el rencor.
¿Cómo superar estos sentimientos?
Aunque cada caso deberá ser analizado y abordado de forma personalizada, y teniendo en cuenta que no es lo mismo sentir resentimiento que rencor, os dejamos algunas pautas generales para abordar estos sentimientos tan negativos. Aunque no existan emociones “positivas o negativas”, porque todas ellas tienen su función, alejarnos de este tipo de sentimientos puede reportarnos una buena dosis de bienestar y liberación.
Lo primero que debemos tener claro es que identificar las emociones nos permite empezar a trabajar para comprenderlas. ¿Cómo me siento? ¿Y por qué? Es decir, detectar el rencor y el resentimiento (cómo se manifiesta en nuestro cuerpo, en nuestra mente, en nuestra manera de relacionarnos…) y analizar su causa, puede ayudarnos a liberarnos de ellos en un futuro.
Una vez detectado el sentimiento y su causa, podemos intentar encontrar una vía para expresar aquello que sentimos. Lo podemos hablar con la persona que nos causó el daño, introducirlo en nuestro diálogo interior de una manera reparadora o escribirlo en un carta, por ejemplo.
Trabajar en el perdón
Cualquiera de las estrategias mencionadas puede acercarnos al perdón, o lo que es lo mismo, a la liberación del rencor o el resentimiento. Perdonar muchas veces es el final de un trabajo en el que el paso final es la aceptación. Con el perdón nos liberamos de los sentimientos negativos asociados a aquello que nos causó tanto sufrimiento; es, en cierta manera, una forma de hacer las paces con el pasado, con el otro y con nosotros mismos.
Sin embargo, perdonar (ya sea a uno mismo o a otro) es un acto tan liberador como difícil de llevar a cabo. Por ello, muchas veces una buena opción será acudir a terapia psicológica, para poder gestionar todas estas emociones y conflictos pasados.
“El perdón es un regalo silencioso que dejamos en el umbral de la puerta de aquellos que nos han hecho daño”.
-Robert Enright-
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- Abel, O. (1992). El perdón: quebrar la deuda y el olvido. Madrid: Cátedra.
- Caballo (2002). Manual para el tratamiento cognitivo-conductual de los trastornos psicológicos. Vol. 1 y 2. Madrid. Siglo XXI (Capítulos 1-8, 16-18).
- REAL ACADEMIA ESPAÑOLA: Diccionario de la lengua española, 23.ª ed., [versión 23.3 en línea]. <https://dle.rae.es>