Diferencias entre la autoestima y el auto-respeto
La autoestima y el auto-respeto son dos conceptos estrechamente ligados pero que presentan importantes diferencias. Ante todo, ambos son absolutamente esenciales para poder alcanzar la plenitud y la libertad respecto a nuestra propia vida. Si carecemos de alguno de estos ingredientes quedaremos expuestos a abusos por parte de los demás pero, sobre todo, de nosotros mismos.
No en vano la autoestima y las estrategias para desarrollarla están cobrando cada vez más protagonismo en nuestras sociedades. Necesitamos amarnos para amar y que nos amen. No obstante, el auto-respeto es, en muchas ocasiones, el gran olvidado dentro de las pautas para alcanzar el amor propio. Por ello en este artículo vamos a conocer en profundidad estos dos términos y sus diferencias.
La autoestima y el auto-respeto
Comencemos por ofrecer una definición precisa de ambos conceptos, que nos ayude a conocer su verdadero significado. Podemos considerar la autoestima como el conjunto de percepciones que una persona tiene sobre sí misma y la evaluación que realiza sobre ellas. Se trata, por tanto, de cómo nos vemos (con nuestro aspecto, carácter y personalidad) y la valoración que hacemos de esa imagen.
Así, un individuo puede percibirse a sí mismo como atractivo, inteligente y carismático y evaluar positivamente esas cualidades. Por otro lado, una persona puede verse como tímida, torpe y excesivamente delgada y otorgar una valencia negativa a dichos aspectos. De esta manera la autoestima del primero será positiva mientras la del segundo no lo será tanto.
Por otro lado el auto-respeto puede definirse como el grado en que un sujeto muestra respeto por sí mismo, por sus opiniones, necesidades y sentimientos. Se trata de la consideración que un individuo tiene de sí mismo como alguien valioso y digno. Hecho que se plasma en acciones concretas como la capacidad para establecer límites, expresarse de forma asertiva y tratar con consideración su cuerpo y sus emociones.
Diferencias entre autoestima y auto-respeto
Como se desprende de las anteriores definiciones, se trata de términos con evidentes diferencias teóricas y distintas implicaciones prácticas. Mientras la autoestima trata sobre evaluación el auto-respeto trata sobre aceptación. En el primer caso hablamos de realizar una valoración positiva o negativa sobre nuestra persona, en el segundo de considerarnos merecedores simplemente por lo que somos.
La autoestima se corresponde con lo que yo pienso y siento sobre mí, y el auto-respeto con la forma en que me trato. Sin embargo estamos hablando de conceptos estrechamente relacionados. Cuando se posee una baja autoestima es extremadamente frecuente que el auto-respeto brille por su ausencia.
Si tengo una imagen pobre sobre mí mismo y me evalúo de forma negativa, esto se plasmará en conductas abusivas por mi parte que incluirán la tolerancia hacia el abuso de los demás. Quien no se quiere no se siente con el derecho a alzar la voz ni a defender sus necesidades. Se percibe como carente, insuficiente e inferior por lo que tiende a ser complaciente y sumiso para obtener una aprobación externa que no se otorga por sí mismo.
Por el contrario, quien goza de una sana autoestima se trata a sí mismo con amor y consideración y exige el mismo trato por parte de quienes le rodean. Cuando alguien se ama, inevitablemente se respeta y demanda respeto. Sin embargo, la relación también funciona en el sentido inverso: para poder realizar una valoración positiva de ti mismo has de aprender a aceptarte de forma incondicional.
No te evalúes, acéptate
Es evidente que, como humanos, todos tenemos defectos y cometemos errores. No somos perfectos, pero siempre somos dignos. No necesitas poseer las mejores cualidades para comenzar a respetarte. Mientras la autoestima te pide motivos para amarte, el auto-respeto te ama de forma incondicional.
Por ello nunca alcanzarás la verdadera plenitud hasta que comiences a aceptarte con tus luces y tus sombras. Hasta que seas capaz de valorar tus virtudes y de asumir tus defectos sin culpa. Tienes derecho a ser imperfecto y a ser feliz. Trabaja en ti, mejórate, desarróllate, pero ten siempre presente que tu dignidad es innegociable. Te pertenece desde el momento en que naciste.
Así comienza ya a cuidarte, a priorizarte, a escuchar tus necesidades y defender tus derechos. Con cada paso irás descubriendo tu valor intrínseco, irás aumentando la estima que sientes por ti mismo, no porque seas perfecto, sino simplemente porque eres.
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- Climent Montaner, R. (2017). Recuperando la dignidad en personas en situación de exclusión: de la autoestima al auto-respeto.
- Gracia, J. C. L. (1995). Autoestima.