El abuso sexual a los hombres
El abuso sexual a los hombres es una realidad que en gran medida se mantiene oculta. De momento, no se sabe cuánto de extendida está esta práctica, pero un estudio llevado a cabo en Australia señaló que uno de cada 11 niños había sufrido alguna forma de agresión sexual en ese país. De momento, la cifra en los adultos es imposible de precisar.
Alrededor del abuso sexual a los hombres hay una serie de mitos de los que aún todavía como sociedad no somos conscientes. De hecho, hace no muchos años se pensaba que tal forma de abuso era imposible, especialmente en los adultos y particularmente cuando era ejercida por una mujer. Ideas como esta no son más que restos de las ideologías machistas.
“Si has sobrevivido al abuso sobrevivirás a la recuperación”.
-Autor anónimo-
Lo más grave del abuso sexual a los hombres es precisamente el silencio y la censura que gravitan alrededor del fenómeno. El solo hecho de no poder definirse como víctima y recibir el apoyo y el tratamiento que esta condición merece, genera una desventaja enorme para los varones. Ya es hora de sacar a la luz este tema y darle el lugar que le corresponde.
La educación machista
Aunque es claro que la cultura machista se ha erosionado y ahora la sociedad es mucho más abierta y flexible frente al tema del género, no por ello deja de haber un importante sustrato de ideas obsoletas al respecto. Muchas de esas ideas circulan silenciosamente y no se ven tanto en las posturas explícitas, como en actitudes y percepciones sutiles.
A muchos hombres se les sigue educando para que sean “fuertes” y, sobre todo, para que tomen el control y lo mantengan. Se les inculca la idea, abierta o implícitamente, de que deben ejercer el poder de alguna manera. No es raro que se les dé a entender que ese ejercicio está directamente relacionado con su nivel de “hombría”.
Estas creencias llevan implícita la idea de que lo femenino, aunque no necesariamente la mujer como tal, es sinónimo de debilidad y falta de ser. Así, muchos hombres y mujeres se pliegan a esas ideas machistas y demeritan cualquier forma de vulnerabilidad o de carencia, tornándolas deplorables. En la crianza machista los ejes esenciales son el poder y la fuerza.
El abuso sexual a los hombres
Las agresiones sexuales, en general, generan fuertes sentimientos de vergüenza y culpa, tanto en varones como en mujeres. Sin embargo, estos factores se exacerban significativamente en los casos de abuso sexual a los hombres. Ellos experimentan con mayor rigor la culpa traumática y las autoacusaciones.
Esto sucede precisamente porque se les ha inculcado que deben mantener el control en todas las circunstancias. Adicionalmente, se les exige que respondan con dureza a los embates de la vida. Por lo tanto, lo usual es que este tipo de experiencias se oculten y se nieguen obsesivamente. Incluso se llega al punto de negar el cuerpo que fue víctima de esa agresión.
Frente a este último punto, muchas veces ocurre que el cuerpo empieza a experimentarse como ajeno y, al mismo tiempo, como objeto de agresión permanente. Esto se convierte en un caldo de cultivo ideal para conductas de riesgo como adicciones, pandillismo, violencia física habitual o cualquier forma de autoagresión.
Datos reveladores sobre el abuso sexual a los hombres
La doctora Siobhan Weare, de la Escuela de Derecho de la Universidad de Lancaster, en Reino Unido, hizo una investigación sobre los hombres que son violados por mujeres. Hasta hace poco tiempo se creía que esto era imposible, ya que se asumía que un hombre solo tiene erecciones cuando desea sexo. Desde esa perspectiva, toda relación sexual con una mujer sería consentida.
Sin embargo, el estudio de Weare mostró muchos casos en los que los hombres son víctimas de mujeres. Desde menores de edad que son inducidos a tener sexo por mujeres mayores, hasta hombres adultos que son estimulados, manoseados e incluso obligados a tomar viagra para tener relaciones sexuales. Por supuesto, estos casos son menos denunciados aún.
Tanto si un hombre es agredido sexualmente por otro hombre, como si lo es por una mujer, los efectos son devastadores. Son similares a los que experimenta una mujer, pero en el caso de ellos suele generar conductas más evidentemente autodestructivas y un empobrecimiento radical de la imagen que tienen de sí mismos.
Ya es hora de dejar atrás esas ideas machistas según las cuales lo vulnerable y frágil es deplorable. Es tiempo de dejar de exigirles a hombres y mujeres que sean como rocas y que se impongan en todas las situaciones. Quien haya sido víctima de alguna forma de abuso necesita apoyo y ayuda, no prejuicios. Es momento de cambiar.
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- Intebi, I. V. (2001).
- Abuso sexual infantil: en las mejores familias
- . Ediciones Granica SA.