¿Es verdad que el amor da sentido a la vida?

El amor ha creado grandes obras a lo largo de la historia: desde monumentos, hasta canciones y poesías. Pero ¿cuál es su sentido? En este artículo te lo contamos.
¿Es verdad que el amor da sentido a la vida?

Escrito por Jennifer Rojas

Última actualización: 14 septiembre, 2023

El amor es un sentimiento inefable e inexpresable, por ello, cuando nos referimos a él, no tenemos una definición precisa. Por el contrario, nos encontramos con metáforas e ideas que intentan representarlo. Las emociones que suscita nos llevan a la discusión de si el amor da sentido y significado a nuestra existencia.

En este artículo, responderemos esta incógnita. En principio, el amor es descrito como uno de los sentimientos más extraordinarios que experimenta el ser humano. Su forma más habitual son las relaciones de pareja, las cuales no escapan de ser determinadas por la cultura.

El amor, ¿tiene un sentido?

Amar y ser amados son dos sentimientos que anhelamos en algún momento. En parte, ese deseo proviene de nuestra propia historia cultural, en donde el amor adopta diversas formas para relacionarnos entre sí. Sin embargo, ¿será que detrás de esta búsqueda se encuentra un sentido mucho más profundo?

Erich Fromm en su libro El arte de amarnos dice que el amor es el impulso más poderoso que existe en el ser humano. Más aún, representa una fuerza que tiene la capacidad de sostener la existencia entera. Ahora bien, podríamos preguntarnos ¿por qué deseamos amar?

La respuesta que da el filósofo alemán a esta pregunta es que deseamos amar para superar nuestra condición de recién llegados al mundo. Cuando nacemos, somos un individuo enfrentado a una realidad desconocida. Carecemos de herramientas para sobrellevar esta soledad. Por ello, quienes nos acogen, nos enseñan una primera forma de amar: el amor filial.

De modo que, el sentido del amor se encuentra en la necesidad de superar el estado de soledad en el que nos encontramos. A pesar de ello, recuerda Fromm que se trata de un poder que preserva nuestra individualidad e integridad. Es decir, la frase «somos uno» se mantiene si, en la unión con otro, nos preservamos a nosotros mismos.



El ser humano, en su búsqueda de sentido, se encuentra con el amor

El psicólogo y filósofo Viktor Frankl señala que el sentido de la vida se encuentra más allá de nuestra experiencia cotidiana; en específico, se halla en los verdaderos valores. ¿Cuáles son estos? Aquellos que dignifican al ser humano.

El hombre, en su búsqueda por el sentido de su vida, da con uno de los valores más fundamentales: el amor. De esta manera, experimenta un sentimiento profundo al encontrarse con otro ser humano.

Este trasciende aspectos físicos y del carácter. Así, el amor verdadero que da significado a nuestra vida se dirige hacia la persona misma del ser amado, es decir, ve al otro como un ser único e irrepetible.

El amor es un arte

Como todo arte, el amor requiere de teoría y práctica. Al respecto, un análisis sociológico de Fernández Villanueva destaca que el amor es una creación producida por los amantes. En otras palabras, son los involucrados en el vínculo amoroso quienes construyen con un otro su forma de amar.

Asimismo, en esa construcción se produce un saber específico el cual tiene que ver con las estrategias para conseguir el amor. Son bastante conocidas por nosotros: técnicas de seducción, prácticas para maximizar el goce y métodos para mantener las relaciones.

De esta manera, amar no solo da sentido a nuestra existencia, también es un arte con sus sentidos y técnicas propias. Cada una de ellas es singular respecto a las personas implicadas en la relación amorosa. Esto quiere decir que cada amante busca su propio arte para amar.

Aspecto social y cultural del amor

Un estudio publicado por la Revista Electrónica de Motivación y Emoción precisa que el amor pasional se encuentra en un 88,5 % en la mayoría de las culturas. Esto nos da la pauta para afirmar que el amor es un sentimiento transcultural, es decir, que va más allá de las fronteras. No obstante, los valores de una cultura determinada pueden influenciar sobre las creencias que se tiene sobre el amor.

Así, aquellas culturas caracterizadas por la autonomía y el individualismo valoran los sentimientos amorosos. De esta manera, ello se convierte en un prerrequisito a la hora de establecer vínculos amorosos.

En cambio, las culturas colectivistas se caracterizan por otorgar gran importancia a las decisiones familiares y las normas. En estas, el amor no es un requisito para elegir al compañero de vida; se valora un tipo de amor más amistoso y práctico.

¿El amor es lo mismo que una relación de pareja?

Esta pregunta es muy interesante, ya que solemos asociar el amor con las relaciones de pareja. Referente al tema, un trabajo compartido en la Revista Electrónica de Psicología Iztacala manifiesta que esta simetría no es del todo certera. Más bien, las relaciones de pareja son un tipo de vínculo humano. Por su parte, el amor es uno de los elementos de la relación, más no es el único.

De modo tal que las características de las relaciones de pareja dependen de la cultura en la que se encuentran. Por eso, podemos afirmar que el amor romántico depende de la cultura en la que estén inmersos los sujetos. Así considerado, las formas de amar no son universales.

En este contexto, podemos nombrar cuatro pilares sobre los que se cimentan las relaciones de pareja:

  • Compromiso: se refiere a la responsabilidad e interés que mantienen los amantes con el fin de preservar su relación en el tiempo.
  • Intimidad: es el apoyo afectivo, la confianza, seguridad y posibilidad de conversaciones personales y profundas entre la pareja.
  • Romance: son acciones que culturalmente demuestran interés y generan atracción.
  • Amor: considerado como un sentimiento de naturaleza biológica.

El amor como fuente de bienestar

Nuestros sentimientos en la relación determinarán el nivel de bienestar que esta produce. De tal forma, los vínculos en los que predomina la satisfacción, los afectos positivos y maneras eficaces de resolución de conflictos generan mayor bienestar.

Por otro lado, las conductas inadecuadas y los procederes agresivos de comunicación tenderán a generar malestar en la relación. Se suman los celos, la dominación y la posesividad. Uno podría pensar que eso no es el amor, pero son tipos y manifestaciones del mismo.

Entonces, son la comunicación, la confianza, la intimidad y la pasión las que determinan el bienestar en las relaciones de pareja.

¿Es verdad que el amor todo lo puede?

Si bien es cierto que el amor es una fuerza que le da significado a nuestra existencia, esto no es a cualquier costo. Existen límites en el amor. Cuando el otro afecta mi integridad, mi dignidad y mi felicidad, en ese momento, deberíamos poner un freno a la relación. Sea esto para terminar o revisar qué se puede cambiar y que no se sobrepasen los límites.

Vale la pena preguntarnos: ¿La persona que amo, aporta bienestar a mi vida? ¿Cómo equilibramos, de manera conjunta, nuestras metas e intereses? Cuestionar los vínculos amorosos es beneficioso para el bienestar propio. No hay que olvidar que primero estamos nosotros y después el otro.

Cuando el amor pierde sentido

Como dijimos, el amor no lo puede todo. Su sentido se ve desvanecido cuando no me quieren, la autorrealización es obstaculizada y hay vulneración de principios.

Mendigar amor no es una opción. Tampoco lo es si me veo obligado a renunciar a mi propia realización personal. Esto empequeñece la existencia y afecta al desarrollo de nuestras capacidades y fortalezas; las mismas son necesarias para crecer como seres humanos.

Además, debemos proteger nuestra dignidad personal. Esta se refiere a sentirnos valorados, honrados y respetados. Hay que recordar que los seres humanos somos valiosos en y para nosotros mismos. Al convertirnos en un instrumento y perder autonomía, afectamos nuestra dignidad.


Para saber más: Los límites en el amor


Amor, sentido y sociedad

Amar, entonces, tiene un doble sentido: por un lado, nos aleja de la soledad en la que nacemos y por otro su potencia invade nuestra existencia para darle valor. En un mundo en donde los sufrimientos y las complicaciones son moneda corriente, el amor viene a darnos una razón por la que vivir y luchar.

No obstante, su sentido está atravesado por la cultura y las formas de relacionarnos no escapan de ella. En este aspecto, el amor es también construido en lo social.

No olvidemos que este sentimiento no es superpoderoso. Debemos estar atentos para poner los límites necesarios en nuestras relaciones con otras personas. El amor nos puede proporcionar bienestar, pero también enturbiarnos la existencia.


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