El sendero de la felicidad
Para ser más feliz, lo primero que haremos será medir tu nivel de felicidad actual. Mediante este test de felicidad de Hill & Argyle (2002) podremos hacernos una idea. Recuerda que rellenar un test por sí sólo no supone ningún diagnóstico, éste sólo puede ser emitido por un profesional, que lo interpreta y lo combina con otro tipo de pruebas y reconocimientos.
Bien. Ahora es momento de ponerse manos a la obra. Te voy a dar 10 consejos y ejercicios que deberás aplicar en los próximos días y semanas. Te recomiendo imprimirlo o escribirlo en un papel y tenerlos a mano, o colgados en alguna parte de casa o del trabajo donde los puedas ver a lo largo del día, para tenerlos presentes. Ahí van:
1. Haz lo que te gusta a ti: leer, bailar, salir con amigos, estar en casa, ver una película, etc. Recuerda que la felicidad es algo subjetivo y que no a todo el mundo le tienen que gustar las mismas cosas que a ti. Busca tu tiempo para ti, que siempre se puede encontrar, y no dejes de hacer lo que te gusta. Anota una pequeña lista de cosas que te gustan, por pequeñas que sean (por ej. pasear por la playa) y trata de hacer las que puedas en estos días.
2. Si partimos de que no a todo el mundo le gusta lo mismo que a ti, para ser felices es importante que entendamos y respetemos, sin ofendernos, las opiniones, las ideas, los gustos, etc, de terceras personas. No por pensar diferente, debemos enojarnos. Eso no nos ayudará a conseguir la felicidad. Ponlo en práctica a partir de ya: intenta no enojarte con las opiniones distintas a la tuya e intenta dar tu punto de vista utilizando frases como “en mi opinión”, “yo pienso”, “puede ocurrir que pensemos distinto, pero no pasa nada”, etc.
3. Vive el presente, vive el presente y vive el presente. El pasado sirve para recordarlo pero sobre todo para aprender de él. Un exceso de pasado puede conllevar a problemas de depresión por ‘centrarnos sólo en ideas pasadas de culpa, arrepentimiento, etc.’, mientras que un exceso de futuro, de anticiparnos a lo desconocido, puede llevar a problemas de ansiedad, incluso ambos combinados. Así que intenta vivir el presente al máximo. Disfruta de él y, sobre todo, aprende que sólo disfrutando del presente mañana, tu presente de hoy ya volverá a formar parte de tu pasado. Disfruta y saca lo mejor de ti. Te propongo en este punto reflexionar sobre esas cosas del pasado que aún no has superado, sobre aquellas que evitas pensar, piensa en esas cosas que sucedieron y trata de descubrir qué pudieron tener de positivo.
4. Teniendo en cuenta lo anterior, podemos deducir que la felicidad no es la meta sino el camino que recorremos. Normalmente pensamos que seremos felices CUANDO tengamos una nueva casa, un nuevo empleo, un hijo, nos toque la lotería, etc. Esta forma de pensar no nos ayudará a ser felices porque la felicidad no es tanto CUANDO consiga algo, sino que se encuentra MIENTRAS trazo el camino que me lleva a conseguir aquello que me gusta. No sólo lo trazo sino que disfruto de él.
5. Un ejercicio muy sencillo: cada día tómate 5 minutos para pensar en las cosas ‘buenas’ que te pasaron hoy. Piensa que las cosas buenas no tienen que ser grandes acontecimientos. A veces las pequeñas cosas se convierten en grandes, según el valor que le demos. Ver a un amigo, que te sonrían, pasar un buen rato, hacer un buen trabajo, dormir y descansar bien. Dale valor a las cosas que tienes. Piensa que no todo el mundo puede contar con cosas tan básicas como oler, ver, oir, etc. Muchas veces nos centramos más en lo que no tenemos que en aquello que sí tenemos. Así lograremos acercarnos a la felicidad.
6. Si quieres ser feliz intenta que lo que piensas, sientes, dices y haces estén en consonancia y vayan en la misma línea. No hay nada más positivo y que nos ayude a acercarnos a la felicidad que cuando estos 4 conceptos están en armonía. Por ejemplo, pienso que me gusta bailar sevillanas, me siento bien cuando lo hago por lo que no he de tener vergüenza, lo digo abiertamente a mis conocidos, y por último busco los momentos o las ocasiones para bailar sevillanas.
7. Enfréntate a los problemas y ponles solución. Evitarlos sólo te ayudarán a sentirte bien (a lo mejor) sólo en ese momento, pero a la larga, problemas evitados son problemas no resueltos que no nos ayudan a ser felices. A veces es necesario sentarse en una mesa y pensar, incluso escribir los pensamientos, las ideas y posibles soluciones, los pros y los contra, etc., para empezar a afrontarlos. Pruébalo.
8. No te compares con los demás y por supuesto no te tomes a pecho los comentarios de otros. Si alguien juzga tu camino, como decía una gran expresión, préstale tus zapatos. Fíjate entre tus conocidos y verás que aquellos que se toman con “filosofía” y tranquilidad lo que les dicen los demás son mucho más felices y alegres que aquellos que se toman las críticas y los comentarios demasiado en serio.
9. Cuídate. Muchas veces cuando estamos descontentos, dormimos peor, comemos menos e incluso llegamos a descuidar nuestro aspecto físico. Cuídate. Está demostrado que dormir bien aporta bienestar. Está demostrado que el ejercicio físico, por poco que se haga, aporta bienestar. Está demostrado que las personas que siguen una dieta sana y variada, tienen mayor bienestar. ¿Te estás cuidando lo suficiente?
10. Por último y no menos importante: sonríe. Y si puedes, ríe. La risa activa muchos músculos y ayuda a liberar sustancias en el organismo, que nos proporcionan bienestar, felicidad. La risa contagia a los demás y te contagia a ti mismo, si practicas la sonrisa y la risa tu cerebro lo asimila estupendamente y se acostumbra porque es bueno para él.
Muy bien. Como te he dicho, tendrás que hacer los ejercicios al menos durante unos días. Al principio es cuando más te costará, pero si te lo propones y eres constante tu cerebro los asimilirá muy bien y pronto empezará a hacerlos de manera inconsciente.
Pasados unos días puedes volver a realizar el test y medir tus progresos. La mayoría de la gente puede conseguir mejorar su nivel de felicidad por sí misma. ¿Serás uno de ellos? ¡Ojalá que sí! Si te sientes mal y no has conseguido progresar pasado un tiempo razonable, te recomiendo que consideres ponerte en manos de un especialista; un profesional siempre podrá ayudarte y trabajar para mejorar tu calidad de vida.