El uso de la tecnología ¿nos acerca o nos aleja?

Las personas estamos cada vez más conectadas, gracias a los rápidos avances tecnológicos. Pero ¿esto nos acerca o nos aleja más?
El uso de la tecnología ¿nos acerca o nos aleja?
Sara Clemente

Escrito y verificado por Psicóloga y periodista Sara Clemente.

Última actualización: 06 agosto, 2023

Los smartphones dieron una vida nueva al modo de comunicarnos. Mensajería, correo electrónico y redes sociales, todo en un solo dispositivo y al alcance de la mano. Pero, en ocasiones y paradójicamente, lo que debería acercarnos parece estar alejándonos cada vez más. Ya que el abuso o mal uso de la tecnología está llevando al ser humano a un mundo relacional virtual y alejándolo del real.

Que las herramientas de comunicación nuevas son útiles pocos pueden discutirlo. Bien utilizadas son excelentemente positivas porque contribuyen a hacer lo local, global y lo global, local. Acercan y dan visibilidad a lo que antes permanecía lejano. Por ejemplo, una videoconferencia puede acercar a personas de diferentes lugares del mundo y darles la opción de verse las caras. Las redes sociales son vías válidas para encontrar a personas que hace tiempo que no vemos y volver a estar en contacto.

Cuando la tecnología aísla

El dilema aquí radica en el mal uso y abuso de estas herramientas, sobre todo entre los niños, adolescentes y jóvenes. Muchos de ellos, pasan horas frente al monitor de la computadora esperando respuestas de sus amigos en las redes sociales. 
También se pasan horas sin mirar a alguien que tienen enfrente porque el teléfono celular los tiene atrapados enviando y recibiendo mensajes permanentemente. Basta con salir a la calle y encontrarnos esta escena todo el tiempo. Y no solamente entre los más jóvenes, sino también entre los adultos.

Pongamos un ejemplo… Fijaos a partir de ahora en la cantidad de familias o grupos de amigos que cuando salen a cenar o a tomar algo tienen a sus miembros usando sus móviles encima de la mesa. A veces, ni intercambian palabras durante minutos. ¿No sería más bonito y adaptativo hablar de experiencias, contar curiosidades o simplemente, disfrutar de la compañía de los demás mirándolos a los ojos? ¿Qué os parece?

El mal uso de estos artefactos, al alejarnos constantemente de relaciones face to face, tarde o temprano, nos hace sentir aislados, aunque creamos que permanecemos más conectados que nunca. Y, para algunas personas puede desembocar en un estado depresivo o en otro tipo de dificultades.

En un estudio realizado en adultos jóvenes de 19 a 32 años se halló que las personas con un mayor uso de las redes sociales tenían más probabilidades de sentirse socialmente aisladas que aquellas que no las empleaban con tanta frecuencia.

Las investigaciones indican que la utilización frecuente de la tecnología digital tiene un impacto, tanto negativo como positivo, en la función y el comportamiento del cerebro, entre los que destacan:  aumento de los síntomas de déficit de atención, deterioro de la inteligencia emocional y social, adicción a la tecnología, aislamiento social, deterioro del desarrollo cerebral y sueño interrumpido.

Darle un buen uso

Darle un uso adecuado a las nuevas tecnologías es el mejor camino para no perder el contacto humano. Por ejemplo, con el teléfono móvil podemos hacer consultas rápidas, buscar restaurantes, gasolineras… También llevar a cabo una llamada desde cualquier lugar y a cualquier hora. Ahora se puede hasta pagar las compras con solo bajarse una aplicación y acercar el dispositivo.

Por su parte, el correo electrónico tiene como principal ventaja poder dar una respuesta asincrónica, sobre todo en lo que se refiere al ámbito profesional.

Las redes sociales pueden ayudarnos a crear proyectos, a mantenernos actualizados, a seguir eventos en streaming, a saber lo que hacen nuestros amigos, a aumentar la red de contactos profesionales o a encontrar personas que hace mucho que no vemos.

Otra cuestión de importancia tiene que ver con el tiempo que le dedicamos a nuestra computadora y a nuestro teléfono móvil (fuera de hora laboral). En este caso, lo más recomendable es dedicarle no más que un par de horas cada día para tener tiempo para nosotros y para darles a los demás lo que llamo nuestro tiempo real.

¿Acaso es lo mismo perder tiempo mandando mensajes que encontrarse en un punto y utilizar ese tiempo hablando?

¿Cómo aprovechar la tecnología?

Algunas señales de que podrías estar apoyándote demasiado en la tecnología son:

  • Tus familiares o amigos se quejan de tu uso excesivo de la tecnología.
  • Has descuidado las relaciones en favor de la tecnología. A esto se le conoce como phubbing.
  • Tu trabajo se ha visto afectado por el uso de la tecnología.
  • Estás perdiendo el sueño o dejando de hacer actividades físicas por estar conectado a un dispositivo tecnológico.
  • Te está causando estrés o ansiedad.
  • Tienes efectos secundarios físicos, como dolores de cabeza por tensión, fatiga visual.
  • Sientes que no puedes parar de usar la tecnología.

Si te sientes identificado con las señales anteriores, aquí hay algunas formas de disminuir la exposición a las pantallas tecnológicas:

  • Elimina de tu teléfono aplicaciones que no sean esenciales para evitar que lo revises constantemente.
  • Convierte el tiempo de televisión en tiempo de actividad física.
  • Mantén los dispositivos electrónicos fuera del dormitorio. 
  • Haz que la hora de comer sea un momento libre de tecnología.
  • Proporcional más importancia y prioridad a las relaciones del mundo real sobre las relaciones en línea.

Las palabras no pueden sustituirse

Mirarnos las caras y poder establecer un contacto real con el otro nos hace crecer, nos nutre y nos enriquece. Una sonrisa, un abrazo, un gesto facial de complicidad… No lo cambiarías por nada, ¿verdad?

Para concluir, si eres de las personas que pasa enganchado al móvil, a la tablet o al ordenador demasiadas horas, prueba a salir a la calle y a dejar el “whatsapp” un poco de lado. Así, podrás dar lugar a que se produzcan más encuentros entre personas de tu entorno. Una buena conversación no tiene sustituto.


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