Émile Durkheim, el sociólogo visionario
Émile Durkheim fue un sociólogo francés al que se le acredita, junto con Karl Marx y Max Weber, la fundación de la sociología moderna. En otras palabras, propone que la sociedad se crea cuando las conciencias individuales interactúan y se fusionan para construir una realidad sintética que es nueva y mayor que la suma de sus partes.
Esta realidad solo puede entenderse en términos sociológicos y no puede reducirse a explicaciones biológicas o psicológicas.
El hecho de que la vida social tenga esta cualidad formaría la base de otra de las afirmaciones de Durkheim, ya que cree que las sociedades humanas podrían estudiarse científicamente.
Para ello, se centra en explicar lo que denomina como hechos sociales o elementos de la vida colectiva. Estos hechos sociales existen de forma independiente y pueden ejercer una influencia en el individuo.
Según Durkheim, los hechos sociales tienen una realidad objetiva que los sociólogos pueden estudiar de manera similar a otros científicos. Los hechos sociales también son internos a los individuos y solo pueden existir a través de los individuos.
Durkheim y los hechos sociales
Para comprender los hechos sociales, debe entenderse que, para Durkheim, una sociedad no es simplemente un grupo de individuos que viven en una ubicación geográfica particular.
Más bien, la sociedad se corresponde a un conjunto de ideas, creencias y sentimientos de todo tipo que se realizan a través de los individuos. Indica una realidad que se produce cuando los individuos interactúan entre sí, resultante de la fusión de las conciencias individuales.
Es decir, la sociedad es mayor que la suma de sus partes. Reemplaza en complejidad y profundidad a la existencia del individuo en particular y es completamente nueva y diferente de las partes que la componen.
¿Cómo se explica la sociedad?
La sociedad y los fenómenos sociales solo pueden explicarse en términos sociológicos, la fusión de las conciencias individuales una vez creadas siguen sus propias leyes.
No puede explicarse en términos biológicos o psicológicos, ni reducirse a las formas materiales de una sociedad, como es el caso del materialismo histórico.
Los hechos sociales son claves, ya que son los que constituyen y expresan la realidad psíquica que es la sociedad. Los individuos adquieren rasgos particulares, como una lengua, un sistema monetario, valores, creencias religiosas, tendencias al suicidio o tecnologías que nunca habrían tenido viviendo en un aislamiento total.
Dos clases de hechos sociales
Durkheim delinea dos clases diferentes de hechos sociales. La primera clase la identificamos con los hechos sociales de un orden fisiológico u operativo. Incluye el código legal de una sociedad, las creencias religiosas, el concepto de belleza, el sistema monetario, las formas de vestirse o su lenguaje.
Es fácil ver cómo la sociedad se impone al individuo desde el exterior. La primera clase de hechos sociales también contiene corrientes de opinión o fenómenos sociales que se expresan a través de casos individuales. Los ejemplos incluyen tasas de matrimonio, nacimiento, suicidio o patrones de migración.
En estos casos, el funcionamiento de la sociedad en el individuo no es tan obvio. Sin embargo, estos fenómenos pueden estudiarse con el uso de estadísticas, que acumulan casos individuales en un agregado y expresan un cierto estado de la mente colectiva.
La segunda clase de hechos sociales es de orden morfológico o estructural. Las condiciones demográficas y materiales de la vida e incluye el número, la naturaleza y la relación de las partes que componen una sociedad.
Al final, Durkheim rechaza la distinción por completo, alegando que la segunda clase de hechos sociales son simplemente formas más cristalizadas de la primera clase de hechos sociales.
Las categorías
El lenguaje no es la única faceta del pensamiento lógico que engendra la sociedad. La sociedad también juega un papel importante en la creación de las categorías de pensamiento, como el tiempo, el espacio, el número, la causalidad, la personalidad, etc.
Al formular su teoría, Durkheim se muestra especialmente crítico con los racionalistas, como Kant, que cree que las categorías del pensamiento humano son universales, independientes de los factores ambientales y ubicadas a priori en la mente.
Las categorías, como el tiempo y el espacio, no son vagas e indeterminadas como sugiere Kant, sino que tienen una forma definida y cualidades específicas (minutos, semanas, meses).
Las características de las categorías, además, pueden discernir de una cultura a otra; a veces en gran medida, lo que lleva a Durkheim a creer que son de origen social.
Un elemento importante, a menudo incomprendido, de su método sociológico se encuentra en lo que se puede llamar el realismo social de Durkheim. La idea de que la sociedad es una entidad objetivamente real que existe de forma independiente y autónoma de cualquier individuo en particular.
Representaciones colectivas
Según Durkheim, ningún conocimiento del mundo es posible sin que la humanidad lo represente de alguna manera. En consecuencia, la parte central de la teoría del conocimiento de Durkheim es su concepto de representaciones colectivas. Es decir, las que constituyen el cuerpo de representaciones que una sociedad usa para representarse a sí misma y a sus elementos en la realidad.
Es importante tener en cuenta que, si bien las representaciones colectivas se refieren a cosas en la realidad, no son imágenes simples que reflejan la realidad tal como se proyecta sobre el intelecto desde el exterior. Más bien son el resultado de una interacción entre el mundo externo y la sociedad.
Una sociología del conocimiento
Finalmente, Durkheim se esfuerza por dar cuenta de una sociología total del conocimiento. La sociedad crea para sí misma, a través de sus representaciones colectivas, una vasta red de lenguaje y pensamiento lógico que es instrumental para permitir que sus individuos comprendan y piensen el mundo.
Dado que el mundo existe solo en lo que se piensa y dado que el mundo es totalmente pensado solo por la sociedad, el mundo toma su forma en la sociedad. En otras palabras, la sociedad establece, desde el principio, los límites de posibilidad de racionalidad, expresión lingüística y conocimiento en general.