¿Cuáles son las emociones secundarias?
Las emociones son un tema complejo dentro de la psicología debido a su interacción con la mayoría de los procesos mentales. Con el objetivo de comprenderlas mejor, algunos autores proponen diferenciar entre primarias y secundarias. En este artículo, definiremos, identificaremos y hablaremos sobre las emociones secundarias.
Aprender más sobre estas ayuda a mejorar nuestra precisión al hablar sobre los distintos estados de ánimo, incluido el que podemos estar experimentando en el presente. Asimismo, nos ayuda a ser más empáticos con lo que pudieran estar sintiendo otras personas alrededor. Por lo tanto, beneficia el diálogo que mantenemos con nosotros mismos y con los demás.
Emociones primarias y secundarias
Cuando hablamos de emociones, nos referimos a una serie de reacciones muy rápidas que ocurren en el organismo -llevan asociado un correlato orgánico/objetivo y un correlato subjetivo-. Por ejemplo, la sorpresa que sentimos al recibir un regalo inesperado. Siguiendo esta línea, las emociones son algo que los humanos tenemos en común con otras especies animales, como los primates.
Sin embargo, se suele decir que las emociones que compartimos con otros animales son las que llamamos “primarias”. Reciben este nombre por ser reacciones que las personas manifiestan de modo innato, es decir, no son aprendidas. Es algo que podemos ver en el llanto de los bebés cuando ríen ante una experiencia que les agrada.
Por lo general, se dice que las emociones primarias son seis: alegría, tristeza, ira, miedo, asco y sorpresa. Ahora bien, las investigaciones señalan que dentro de la experiencia emocional humana existen otro tipo de emociones conocidas como secundarias. Entonces, ¿cuáles son las emociones secundarias?
¿Cuáles son las emociones secundarias?
No hay ninguna regla con la que sea posible definir las emociones como primarias o secundarias. Por esa razón, solo contamos con teorías que abordan diferentes aspectos de las mismas. Entre los modelos más aceptados encontramos los de Robert Plutchik y Paul Ekman. A partir de sus trabajos, es posible mencionar las siguientes emociones secundarias.
Placer
Este es un sentimiento agradable que las personas tienen cuando ocurre algo que satisface sus necesidades de algún modo. Se podría decir que es una versión más profunda y compleja de la alegría. El placer puede aparecer cuando saciamos el hambre o hacemos alguna actividad que nos guste.
Culpa
Al discutir cuáles son las emociones secundarias, la culpa es una de las que se menciona con frecuencia. En este sentido, las personas sienten culpa cuando hacen algo que es contrario a su moral. Por lo tanto, creen que merecen recibir un castigo a causa de dicha acción.
Vergüenza
La vergüenza es una emoción que suele vincularse con las reglas sociales y el miedo a no ajustarnos a ellas. Por ejemplo, podríamos sentir vergüenza si asistimos a un evento formal usando ropa deportiva porque estaríamos “desencajando”. Esta emoción es desagradable y lleva a las personas a evitar situaciones o inhibir su comportamiento.
Celos
La reacción de celos tiende a aparecer en situaciones en las que creemos que alguien nos puede arrebatar algo que consideramos “nuestro”.
Para ilustrarlo mejor, podemos pensar en las relaciones de pareja. ¿Quién no ha sentido celos alguna vez cuando su pareja habla con alguien que le parece muy atractivo? Es una emoción natural, aunque puede volverse un problema si se convierte en celotipia.
Orgullo
Las personas experimentan orgullo cuando se sienten a gusto con quienes son o con sus propios logros. A menudo, se describe como una emoción agradable, pero también puede adquirir connotaciones negativas. El exceso de orgullo puede volver egocéntrico a alguien y causar que se aísle en la sociedad.
¿Existen las emociones secundarias en los animales?
Con respecto a cuáles son las emociones secundarias, los investigadores suelen acordar que estas son exclusivas del ser humano y algunos primates. Por ende, otras especies como los perros o los gatos no podrían experimentarlas, o es lo que se tiende a creer. No obstante, un estudio de Morris, Doe y Godsell (2008) sugiere que los perros y gatos también podrían tener emociones como los celos.
Para su investigación, entrevistaron a cuidadores de mascotas como perros y gatos que reportaban este tipo de reacciones en sus animales. La conclusión fue que sus descripciones de la conducta concordaban con sentimientos como el placer y los celos.
Emociones secundarias: ¿por qué son diferentes?
Ahora bien, ¿cuál es la diferencia principal entre las emociones secundarias y primarias? Pues el aprendizaje. Podríamos decir que las emociones primarias ya vienen “programadas” en nuestro organismo a través de la herencia genética. Por lo tanto, no son reacciones que debamos aprender, sino que solo surgen cuando aparece algún estímulo que las active.
Contrario a esto, las emociones secundarias sí dependen del aprendizaje. Si tomamos como ejemplo a la vergüenza, nos damos cuenta de que no es un sentimiento universal. Hay gente que le da poca importancia a normas de vestir y solo visten como quieren sin importar la opinión social. Mientras que otros sí se preocupan mucho por cumplir con ciertos estándares.
En el caso de la culpa, es una emoción que se asocia con el sentido moral, el cual es subjetivo y varía en cada persona. Si bien alguien puede sentirse culpable por robar, otro podría hacer lo mismo sin ningún remordimiento.
Para finalizar con el tema de cuáles son las emociones secundarias, podríamos decir que son reacciones variadas y subjetivas. Factores como la cultura, la moral, la ética y el aprendizaje pueden influir sobre cómo se manifiestan y experimentan. Por esa razón, es difícil elaborar una teoría que las abarque y describa de modo universal.
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- Morris, P. H., Doe, C., & Godsell, E. (2008). Secondary emotions in non-primate species? Behavioural reports and subjective claims by animal owners. Cognition and emotion, 22(1), 3-20.