Los 4 estilos de comunicación disfuncional, según Virginia Satir
La comunicación es un proceso fundamental, tanto en la prevención como en el manejo de los conflictos. Hablar de cualquier manera o escuchar de cualquier forma no es suficiente para dar lugar a la complicidad. La famosa psicóloga Virgina Satir encontró que hay cuatro estilos de comunicación disfuncional y todos ellos obstaculizan la armonía en la pareja, la familia y cualquier ámbito social.
Los diferentes estilos de comunicación disfuncional hacen referencia a actitudes que se asumen al momento de abordar un desacuerdo o una diferencia. Todas ellas tienen en común el hecho de que impiden un diálogo genuino y, por el contrario, fomentan o prolongan el conflicto entre las personas.
Así mismo, los cuatro estilos de comunicación disfuncional son factores que incrementan el miedo y la dependencia patológica en las relaciones. A su vez, todos implican una falta de responsabilidad frente al control de las emociones negativas y a la resolución de problemas. Veamos cuáles son esos estilos y cómo operan.
“Todas las desgracias de los hombres provienen de no hablar claro”.
-Albert Camus-
1. Inculpador o agresivo
Uno de los estilos de comunicación disfuncional es el inculpador o agresivo. También se le conoce como el estilo “acusador”. Quienes lo esgrimen son personas que ostentan una superioridad ficticia. Esto quiere decir que ven a los demás como si fuesen inferiores, pero esto es solo una proyección de su propio sentimiento de inferioridad.
Para encubrir la baja valoración que tienen de sí mismos, buscan que los demás les obedezcan o se sometan a su voluntad. Así logran dar “soporte” a su fantasía de superioridad. En términos comunicativos son personas exigentes con los demás e hipercríticos. Su objetivo es minimizarlos.
No quieren encontrar una solución, sino ganar, pero, sobre todo, hacer que el otro pierda. Su lenguaje corporal es desafiante, y es muy habitual que empleen el dedo índice para señalar al otro cuando le hablan. Utilizan gestos agresivos y acusadores.
2. Aplacador o no asertivo
El aplacador o no asertivo es un modelo en el cual la persona evita expresar su opinión, en especial cuando esto contradice o cuestiona la opinión de otros. El objetivo es agradar a todo el mundo, pero, en particular, no tener conflictos, aunque esto suponga pasar por alto conductas inaceptables.
Es uno de los estilos de comunicación disfuncional que a veces llega a ser considerado como positivo, aunque no lo sea. Si bien es adecuado que busquen apaciguar, lo cierto es que con mucha frecuencia esto implica que renuncien a sus propios derechos, necesidades y sentimientos. No se respetan a sí mismos y, por lo tanto, tampoco son respetados.
Estas personas no creen que sean valiosas y, por lo mismo, piensan que la consideración que reciben por parte de los demás es un regalo. Así mismo, tienden a responsabilizarse por los errores ajenos. Suelen tener una expresión suplicante en el rostro y una postura corporal de sumisión.
3. Calculador o intelectual
Otro de los estilos de comunicación disfuncional es el calculador, intelectual o “muy razonable”. Virginia Satir señala que este tipo de personas se rigen por la premisa de: “di las palabras adecuadas; no demuestres sentimientos, no reacciones”. Son similares a los aplacadores, pero hacen de la racionalización el mecanismo para encubrir su inseguridad.
Son lo que podría llamarse “políticamente correctos en exceso”. Quieren adoptar una postura neutral frente a todo, a pesar de que una situación los afecte en forma directa. También desean evitar el conflicto, pero no enfrentarlo o resolverlo. Suelen ser consideradas por otros como personas calmadas, aunque por dentro ardan.
4. Distractivo o manipulador
Finalmente, encontramos el modelo distractivo o manipulador. Satir señala que son como “un trompo que gira sin rumbo fijo”. Lo que los caracteriza es su afán por eludir el conflicto, valiéndose para ello de distintas tácticas, como cambiar repentinamente de tema, responder a preguntas con más preguntas, acusar a quien les señala un defecto, etc.
Su objetivo central es el de salir de las situaciones desagradables sin implicarse directamente en un conflicto específico, aunque con su actitud propicien más problemas. Desatienden, se distraen y es prácticamente imposible establecer un diálogo con ellos. A lo máximo que se puede aspirar es a que haya dos monólogos simultáneos. Son inquietos, nerviosos y se mueven con rapidez.
Los estilos de comunicación disfuncional son un obstáculo muy grande en la resolución de conflictos. Virginia Satir señala que la comunicación funcional se caracteriza por la asertividad: ser capaz de defender los propios derechos, respetando los de los demás, expresando los sentimientos de forma honesta y directa, y siendo congruentes.
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