Género y videojuegos, los estereotipos virtuales
La estereotipos se alojan en todos los rincones de nuestra vida diaria. Están presentes en muchas de las series y programas televisivos que consumimos, las revistas que leemos, los escaparates en los que nos fijamos y, cómo no, en los videojuegos a los que jugamos.
Jugar es una afición sana que se asocia con múltiples ventajas. Los videojuegos fomentan la imaginación y creatividad y son capaces de reducir la ansiedad, entrenar la tolerancia a la frustración y mejorar la atención entre otros muchos beneficios.
Los videojuegos pueden ser una gran herramienta educativa. Por ejemplo, podemos entrenar la toma de decisiones o resolver problemas complejos. Sin embargo, también podemos aprender sobre estereotipos raciales o de género. Casi sin darnos cuenta el material que consumimos nos influye y debemos ser conscientes de ello para tener una actitud crítica hacia lo que vemos en pos de exigir contenidos más igualitarios.
Juegan ellos, juegan ellas
El mundo de los videojuegos, con la invasión de la tecnología, ya forma parte del mercado internacional. Se considera la primera industria de ocio audiovisual e interactivo superando a otras, como el cine. Muchos hombres, mujeres, niños y adultos juegan habitualmente a videojuegos.
Tradicionalmente se ha etiquetado a esta industria como exclusivamente masculina. Muchas personas tienen la idea de que los videojuegos son solo cosa de hombres, sin embargo esto no es cierto. Tanto las mujeres como los hombres consumen videojuegos.
La Asociación Española de Videojuegos (AEVI) ofrece datos sobre cómo se juega y cómo es el jugador en España. Según sus informes el 40% de la población declaran ser jugadores, esto equivale a unos 15 millones de personas. En España el 53% de los usuarios de videojuegos son hombres y el 47% son mujeres.
Estereotipos virtuales
Femeninos
Actualmente en este sector las mujeres siguen infrarrepresentadas, ya que los personajes femeninos son muy inferiores a los masculinos. A esto se suma que cuando la mujer aparece suele hacerlo interpretando roles más pasivos y secundarios que los hombres.
Desgraciadamente son muchos los estereotipos femeninos sexistas que podemos observar en los videojuegos. Poca ropa, una belleza espectacular, proporciones sobredimensionadas, actitud pasiva, dependiente o seductora son características muy frecuentes en las mujeres que aparecen en los videojuegos.
En los últimos años ha habido avances. Empiezan a emerger personajes femeninos que desempeñan papeles protagonistas y que tienen una actitud activa. Físicamente también se empieza a observar un cambio, algunas mujeres vienen representadas de forma más realista, menos sobredimensionada y con trajes diseñados no solo para resaltar los atributos femeninos.
Masculinos
Pese a que el sexismo y los estereotipos son mucho más llamativos y frecuentes en el género femenino, lo cierto es que los hombres tampoco se libran de ellos. Muchos personajes perpetúan estereotipos masculinos irreales que hacen un flaco favor al objetivo de lograr videojuegos menos estereotipados y sexistas.
Los estereotipos masculinos también están patentes en multitud de videojuegos. Es frecuente la representación masculina como un sujeto activo, dominante y de fortaleza y valentía desmesurada. En muchas ocasiones físicamente están caracterizados con músculos sobrehumanos y de belleza modélica.
En los personajes masculinos también se ha visto una evolución positiva a la hora de representarlos. Al igual que en las mujeres muchos personajes se han normalizado, sus dimensiones son más realistas y se ha matizado su personalidad dándoles rasgos más ricos y variados.
Los videojuegos tienen parte de fantasía
No debemos olvidar que los videojuegos son ficción. Al igual que los libros y las películas narran una historia donde los protagonistas, con sus diferentes características, cobran vida. Estos materiales nos permiten fantasear y recrearnos en otras realidades que de otra forma no podríamos experimentar.
Debemos ser conscientes de que los videojuegos tienen una parte de fantasía y que muchos personajes o elementos forman parte de la misma. Los personajes no son reales y en su construcción cobra importancia que el jugador sienta deseo, empatía o admiración por los mismos.
El material que consumimos nos influye, sin embargo no determina nuestro comportamiento final, del cual solo nosotros somos los responsables. Las personas son sujetos activos, que observan, reflexionan y deciden. Por tanto, el jugador tiene la responsabilidad de separar el juego y la fantasía de la realidad y actuar en consecuencia.
Responsabilidad compartida
Nunca se han visto monedas con una sola cara. La responsabilidad en relación a los videojuegos y los estereotipos es doble. Tanto las compañías como el jugador tienen una función importante y ambos deben desempeñar su papel de la mejor manera posible.
Como hemos dicho antes los consumidores de videojuegos no son sujetos pasivos. Los jugadores deben ser críticos con lo que consumen y exigir contenidos más igualitarios. A través de las compras y las opiniones compartidas los consumidores tienen el poder de influir el mercado hacia una dirección u otra.
En el caso de los niños, son los adultos quienes comparten esta responsabilidad. Todos los videojuegos llevan señalizados indicaciones de edad y contenidos, a esta información se le conoce como PEGI. Es el deber del adulto responsabilizarse del material que consume el menor puesto que este tiene una mayor vulnerabilidad frente a dichos contenidos.
Las compañías de videojuegos tienen la responsabilidad final de adecuar el contenido a las demandas sociales. La sociedad actual demanda contenidos y personajes más igualitarios alejados de ciertos estereotipos y las empresas no deben ser ajenas a dicha solicitud.
Caminando hacia la igualdad
Cualquier persona que sea jugadora frecuente entenderá que los videojuegos no son solamente entretenimiento. Como un libro o una buena película muchos de ellos consiguen que la historia te atraparte y se despierten una gran variedad de emociones.
Los contenidos que consumimos como el cine, las series o los videojuegos nos influyen, aunque no nos determinan. Pese a que es la persona quien tiene la responsabilidad final sobre sus pensamientos o acciones los seres humanos no somos ajenos al entorno en el que vivimos.
Debemos caminar hacia contenidos más igualitarios y escapar de estereotipos perjudiciales tanto para hombres como para mujeres. Los videojuegos son un gran instrumento para difundir modelos más realistas y adecuados que reflejen la sociedad diversa en la que vivimos y la igualdad que queremos conseguir.