Hacer o no hacer la cama por las mañanas
Son muchos los psicólogos que nos hablan de la trascendencia que ha tenido desde siempre el simple hecho de “hacer la cama por las mañanas”. Es ese gesto que inculcar en los niños y que deben cumplir antes de ir al colegio. Esta costumbre va en cierto modo un poco más allá del simple hecho de estirar las sábanas y colocar adecuadamente los almohadones. Es gestionar adecuadamente el tiempo conociendo que el día, dispone de unos rituales y unas pautas que cumplir, unas obligaciones que empiezan ya desde buena mañana.
Hacer la cama y ordenar la habitación puede ser, según nos dicen algunos psicólogos, un modo de activarnos y de tener una sensación de que somos capaces de organizarnos.
Para otros, sin embargo, es un gesto solo característico de las personas perfeccionistas y autoexigentes, de ahí que haya muchos defensores del hecho de hacer la cama, y auténticos detractores que ven en el hecho de no hacerla, algo normal y carente de importancia. Pero veamos con detalle este tema, que seguro, te ofrecerá algún tema de conversación con tus amigos y familiares a pesar de lo baladí del asunto.
LOS BENEFICIOS DE NO HACER LA CAMA
¿Sabías que entre tus sábanas se esconden unos pequeños inquilinos capaces de enfermarte y de causarte más de un problema? Hemos de agradecer su minúsculo tamaño, porque son auténticos monstruos dignos de aparecer en cualquier pesadilla. En efecto, son los ácaros.
Las camas son todo un campo de cultivo para ellos, la temperatura es más que ideal para que hagan aquello que más les gusta: reproducirse y defecar. Les encantan los colchones, los nórdicos, las sábanas, los almohadones y también los peluches. Y ojo, a pesar de no verlos pueden causarnos grandes problemas. Si eres alérgico o padeces asma, esta situación puede agravarse muchísimo si no tienes costumbre de renovar tu ropa de cama cada cierto tiempo.
Es más, incluso para aquellos que no tengan problemas de alergia, la presencia de estos seres microscópicos pueden ocasionarnos molestias como inquietud, dificultad para conciliar el sueño, nerviosismo, malestar…. Y todo lo que implica por ejemplo pasar una noche donde no hemos conciliado adecuadamente el sueño. La temperatura de la cama, la humedad y nuestro sudor, generan un escenario perfecto para los ácaros, de ahí que no sea adecuado hacernos la cama nada más levantarnos, ya que con ello, favorecemos aún más “esta felicidad microscópica”. ¿Entonces qué sería lo ideal? Abrir las ventanas y permitir que el aire fresco ambiente durante unas horas las sábanas y la colcha, para después – y aquí ya no hay excusa- hacernos la cama.
Ahora bien, este estudio llevado a cabo por la Universidad de Kingston de Londres, recibe sus críticas por parte del doctor Pedro Ojeda, coordinador de Comunicación de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología. Según él, dejar la cama sin hacer no solucionaría del todo el problema de los ácaros, ya que incluso muertos, siguen produciendo problemas de alergia. Pero a pesar de ello, es recomendable permitir que nuestra cama se airee durante unas horas.
LOS BENEFICIOS DE HACER LA CAMA
Para muchos es un ritual indispensable, y por tanto, según nos dicen los expertos estará relacionado con nuestra personalidad. Dejar la cama hecha y la habitación arreglada es un modo de adecuado de empezar el día, y de gestionar adecuadamente el tiempo. Y como tal, es a su vez un modo de transmitir a los más pequeños pautas y obligaciones. La cama sería ese primer escalón en el hogar, luego vendrán las obligaciones fuera de casa.
Si llegamos por la noche a nuestra habitación y encontramos el lecho sin hacer, para muchos puede ser un auténtico drama y un signo de dejadez, en cambio para otras esa imagen carece de importancia alguna. Así pues, podríamos decir que hacer la cama o no es simplemente una elección personal, pero a su vez, tal y como nos dicen algunos expertos, estirar las sábanas cada mañana es un modo de demostrarnos que el descanso ha terminado y que debe iniciarse “la activación”. ¿Estás de acuerdo?