Hay personas que quieren que te vaya bien, pero no mejor que a ellas
Ciertos individuos son excesivamente recelosos y suspicaces. Esperan siempre lo peor de los demás y dudan de sus intenciones. Por otro lado hay quienes pecan de excesiva inocencia y confían con los ojos cerrados en la bondad de los demás. La realidad es que hay personas que quieren que te vaya bien, pero no mejor que a ellas.
Por mucho que pueda sorprenderte, se trata de un fenómeno frecuente. Algo que puede ocurrir en relaciones de toda índole: entre compañeros de trabajo, entre miembros de una misma familia, dentro del grupo de amigos o incluso en la pareja.
Puede resultar sorprendente, doloroso y decepcionante, pero es una verdad ante la que hemos de estar alerta. Si la ingenuidad nos vence podremos caer en un juego de manipulación que nos alejará de nuestras metas.
Quiero que te vaya bien, pero no mejor que a mí
Aunque resulte duro de asimilar, son muchas las personas que pueden llegar a sentir esta afirmación como propia. Podemos esperarnos tales sentimientos mezquinos de alguien con quien mantenemos una rivalidad o competición, incluso de un desconocido, pero resulta desolador pensar que puedan ser nuestros allegados quienes lo sientan.
Es así. Personas que te aprecian, que realmente te quieren y se preocupan por ti pueden caer presas de este tipo de razonamiento. No te desean el mal, no quieren verte sufrir, incluso se alegrarán por tus logros y los celebrarán a tu lado. Siempre y cuando tus méritos no superen los suyos.
Seguramente, en algún momento habrás comprobado la falta de interés o entusiasmo de un ser querido ante una buena noticia que le has transmitido. Tal vez pensaste que no le resultó tan sorprendente tu logro o que simplemente fue poco expresivo. Pero, en realidad, muchas de las veces estas conductas ocultan una cierta envidia. No ensalzan tu éxito ni festejan contigo de un modo deliberado: simplemente no desean hacerlo.
¿Por qué surge este pensamiento?
Puede que te preguntes cómo es esto posible. En realidad, no existe una única respuesta válida y universal que dé cuenta de todos los casos. En algunas situaciones puede tratarse de personas realmente mezquinas y crueles que verdaderamente deseen verte fracasar. Sin embargo, en la mayoría de las ocasiones la persona simplemente actúa movida por el miedo.
Miedo a no estar a la altura, a ser insuficiente, inadecuado, a quedarse atrás, a no lograr sus metas. Miedo a quedar en ridículo, a parecer incompetente o fracasado.
Ten en cuenta que los seres humanos nos comparamos incesantemente y la vida de los demás constituye el baremo con el que medimos la nuestra propia. Si tus logros superan a los suyos, la comparación resultará desventajosa. Y el miedo ataca.
Por ello no es necesario, conveniente ni saludable juzgar. Pues pensar “quiero que te vaya bien, pero no mejor que a mi” no implica sistemáticamente ser una mala persona. Esta afirmación solo pone de manifiesto las carencias y limitaciones de esa persona. Su falta de autoestima, su poca confianza en sus capacidades, su pesimismo y su insatisfacción con sus circunstancias vitales.
¿Cómo actuar al respecto?
Teniendo todo esto en cuenta lo mejor que podemos hacer es, en primer lugar, prestar atención. Es necesario que comprendamos que algunas personas pensarán así y es conveniente que seamos capaces de identificar cuando esto ocurra. Analiza las reacciones de quienes te rodean cuando compartes con ellos un logro o éxito personal. Si adviertes que tratan de menospreciarlo o ignorar la noticia, mantente alerta.
A continuación es muy necesario despojarse de la necesidad de aprobación, pues puede resultar muy dañina especialmente ante personas de esta índole. Es evidente que somos seres sociales y, en mayor o menor grado, todos deseamos agradar y ser reconocidos.
No obstante, comprende que no necesitas que nadie esté de acuerdo con tus decisiones. Con que tú estés de acuerdo es suficiente. Desarrolla una conexión clara y profunda contigo mismo para que puedas ser plenamente consciente de lo que deseas y vayas a por ello.
De este modo, cuando las voces externas quieran desanimarte y hacerte dudar, cuando te digan que tus ideas son locas, ridículas o están fuera de tu alcance, sus palabras no tendrán impacto. Siempre habrá alguien que no te apoyará, pero procura que esa persona no seas tú.
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