Íncubos y súcubos: los fantasmas del sueño

¿Has soñado alguna vez que una entidad se sentaba sobre tu pecho y te impedía respirar? El folclore tiene una explicación para este fenómeno y la psicología, por su parte, otra. Te lo explicamos.
Íncubos y súcubos: los fantasmas del sueño
Valeria Sabater

Revisado y aprobado por la psicóloga Valeria Sabater.

Escrito por Valeria Sabater

Última actualización: 14 agosto, 2023

Los íncubos y súcubos representan a una misma criatura demoníaca capaz de adquirir una corporeidad femenina o masculina. Su folclore se remonta a la Mesopotamia del 2500 a. C, donde se les describía como entidades seductoras que aparecían por las noches para tener relaciones sexuales con sus víctimas. Y lo hacían posándose sobre el pecho, obstaculizando la respiración.

Más allá de la interesante mitología que rodea a estos seres inquietantes, la psicología describe una realidad clínica vinculada a dichas figuras tradicionales. El conocido como «fenómeno íncubo» es un tipo de parasomnia muy angustiante en la cual, además de experimentar la clásica parálisis del sueño, aparecen alucinaciones. Te proponemos conocer más datos a continuación.

«El sueño es la pequeña puerta escondida en el más profundo y más íntimo santuario del alma.»

~ Carl Jung (Arquetipos e inconsciente colectivo, 1969) ~

¿Qué son los íncubos y súcubos?

Es muy posible que conozcas el llamativo cuadro del artista Heinrich Füssli, titulado La pesadilla (1781). En él puedes ver a una mujer dormida con una criatura antropomorfa sobre su pecho, con un caballo espectral asomándose por una cortina roja al más puro estilo David Lynch. Ese ser simboliza a un íncubo, cuyo significado, en latín tardío, es «pesadilla inducida por un demonio».

La versión femenina de dicha entidad sería el súcubo, que tenía su máxima representación en la figura de Lilith. Ella fue, según la tradición mesopotámica y judaica, la primera mujer de Adán, y a quien más tarde se la desterró del Jardín del Edén. En los textos hebreos la describen como un demonio nocturno y lascivo que se aparecía en sueños. Conozcamos más datos.



Una imaginería demoníaca que se extendió en todo el mundo

Ludovico Maria Sinistrari fue un sacerdote franciscano del siglo XVII que estudio el fenómeno de los íncubos y súcubos. En la actualidad, encontramos su obra publicada bajo el título Incubi and Succubi or Demoniality: a historical study of sexual contacts with demons (2017). En este trabajo describe toda la cultura, creencias y tradiciones alrededor de dichas criaturas.

La principal característica de este ser capaz de adoptar ambos géneros, es su poder para estimular el orgasmo de la víctima. Esto le daba la oportunidad de engendrar y, de hecho, cuenta la tradición que el propio mago Merlín era hijo de este demonio. Por su parte, en el Malleus Maleficarum o libro de las brujas del siglo XV, describe cómo deshacerse de él.

En concreto, existirían cinco mecanismos, entre ellos, estaría sin duda el propio exorcismo. Asimismo, es interesante saber que la imaginería de estas criaturas se extiende en todo el mundo. En Japón, por ejemplo, nos encontramos con los kanashibari, en la India a los pori y ​​en Inglaterra y Estados Unidos tienen la forma de una bruja nocturna llamada Old Hag.

Los íncubos y súcubos son seres mitológicos que representaban a menudo los deseos, miedos y tabúes sexuales en una sociedad dada. Sin embargo, en la actualidad, seguimos viendo su conexión al mundo onírico, lo cual, despierta el interés en la comunidad científica.

Los demonios nocturnos en la psiquiatría

La cultura tradicional suele dejar una impronta psicológica en el inconsciente de la humanidad. De algún modo, lo que nos describió Carl Jung en su libro Arquetipos e inconsciente (1969), tiene una parte de realidad. A lo largo de la historia, son muchas las personas que sueñan con seres mitológicos que se colocan sobre el pecho e impiden respirar.

Es más, también hay casos en psiquiatría de pacientes que dicen haber sido violados en sueños. Recordemos que el íncubo y su símil femenino, el súcubo, eran conocidos por producir poluciones nocturnas. Estos fenómenos han sido estudiados por la ciencia y tienen una explicación tan interesante como ilustrativa. Te las describimos:

El «fenómeno íncubo»

El Industrial Psychiatry Journaldescribió en el 2018 el caso de un chico de 18 años que decía ser agredido sexualmente en sueños por una bruja. Era una presencia femenina que, en contra de su voluntad, le provocaba el orgasmo. Tras un análisis clínico, se descartó cualquier tipo de parasomnia, como terrores nocturnos, pesadillas o parálisis del sueño.

Lo que sufría el joven era esquizofrenia y después de un tratamiento con aripiprazol, dichas experiencias desaparecieron. Este no es el único caso. Frontiers in Psychiatry, también profundizó en dichos cuadros clínicos. Se trata del «fenómeno íncubo» un trastorno paroxístico que tiene una prevalencia del 0,11 % en la población. Estas son sus características:

  • Alucinación visual y táctil de una presencia que se coloca sobre la persona.
  • Dicha entidad alucinatoria ejerce una presión en el tórax.
  • Esta experiencia surge, en algunos casos, durante la parálisis del sueño.
  • La persona sufre una sensación de terror extrema y abrumadora.
  • A pesar del miedo, puede cursar junto a una excitación sexual.
  • El «fenómeno íncubo» es común en pacientes con esquizofrenia o narcolepsia.

Disociación y parálisis del sueño

La aparición en nuestro universo onírico de los íncubos y súcubos no solo se asocia con el fenómeno antes descrito. También es frecuente en los pacientes que experimentan parálisis del sueño, un tipo de parasomnia que, según el International Journal of Applied & Basic Medical Research, afecta al 8 % de la población. Veamos cómo se explica dicha experiencia en este caso:

  • Disrupción del sueño REM: la parálisis del sueño aparece durante la fase REM. Los músculos del cuerpo se paralizan de forma temporal para evitar que actuemos o nos movamos en sueños. En ocasiones, esta inmovilidad persiste cuando la persona se despierta, creando así experiencia muy turbadora.
  • Ansiedad y dificultad para respirar: esta parasomnia se vive con angustia y desconcierto. La respiración se acelera y es frecuente que el individuo experimente una gran presión en el pecho.
  • Disociación: durante este trastorno del sueño se puede sufrir una experiencia de disociación. Una parte del aparato mental se vuelve consciente, a pesar de que el cerebro permanece instalado en la fase REM del sueño. La sensación de ahogo puede generar un sueño vívido en el cual, se visualiza a un ser encima del tórax.
  • Excitación sexual: te interesará saber que durante la fase REM el cerebro está tan activo como en vigilia. La sangre fluye con más fuerza hacia los genitales y esto, puede generar una excitación sexual.
  • Culpa y malestar: la visión de un ser sobrenatural, sumada a la excitación que acompaña a esta vivencia, hace que el hombre o la mujer sienta, a menudo, sentimientos de culpa, ansiedad y una gran confusión.

Sueños, mitología y la mente humana

Los sueños y los mitos han estado interconectados en diversas culturas a lo largo de nuestra historia. También en el arte, porque no solo Henri Füssli quiso hacer su propia representación de los íncubos y súcubos. Disponemos a su vez de la Pesadilla de Nicolai Abraham Abildgaard (1800), otra obra igual de impactante.

La psique humana no es ajena a estas manifestaciones artístico-mitológicas. Parte de nuestras pesadillas se nutren de mucho de lo que sentimos y también de lo que vemos. Si a ello se le añade toda la sintomatología sensorial que acompaña a la parálisis del sueño, no es extraño visualizar a un ser que nos quita la respiración sobre el pecho.

Los fantasmas del universo onírico no parten de la nada, se nutren también de la iconografía, del folclore y de los miedos. De esos temores atávicos que combinan el tabú con el deseo, lo fascinante con lo espantoso.


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  • Sinistrari, L (2017). Incubi and Succubi or Demoniality: A Historical Study of Sexual Contacts with Demons. VAMzzz Publishing

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