La curiosa vida emocional entre un hombre y una mujer
La vida emocional entre un hombre y una mujer es un curioso intercambio fuertemente influenciado por las necesidades y costumbres afectivas y cognitivas de cada uno, las cuales dependerán de preferencias educativas y biológicas que se den dentro de la propia variabilidad emocional del ser humano.
La queja más habitual de los hombres hacia las mujeres es que son demasiado emotivas. Mientras, las mujeres solemos acusarlos de no serlo lo suficiente. Con estos reproches pretendemos que “el otro cambie y se ajuste a nuestras necesidades”, pues pensamos que podría hacerlo si realmente quisiera.
Sin embargo, debemos saber que lo que ocurre es que los circuitos cerebrales emocionales que a veces prevalecen en los hombres y en las mujeres son muy distintos. A continuación desarrollaremos esta cuestión:
Dos sistemas emocionales
Daniela está pasando por una época de estrés laboral muy fuerte. Cuando llega a casa solo necesita que Jorge le escuche y le abrace. Sin embargo, en cuanto Daniela comenta sus problemas Jorge pone lo que ella llama el “modo robot” y empieza a decirle a Daniela lo que puede hacer.
Esto desquicia a Daniela porque piensa que Jorge no comprende y no da importancia a lo que le sucede. Por su parte, Jorge sufre una verdadera tortura al ver tan mal a Daniela, pero no encuentra la forma de ayudarla ya que por más soluciones que le ofrezca, no consigue que Daniela le haga caso e intente ponerlas en práctica.
Hasta no hace mucho se creía que las diferencias en el modo de sentirse y de expresar las emociones en los hombres se debían exclusivamente al tipo de educación que habían recibido. Sin embargo, como hemos comentado hoy en día sabemos que el procesamiento emocional del cerebro masculino es diferente al del cerebro femenino.
Esta diferencia se basa en el uso de dos sistemas cerebrales diferenciados que funcionan de manera simultánea (el sistema neuronal especular y la unión temporo-espacial). Veamos cuáles son siguiendo con nuestro ejemplo.
Cuando las mujeres lloran pueden suscitar auténtico dolor cerebral en los hombres
Si pudiéramos escanear el cerebro de Jorge mientras Daniela se queja de sus problemas y se echa a llorar, se activarían en su cerebro los dos sistemas de lectura emocional.
Sin embargo, primero lo haría el Sistema Neuronal Especular (SNE), el cual le permitiría sentir por un instante el dolor emocional que la cara de Daniela refleja. O sea, en este punto Jorge empatizaría emocionalmente con su pareja.
Acto seguido a esta activación cerebral seríamos testigos de cómo el cerebro de Jorge pondría en marcha la Unión Temporo-parietal (UPT), la cual le haría analizar la situación y buscar soluciones. Esto es lo que se denomina empatía cognitiva.
Si bien el cerebro masculino es capaz de usar la UPT desde el final de la infancia, las hormonas del varón pueden llegar a establecer una preferencia sobre el sistema de análisis UPT (aunque esto puede variar enormemente de un hombre a otro).
La UPT se encargará de fabricar una frontera clara entre las emociones propias y las ajenas, lo cual impide que en ocasiones los procesos mentales se contagien de las emociones de los demás. Esto fortalece la capacidad de buscar cognitiva y analíticamente una solución, lo cual es muy práctico y adaptativo en el mundo en el que vivimos.
Así que si observásemos el cerebro de Jorge mientras le comenta a Daniela las soluciones que su cerebro ha discurrido con objeto de atenuar su dolor, veríamos cómo su Córtex se activa mientras pregunta con total naturalidad a su pareja cosas como “¿Cuánta gente te hace falta para sacar el trabajo adelante”.
Esto, como gran parte de las lectoras comprenderán, irritará a Daniela. Entonces la mujer responderá “¿Y eso qué más da? Tengo hacerlo con el equipo del que dispongo”, mientras clava una mirada de resentimiento en Jorge.
Sin embargo, el cerebro de Jorge obviará el tono emocional del último comentario de Daniela, pues el cerebro masculino tendrá desactivada la zona de empatía emocional mientras trata de buscar una solución y empatizar cognitivamente con su amor.
Siguiendo en esta línea Jorge le ofrecerá la maravillosa solución que su cerebro ha declarado: “Contrata empleados temporales”. Automáticamente las áreas cerebrales del bienestar se iluminan en el cerebro de Jorge ante su genial idea.
Pero el placer dura exactamente lo que tarda en mudar la expresión de Daniela, la cual solo puede llorar y lamentarse al sentir que su pareja no comprende su estado de ánimo y que no le está dando la importancia que realmente tiene.
Sin embargo, lo que realmente está ocurriendo no es lo que ambos interpretan, sino que su realidad cerebral es bien distinta.
Dos realidades cerebrales distintas
Jorge intenta por todos los medios ayudar de manera práctica a Daniela, pues su lógica emocional le dice que eso es lo mejor que puede hacer. Pero Daniela está en otro punto y busca como mujer una empatía emocional más que cognitiva. No le importan tanto las soluciones como sentirse “ emocionalmente sintonizada ” con su pareja ante su malestar.
Así que Daniela interpretará que a Jorge no le importa lo que están hablando mientras que Jorge realmente está intentando acertar resolver el dolor de la persona que tiene enfrente.
En este sentido tenemos que concluir que el trasfondo emocional de un hombre no es menos rico y menos válido que el de una mujer, sino que gran parte de nosotros funcionamos de otra manera a nivel cerebral.
Esto puede constituirse como un problema de entendimiento o como una manera de complementarnos a la perfección. Por eso ahora que tenemos esta información quizás es el momento de tenerla en cuenta y hacer de la vida emocional entre un hombre y una mujer algo mucho más enriquecedor…
Fuentes consultadas:
Carlson, N. (2014). Fisiología de la conducta. Editorial Pearson.
Brizendine, L. (2010). El cerebro masculino. RBA Divulgación.
Imágenes de Claudia Tremblay, Puung y autores desconocidos.