La depresión aumentó en un 18% en el mundo. ¿Por qué estamos cada vez más más tristes?
Según las cifras de la OMS (Organización Mundial de la Salud), la depresión ha aumentado en todo el mundo. Es un dato preocupante. La verdad es que todos hemos sentido tristeza por alguna causa. Muerte de un ser querido, ruptura de una relación, desempleo, etc., pero cuando esa tristeza se prolonga y no hay nada que nos ayude a remediarla, podemos caer en un estado depresivo.
La depresión viene aumentando significativamente en las últimas décadas. Afecta más a las mujeres que a los hombres y se ha convertido en un problema de salud pública. Alrededor de 350 millones de personas sufren depresión en el mundo.
“Los actos nobles y los baños calientes son las mejores curas para la depresión”.
-Dodie Smith-
A pesar de los retos que la enfermedad plantea y de las estrategias para llevar información sobre sus consecuencias, todavía hay desconocimiento sobre ella. Por otra parte, muchas personas que tienen depresión se niegan a aceptarlo. De ahí las dificultades para manejarla.
Es tal su impacto que está considerada como la segunda enfermedad generadora de discapacidad en el mundo. Lo anterior se relaciona tanto con la paralización de habilidades, como con las horas que deja de trabajar una persona por culpa de la depresión. Además es la causante de 800.000 suicidios cada año.
Causas para el aumento de la depresión
Es frecuente que muchas personas con depresión desconozcan que tienen esta enfermedad. Existen los tratamientos adecuados, pero no llegan a la mayoría de quienes los necesitan. A veces tampoco se cuenta con profesionales de la salud idóneos para diagnosticarla a tiempo. Por tanto, uno de los factores para el aumento de la depresión puede ser la falta de eficiencia en las instituciones de salud.
De otro lado, la incertidumbre se ha apoderado de las culturas modernas. Todo transcurre a un ritmo avasallante. Por eso, lo que ayer era una verdad, puede que hoy ya no esté vigente. Esa incertidumbre nos hace más inseguros. Lleva a relativizar los planes a mediano y largo plazo también a experimentar miedo al formar parte de una realidad impredecible.
Al mismo tiempo, los ideales de éxito se han vuelto cada vez más exigentes. Antes bastaba con que fueras un ciudadano decente y que, poco a poco, fueras avanzando en tus metas. Ahora tienes que cumplir miles de requisitos para conseguir éxito social. Aparentemente hoy en día somos más libres y autónomos, pero en el fondo, se han vuelto muchos más severos los parámetros del “ideal del ser”.
¿Cómo saber si sufres de depresión?
La melancolía, tristeza, miedo, frustración, entre otros, son estados de ánimo por los que cualquiera puede atravesar. Son necesarios, además, para crecer, aprender y madurar. Las duras experiencias que se afrontan día a día pueden fortalecer. Sin embargo, si dichos estados se vuelven permanentes, es muy probable caer en la depresión.
A partir de ahí es posible que haya un descuido frente a aspectos personales, especialmente la salud. Se ven afectadas las relaciones con los demás. Nada importa ya y existe una tendencia al encierro, al aislamiento, a no compartir con nadie, incluida la familia. Lo anterior va unido a dificultades cada vez mayores para dormir.
Las emociones negativas (soledad, angustia, miedo, por ejemplo) se presentan con mayor frecuencia y es casi imposible salir de ellas. Lo mismo que esa sensación de vacío, desesperanza y ansiedad. La persona deprimida se aleja de actividades que le generan placer. La existencia se vuelve un martirio.
Los pensamientos relacionados con la muerte son otro síntoma de la depresión. La idea de suicidio es muy recurrente. Aparecen comportamientos autodestructivos. Entre ellos, beber alcohol de más, descuidar tu higiene, dejar de plantearte metas, etc.
La depresión se alimenta de la soledad
Si te sientes mal por algún motivo, busca ayuda. Hablar con alguien de tu entera confianza es un gran apoyo. Así te desahogas de esa angustia que llevas por dentro. Recuerda que existen profesionales a los que también puedes acudir. Si visitas a un psicólogo o a un psiquiatra no significa que estés muy mal. Simplemente te orientarán para encontrar las razones de tu tristeza y evitar que caigas en depresión.
Sobre todo, piensa que la depresión se alimenta de la soledad. Ten la seguridad de que siempre habrá alguien dispuesto a entender lo que te ocurre. A escucharte con atención. A interesarte por ti. Es cuestión de abrir tu corazón y entender que estar solo en esos momentos no es una buena decisión, por mucho que sea lo que te pide el cuerpo.
Es clave que retomes tus actividades. Si te gustaba salir a caminar, hazlo de nuevo. Si te apasionaba jugar fútbol, busca a tus amigos con los que antes lo practicabas. Lo ideal es salir de tu encierro físico y emocional. De esa manera, los malos momentos no darán paso a la depresión; por el contrario, se transformarán en aprendizaje para tu crecimiento.