La depresión en los refugiados de guerra, ¿qué características tiene?

Millones de personas huyen de sus hogares y de sus países de origen cada año, como consecuencia de la guerra. La depresión es quizás una de la secuelas más frecuentes y destructivas que sufren. Ahora, ¿cuál es el marco mental de esta migración forzosa? ¿Cómo aparece la depresión en él? Profundicemos el tema.

Escrito y verificado por el psicólogo Gorka Jiménez Pajares.

Última actualización: 16 abril, 2024

La depresión es una entidad clínica con un potencial enorme para terminar con cualquier brizna de esperanza. Teniendo esto en cuenta, ¿podrías imaginarte un poquito en la piel de los refugiados de guerra? En todo el planeta existen millones de seres humanos con vidas repletas de recuerdos, que fueron despojadas de su hogar.

Además, a raíz de la barbarie de Ucrania, el número de refugiados aumenta en Europa de manera exponencial. En el contexto de la salud psicológica, las barreras para acceder a atención sanitaria son innumerables: desde los largos trámites burocráticos hasta las dificultades sociopolíticas de los piases que les acogen, sin obviar los largos periodos temporales que estas personas viven en un barracón del campamento para refugiados.

Cabe añadir que  «migrar» se considera una experiencia potencialmente traumática, hecho que se acrecienta por el contexto bélico.

Este conjunto de factores: la guerra, la migración, la precariedad en los campamentos y la dificultad para acceder a intervenciones psicológicas; son el caldo de cultivo perfecto para el desarrollo de entidades clínicas. Hoy nos centraremos en una: la depresión en el contexto de los refugiados de guerra (Lavdas et al., 2023).

«Migrar» para eludir una guerra mortífera

En los campamentos para refugiados, los médicos tienen que lidiar con una multitud de problemas vinculados con la salud psicológica, como la depresión y el abuso de sustancias, según publica la revista especializada BMC Medicine (Kane et al., 2014). A este respecto, podríamos preguntarnos qué es lo que que más preocupa a las personas que migran evadiendo la guerra.

Por otro lado, una nueva investigación publicada en BMC Psychiatry, realizada por Michalis Lavdas y su equipo, puso de relieve qué es lo que más estresa a los refugiados de guerra; se trata de los elementos listamos enseguida:

• El desempleo.
• Incertidumbre.
• La aculturación.
• Alto menoscabo de la vida.
• Deterioro en la esfera social.
• Preocupaciones económicas.
• El hecho de exponerse a un contexto bélico, traumático de por sí.

Huir de la guerra es el punto de partida; llegar a un campamento para refugiados es solo una parada más de un extenso viaje. Además, hay campamentos en los que la vida es muy dura, porque la cultura del país de origen puede ser completamente distinta. Así, estar en un refugio influiría notablemente en estas personas como consecuencia del «baile» caótico de cambios, de dolor y de incertidumbre.

Refugiados de guerra y depresión

Quienes participaron en el estudio de Lavdas et al (2023) reportaron sentirse deprimidos, producto de las duras situaciones que, obligados, vieron y experimentaron. Este fenómeno se daba tanto antes del inicio de la guerra -con ella en ciernes- como una vez que esta comenzaba.

La experiencia que viven en los campos de guerra agrava el peso que llevan estas personas sobre sus espaldas. Asimismo, se han encontrado diferencias en cuanto a los factores que inciden en la depresión, según el sexo.

Violencia de género: una constante para las mujeres refugiadas de guerra

Las refugiadas de guerra provienen a menudo de países donde sus derechos son ninguneados, vulnerados e ignorados de manera reiterada. El doctor Lavdas explica que el hecho de nacer mujer tiende a constituir un factor de riesgo per se y ejemplifica con los casos de «matrimonio durante la infancia», los cuales son frecuentes en ciertas culturas.

La vida en el campamento les anunciaba la esperanza de un nuevo hogar. Sin embargo, pese a percibir una mayor seguridad, en el refugio aguardaban otros elementos promotores de la depresión. Hablamos de la incertidumbre y de la ausencia de actividad (Lavdas et al., 2023)

La vida en el campamento es un intenso punto de inflexión para los hombres refugiados de guerra

Fruto de una violencia exacerbada e implacable antes de la migración, los hombres reportaban con una frecuencia extraordinaria, emociones tan negativas como la angustia. Sobre todo, después de presenciar actos tan horribles como, por ejemplo, los asesinatos o las explosiones.

Tras su llegada a un campamento que sería un faro de luz, progreso y libertad se encontraron con factores diametralmente opuestos: el encerramiento, el aislamiento y los conflictos (Lavdas et al., 2023).

Además, como las circunstancias promotoras de los síntomas depresivos se configuraron la ausencia de actividades con significado y los días aparentemente «largos y sin fin», junto con la carga mental de «tener que atender las necesidades de sus familias».

Inactividad y desmotivación, dos elementos cruciales en la depresión de los refugiados de guerra

Los refugiados abandonan su país para sobrevivir a una guerra mortífera y destructiva que asola toda la esperanza depositada en el futuro. Huyen con las mochilas llenas de angustia y preocupaciones por la supervivencia, pero también por los hijos o por otras personas vulnerables de las que hasta ese momento eran responsables.

Por otro lado, la inactividad mencionada, está íntimamente vinculada a los síntomas depresivos. Pueden configurarse como un círculo vicioso, cuya derivada es la falta de motivación, la ausencia de contactos íntimos y significativos con otras personas y la pérdida para experimentar placer en las cosas del día a día.

De este modo, se torna fundamental la idea de mejorar las características de los campamentos en los que se encuentran, en tránsito, estas personas. Proporcionarles ayuda psicológica directa implica, también, dotarles de tareas y de actividades que puedan considerar significativas e importantes. Un ser humano que siente que la vida tiene un significado, un sentido, está un poco más preparado para afrontar las vicisitudes.