La etapa de las operaciones concretas del desarrollo de Piaget
La etapa de las operaciones concretas forma parte de la teoría del desarrollo propuesta por Jean Piaget, cuyos descubrimientos han sido fundamentales en el devenir de la psicología cognitiva. Según la misma, el pensamiento del niño tiene unas características únicas que irán variando en función de la etapa madurativa y la interacción con el ambiente.
En este artículo, te explicamos cómo funciona la lógica de un niño que se encuentra iniciando la etapa de las operaciones concretas, cómo es su visión del mundo y qué problemas es capaz de resolver.
La teoría del desarrollo cognitivo de Piaget
Si se puede decir algo del psicólogo suizo Jean Piaget es que revolucionó por completo las teorías del desarrollo infantil y el concepto de inteligencia que se tenía hasta entonces. Con su teoría del desarrollo, puso en duda que los niños fueran pensadores menos competentes que los adultos o que fueran moldeados a merced del ambiente, como se pensaba hasta los años cuarenta.
De esta forma, mostró a través de ingeniosos experimentos que las formas del pensamiento infantil no eran inferiores a las de los adultos, sino distintas. Con su teoría del desarrollo, Piaget describió a los niños como «pequeños científicos» que operan de manera activa con el ambiente, experimentando y modificando su pensamiento en función de sus hallazgos.
Para Piaget, ellos van construyendo una serie de representaciones mentales del mundo conformes a su etapa madurativa. A medida que interactúan con el ambiente, observan las discrepancias entre ese mapa mental que poseen y la realidad que perciben. Esto les permite modificar sus concepciones del mundo.
Descubre: Las etapas cognitivas según Piaget
La etapa de las operaciones concretas
Piaget dividió su teoría del desarrollo en cuatro etapas principales: la etapa sensoriomotora, la preoperacional, la etapa de las operaciones concretas y, por último, las operaciones formales. Todos los niños transitan las etapas en el mismo orden hacia un pensamiento que evoluciona en complejidad y abstracción.
Según la teoría piagetiana, la etapa de las operaciones concretas se adquiere entre los siete y los once años de edad. Aunque, el autor acepta la existencia de una gran variabilidad individual y cultural. Esta tercera fase del desarrollo se considera fundamental al plantearse como el inicio del pensamiento lógico u operativo en el niño.
En este periodo, el niño ha adquirido la suficiente madurez biológica para actuar mediante reglas. Es decir, este momento evolutivo se caracteriza por el desarrollo de un pensamiento lógico que ya no necesita tanto de una manipulación física. Además, le permite al menor hacer una reflexión más flexible, sin basarse únicamente en las apariencias de los objetos.
Según los experimentos de Piaget, un niño que se encuentra en la etapa de las operaciones concretas podría ordenar una serie de palitos por tamaño mentalmente sin tener la necesidad de manipularlos de forma física.
En esta instancia, los niños tienen madurez para emplear la lógica y sus reglas para llegar a conclusiones. Sin embargo, aún no son capaces de pensar de forma abstracta o hipotética, por lo que solo pueden aplicarlas a elementos físicos; su raciocinio se ve limitado por lo que pueden oír, tocar y experimentar. Es por esto que la etapa se denomina operaciones concretas.
Habilidades fundamentales de la etapa de las operaciones concretas
Según la teoría del desarrollo de Piaget, en la etapa de las operaciones concretas el niño adquirirá varias habilidades fundamentales que se describen a continuación:
La seriación
Es la capacidad que permite comparar elementos y ordenarlos con base en sus diferencias. Esta operación es necesaria para el manejo de los conceptos como los números, el tiempo, las medidas o la orientación.
En un ejemplo práctico, un niño que todavía no ha llegado a la etapa de las operaciones concretas tiene un concepto del tiempo bien conformado. Por ende, no puede distinguir cuánto tiempo dura un minuto en comparación con una hora…
La clasificación
Es la habilidad que permite catalogar los objetos según sus características y determinar si pertenecen a un conjunto determinado o a una jerarquía. Así, un niño que no ha llegado a adquirir las habilidades propias de esta etapa no entenderá la relación jerárquica entre ser humano y mamífero. Es decir, no llegaría a comprender que todos los seres humanos son mamíferos, pero no son los únicos mamíferos entre los seres vivos.
Piaget identificó tres tipos de clasificación:
- Inclusión de clases: se refiere a la capacidad de entender que un objeto puede pertenecer a una categoría amplia y específica al mismo tiempo. Por ejemplo, un gato es un animal, pero también es un mamífero.
- Clasificación simple: alude a la capacidad de agrupar en categorías basadas en una característica. Por ejemplo, clasificar objetos por tamaño.
- Clasificación múltiple: se refiere a la agrupación categorías según múltiples características. Por ejemplo, objetos por color y textura).
La conservación
Permite reconocer que un objeto puede ser el mismo a pesar de los cambios de apariencia. Dicho de otra forma, la redistribución de un elemento no afectaría a cualidades como su masa, volumen o longitud.
Un posible experimento al respecto podría consistir en mostrarle a un niño un vaso de agua y verterlo, sin variar la cantidad, en otro más pequeño. Si preguntáramos a un niño —que no ha iniciado la etapa de las operaciones concretas— si hay la misma cantidad, nos respondería no.
La reversibilidad
Es la habilidad de volverse en el pensamiento, lo que le permite razonar en orden inverso. De acuerdo con un artículo publicado en Plumilla Educativa Piaget sostenía que: «la reversibilidad es la característica más definida de la inteligencia. Si el pensamiento es reversible, entonces puede seguir el curso del razonamiento hasta el punto del cual partió».
El niño ahora sabe que, en algunas ocasiones, las cosas pueden volver a su estado original. Por ejemplo, el agua congelada puede volver a ser líquida. También pueden entender que las operaciones aritméticas pueden revertirse.
El descentramiento
Consiste en considerar varios aspectos de una misma situación. Por ejemplo, los pequeños pueden tener en cuenta la altura de un vaso y su anchura a la vez; en etapas anteriores, solo eran capaces de centrarse en una de estas cuestiones para dar una respuesta.
Las relaciones espaciales
En la etapa de operaciones concretas, los niños son capaces de hacer relaciones espaciales. Esto les permite interpretar un mapa, ir y venir de la escuela, estimar cuánto tiempo se emplea para ir de un lugar a otro y recordar la ruta y los puntos de referencia que existen en un camino. Por ejemplo, el niño usa un mapa para buscar un objeto oculto y también puede dar a otra persona instrucciones para encontrarlo.
Los juicios de causa y efecto
Otro desarrollo clave en esta etapa es la capacidad de formar juicios de causalidad. El menor puede entender que algunos sucesos pueden causar otros y puede reflexionar sobre las consecuencias o efectos de sus acciones. Por ejemplo, el niño sabe que los objetos colocados en cada lado de una balanza afectarán la inclinación de esta.
Resolución de problemas aritméticos
Los niños también adquieren habilidades para resolver problemas aritméticos simples planteados en palabras. En esta etapa aprenden a usar operaciones matemáticas como la suma, la resta, la multiplicación y la división, y pueden aplicarlas en su cotidianidad. Asimismo, pueden contar con la mente y de manera ascendente.
La consistencia del autoconcepto
El desarrollo cognoscitivo durante esta etapa les permite a los niños formar conceptos más complejos de sí mismos y mejorar la comprensión y el control de sus emociones.
Antes de entrar en esta etapa, los niños tienen dificultades con los conceptos abstractos y con la conexión de las diferentes dimensiones del yo. Sus autoconceptos se concentran en atributos físicos, posesiones y descripciones globales.
Sin embargo, alrededor de los siete u ocho años, los juicios acerca del yo se vuelven más conscientes, realistas, equilibrados y generales a medida que los niños forman sistemas representacionales.
Reducción del egocentrismo
La etapa operacional concreta está marcada por la disminución del egocentrismo. En fases anteriores, los niños tienen problemas para tomar la perspectiva de los demás; en cambio, en la etapa concreta pueden pensar sobre las cosas de la manera en que los demás las ven.
La transitividad
Es la capacidad para establecer deductivamente la relación que existe entre dos elementos. Por ejemplo, comprender que si un perro es un mamífero y un caniche es un perro, entonces el caniche es un mamífero.
Críticas a Piaget
Los postulados y experimentos de Piaget recibieron varias críticas posteriores que ponían en duda la validez de sus hallazgos. Algunas de las más significativas fueron las siguientes:
- Rose y Blank (1974) demostraron que la forma de preguntar a los niños sobre la conservación podía alterar su respuesta. Si se les hace la misma pregunta dos veces (antes y después de la transformación) pueden cambiar su respuesta por entender que, si se les vuelve a preguntar, es porque la primera vez han fallado. Al preguntarles solo una vez muchos más niños de menor edad ofrecían respuestas correctas.
- McGarrigle y Donaldson (1974) comprobaron que, si los niños veían a los adultos realizar la alteración (por ejemplo, moviendo una serie de dulces), daban por hecho que este había sido un cambio significativo y respondían que el número ya no era el mismo. En cambio, cuando esta alteración se produce de manera accidental (un travieso oso de peluche descoloca los dulces) son capaces de saber que es el mismo número.
- Dasen (1994) puso de relieve que el desarrollo cognitivo no es puramente dependiente de la maduración, sino que el contexto cultural tiene una gran relevancia. Por ejemplo, vio que los niños aborígenes del desierto australiano adquirían la capacidad de conservación más tarde que los niños suizos; sin embargo, su conciencia espacial (que les era mucho más útil en su contexto) se desarrollaba antes.
La etapa de las operaciones concretas: «el niño práctico»
A pesar de las críticas, es innegable que la teoría del desarrollo cognitivo de Piaget construyó las bases de la psicología evolutiva actual. Por primera vez, se propuso una visión del pensamiento particular y único del niño. Además, se describieron los procesos de maduración biológica y la relación con el ambiente que subyace al desarrollo de los procesos mentales.
Este estadio del desarrollo se suele describir como el nacimiento de «el niño práctico», ya que ha superado las anteriores fases a través de la actividad y la intuición. En consecuencia, se convierte en un niño práctico que deja de aprender por ensayo o error.
Actividades para la etapa de operaciones concretas
A continuación, hay una lista de actividades divertidas que se pueden realizar junto con el niño para fortalecer las habilidades de esta etapa.
- El vaso de leche: toma un pequeño cartón de leche y viértelo en un vaso alto y angosto. Luego, haz lo mismo, pero en un vaso corto. Pregúntale al niño qué vaso contiene más.
- Construir torres: las piezas de lego también pueden enseñar conservación. Construye una gran torre y luego deja que el niño la divida. Ahora pregúntale: «¿Había más piezas en la torre construida o en la torre destruida?»
- La fiesta sorpresa: pídele al niño que piense una fiesta sorpresa para la abuela. Tendrá que pensar en las comidas favoritas de ella e incluso qué tipo de regalo querría la abuela. Lo que se busca con esta actividad es salga de su propio círculo egocéntrico.
- Contar historias: toma la historia favorita del niño y escríbela. Luego corta la historia en párrafos. Juntos, pueden poner la historia en secuencia.
- Matemáticas en la cocina: hornea galletas (u otro producto) con chispas de chocolate y usa las tazas medidoras para que el niño tenga un buen sentido de las fracciones. Habla sobre qué ingrediente representa la mayor cantidad y haz que él o ella las enumere en orden.
Para terminar, es posible que, aunque el niño haya entrado en la etapa de operaciones concretas, siga teniendo problemas con los conceptos abstractos. Esto puede ser normal, siempre y cuando el niño no tengas problemas en su desarrollo. Cada niño crece a su propio tiempo y alcanza estos y otros hitos a su propio ritmo. Tu tarea es estar allí acompañándolo y animándolo.
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