La herramienta olvidada contra el estrés
El estrés forma parte, cada vez en mayor medida, de nuestra vida diaria. Corremos de una actividad a otra, con la mente repleta de obligaciones y tareas pendientes. Nos centramos tanto en ser productivos que no nos permitimos descansar. Y esta es, precisamente, la herramienta olvidada contra el estrés.
Tomarnos unos minutos para cesar toda actividad no supone una gran diferencia objetiva. Siempre es posible (o, al menos, debería serlo) rescatar 15 minutos de nuestro tiempo para desconectar. No obstante, a nivel subjetivo reporta grandes beneficios. Saber que tenemos la opción de descansar, permitirnos hacerlo, tiene una gran influencia a nivel mental.
El estrés es actitud
Tendemos a pensar que el estrés surge por la gran cantidad de tareas que tenemos que desempeñar cada día. Eso, indudablemente, es un factor que contribuye. Sin embargo, gran parte de esta sensación subjetiva proviene de nuestra actitud. Todos conocemos a alguna persona que parece vivir acelerada, independientemente de sus obligaciones.
Siempre anda apresurada, dando vueltas mentalmente a sus quehaceres y buscando nuevas actividades para añadir a su lista. A pesar de que, efectivamente, tenga trabajo por hacer (tanto laboral, como familiar y socialmente) gran parte de la presión proviene de que nunca desconecta. Nunca descansa el cuerpo, pero tampoco la mente.
Por otro lado, hay personas que, a pesar de cumplir igualmente con sus tareas, lo hacen desde una actitud relajada. Estos individuos no necesariamente trabajan más despacio que los anteriores, ni resultan menos productivos. Lo que funciona a otro ritmo (más sano) es su mente. Son personas que se permiten desconectar, tomarse unos minutos para descansar. Capaces de disfrutar del momento presente en lugar de anticipar, acelerados, lo que habrán de hacer mañana.
Los peligros de vivir con estrés
Viviendo de esta manera no nos hacemos ningún favor. Esta actitud no nos hará aprovechar mejor el tiempo ni ser más eficaces. Al contrario, cuando el nivel de ansiedad es excesivo, esta comienza a interferir en nuestras capacidades. Comenzamos a obtener un menor rendimiento. Pero no solo eso, nuestra salud también puede verse gravemente afectada.
Las situaciones de estrés sostenido están estrechamente relacionadas con problemas coronarios, hipertensión y aumento del colesterol. Además generan diversas somatizaciones como dolores estomacales o de cabeza. Puede aparecer sobrepeso (debido a la alimentación emocional) y alteraciones del sueño.
Nuestro organismo está preparado para afrontar un nivel de tensión elevada de forma puntual. Ante ella, pone en marcha los mecanismos necesarios para permitirnos tomar acción. No obstante, cuando esta situación permanece en el tiempo, los efectos sobre nuestro cuerpo son devastadores.
Además, al encontrarnos en un modo de alerta, estamos centrados en sobrevivir y no en cuidarnos deliberadamente. Es por esto que comenzamos a descuidar nuestros hábitos y a practicar, cada vez menos, el autocuidado.
La herramienta olvidada contra el estrés
De entre las muchas herramientas existentes para combatir el estrés, el descanso es una de las más sencillas, efectivas y olvidadas. Su poder proviene, no solo del hecho físico de parar en nuestro ajetreo diario, si no del efecto que tiene para nuestra mente el permitirnos frenar.
Es un ejercicio de muy fácil aplicación. Simplemente, cada aproximadamente dos horas toma un descanso en tus actividades y centra tu atención en el presente. No son necesarios más de cinco o 10 minutos. Únicamente despeja tu mente de lo que te encontrabas haciendo y lo que harás a continuación y enfócate en tus sensaciones. Puedes dar un pequeño paseo para movilizar tu cuerpo o simplemente permanecer sentado concentrándote en la respiración.
La idea principal es que recuerdes vivir, disfrutar y sentir y salgas del bucle mental de obligaciones y responsabilidades por un momento. Esto resulta especialmente importante a mitad del día, hacia la hora de comer. Tómate el tiempo necesario para alimentarte con calma y de forma consciente.
Aprovecha para tener una charla distendida, leer o mirar una serie.No importa tanto cómo emplees este espacio de tiempo sino que lo consideres libre. Que constituya un alto en el camino, un corte en el día, que te permita salir de la inercia y volver a ti.
Si actualmente te identificas como una persona que vive en un constante estrés, probablemente la idea del descanso te parecerá un disparate. Encontrarás mil excusas y justificaciones mentales por las que no puedes permitírtelo. Pero seguramente, cuanto más imposible o innecesario te parezca, más necesitas esta herramienta olvidada contra el estrés.
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