La insatisfacción crónica es tóxica para el alma

La insatisfacción crónica es tóxica para el alma
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 14 julio, 2019

¿Alguna vez has sentido que hagas lo que hagas nunca es suficiente? ¿Piensas que podrías haberlo hecho mejor? ¿Te exiges mucho a ti mismo? ¿Te comparas constantemente? La insatisfacción crónica es tóxica y nos conduce al perfeccionismo y a la exigencia. Saber cómo transformarla en un sentimiento positivo te ayudará equilibrar tu vida con más facilidad.

El sociólogo Zygmunt Bauman, habla de que vivimos en una sociedad líquida y del consumo, que busca satisfacer las necesidades materiales de forma inmediata. Esto genera que los productos que gastamos se terminen rápidamente, dando pie a que nuestras necesidades nunca sean satisfechas, y queramos consumir más, para sentirnos completos.

Por tanto, una parte de responsabilidad, de la gran insatisfacción general que experimentamos, es a nivel social. Nos pasamos el día deseando cosas nuevas y en cuanto las tenemos, ya queremos algo nuevo. Como sociedad del consumo que somos, toda novedad prácticamente suscita un deseo.

“La mitad de la vida es deseo, y la otra mitad insatisfacción”

-Carlo Dossi-

¿Cómo saber si estás insatisfecho?

La insatisfacción crónica no solo se trata de un fenómeno social, sino también de un problema personal e individual. Puede ser que sientas que normalmente nada te llena, te encuentras abrumado por lo que tienes pendiente, y una vez lo haces, no encuentras recompensa alguna. Además, se distingue por la necesidad de aprobación constante por parte de los demás y la sensación de que nunca llegas a tiempo, siempre hay algo pendiente que se puede hacer mejor.

Mujer sola con depresión

Si esto te ocurre, es probable que también sientas que todo te amarga, y que te marques objetivos imposibles de alcanzar. La comparación y la envidia son también dos características que frecuentemente se asocian a la insatisfacción. Cuanto más te comparas, más insatisfecho estás. La paradoja de la envidia es que te aleja de tu bienestar psicológico en vez de ayudarte a alcanzar tus deseos.

Si sientes que nada te satisface, puede que tengas algún asunto pendiente relacionado con tu autoestima . La inseguridad es otro punto que está presente en la sensación de insatisfacción crónica. Al dudar, puedes a sentir un gran miedo al fracaso, y por tanto, esto te va a frenar para tomar decisiones y avanzar en tus objetivos.

¿Para qué puede servirte la insatisfacción?

La buena noticia es que la insatisfacción tiene dos caras. Una, como acabamos de describir, puede amargarte y otra que te puede ayudar a progresar. La insatisfacción ocasional puede ser positiva, te lleva a mejorar, y a superarte en tu día a día. En pequeñas dosis, te da energía y motivación para no dejarte vencer por los obstáculos. Además, te empuja a no conformarte con lo establecido y buscar solución a tus problemas.

Hombre dibujando caras

La cara amarga de la insatisfacción viene cuando permites que se instale en tu rutina y te dejas vencer por la exigencia, la comparación,el afán de perfeccionismo y la ambición. Para dejar que la insatisfacción sea solamente ocasional, es necesario que no caigas en la trampa de la comparación. Tú eres único e irrepetible y tienes el mismo derecho que los demás de tener tus propios gustos y tus propios pensamientos y emociones. 

¿Por qué la insatisfacción que se prolonga en el tiempo acaba siendo tóxica?

La insatisfacción te puede dar señales de que algo has de cambiar en ti o en tu entorno, y eso puede llegar a ser positivo si lo sabes aprovechar. Se vuelve dañina cuando prolongas la queja y el descontento, tiñes tu vida de ambición y te centras en el pasado o en el futuro en vez de en el momento presente. Las ganas de controlarlo todo hacen que no te puedas relajar y olvides lo realmente importante: disfrutar de las pequeñas cosas. 

“La ambición está más descontenta de lo que no tiene, que satisfecha de lo que tiene”

-Fénelon-

Mano con mariposa

Si eres de las personas que tienden a querer que todo sea perfecto, es probable que tu insatisfacción pueda llegar a ser nociva para ti. Por más que planifiques, la vida tiene sus propios planes y nadie puede controlar los acontecimientos ni cómo van a actuar las personas a su alrededor.

¿Cómo liberarte de la insatisfacción tóxica?

Algunas ideas para poder deshacerte de esta insatisfacción tóxica:

  • No te compares eres una persona singular y única: la comparación sólo te lleva a idealizar a los demás, en vez de contactar con la parte real de ti mismo. Aceptate tal y como eres, y agradece por lo que tienes, así podrás sentirte con más fuerza para hacer tu propio camino.
  • Deja que tus necesidades sean reales y no impuestas: piensa si lo que quieres es porque lo necesitas, porque lo deseas o tal vez, porque piensas que “deberías” hacerlo.
  • No trates de demostrar nada a los demás: al único que tienes que demostrar algo es a ti mismo. Demuestrate que te valoras y te quieres tal y como eres.
  • Permítete el error: eres imperfecto, igual que el resto de la humanidad, por tanto, usa tus errores para aprender y sácales partido.
  • Deja que tus emociones te guíen: busca un equilibrio entre emoción y pensamiento, sin tapar tus emociones. Solamente si das espacio a todas tus emociones podrás gestionar mejor tu insatisfacción o descontento.
  • Disfruta de tu presente: tu vida está en el presente, en el aquí y ahora, vívela con consciencia y con plenitud.

La confianza en ti y en lo que está por venir nutren tu alma y tu cuerpo. Si aportas flexibilidad a tu vida podrás dejar ir con mayor facilidad el control y la necesidad de perfección que arrastra la insatisfacción crónica. Así, aprenderás a quererte con tus defectos y virtudes para poder soltar tu exigencia y estar más feliz contigo y con los demás.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.