La memoria del testigo, ¿cómo es de fiable?
En la mayoría de los crímenes, la reconstrucción de los hechos se realiza a partir de los retazos de información de las personas que estaban presentes. Esto significa que la memoria del testigo toma un papel esencial en el curso de los acontecimientos. En ocasiones, es la única fuente de información con la que cuentan los profesionales que investigan un caso.
Pero, ¿cómo de fiable es la memoria de un testigo? ¿La naturaleza de los acontecimientos puede llegar a cambiar el recuerdo?
Los testigos, como el resto de seres humanos, ¿cometen errores cognitivos y son víctimas de sus propios sesgos? ¿Los mitos como que los policías son testigos ecuánimes bajo cualquier condición son verdaderos? Trataremos de responder estas preguntas a través del campo de estudio que se dedica a ello: la psicología del testimonio.
Los dos errores de la memoria del testigo
Münsterberg (1863-1916), psicólogo germano-estadounidense, introduce por primera vez el término psicología del testimonio. Este investigador creía que los jueces entraban en un campo que no les correspondía —y por ello tampoco estaban capacitados para ello— al tratar de determinar si un testigo mentía o no.
En tanto que el estudio de la memoria es un área de investigación de la psicología, se estableció que esa distinción habría de ser determinada por psicólogos, habiendo expertos del testimonio desde entonces hasta nuestro días.
La psicología del testimonio está basada en los dos tipos de errores que más se observan en la memoria del testigo. Según Santos, Hernangómez y Taravillo (2018), estos errores son:
- Errores de omisión: los testigos olvidan detalles de lo acaecido.
- Errores de comisión: con frecuencia, los testigos tratan de suplir las carencias de su memoria —es decir, su olvido— introduciendo de manera no intencional detalles que en realidad no han tenido lugar.
¿Qué variables influyen en la exactitud del testimonio?
Numerosas variables influyen en la exactitud de la memoria del testigo. Por ejemplo, según autores como Migueles y García (2014), los testigos recuerdan mejor los sucesos que las personas.
Por ello, aunque muchos de ellos son capaces de hacer un recorrido por los diferentes momentos del crimen en cuestión, los detalles de la persona que perpetúa esas acciones suelen ser menos exactos.
Hay, no obstante, variables como el sexo del testigo o los estereotipos, que influyen en la exactitud del testimonio.
La violencia del crimen
Autores como Clifford y Hollin argumentan que los niveles de arousal muy altos pueden afectar de manera negativa al recuerdo del testigo.
Así, los crímenes muy violentos son peores recordados que aquellos que se han desarrollado bajo condiciones no violentas y son recordados con menor exactitud. Esto puede resultar un inconveniente en tanto que los sucesos de más violencia son aquellos en los que se necesita que la memoria del testigo sea más exacta.
Chica o chico: en este caso, sí importa
Si se tienen dos testigos, una mujer y un hombre, y solo se puede llamar al estrado a uno, la psicología del testimonio parece tenerlo claro: presente a la mujer.
Es cierto que los hombres recuerdan, según Clifford y Hollin (1978), con mucha más precisión los sucesos violentos que las mujeres. No obstante, las últimas parecen rememorar con mayor exactitud aquellos no violentos.
Sea como fuere, en general, las mujeres resultan mucho más fiables a la hora de recordar detalles sobre la persona y no sobre el sujeto. Estas reconocen mejor las facciones del sujeto en cuestión, su ropa, y su apariencia física en general, independientemente de si el sospechoso es un varón o una mujer.
Si solo tuviéramos grabaciones donde se escucha únicamente la voz del sospechosos, suba entonces al hombre: estos reconocen mejor las voces de las personas que las mujeres.
¡No utilice a un niño como testigo!
La edad es otra variable que influye en la fiabilidad de la memoria del testigo. Los niños son muchos menos fiables que los adolescentes, y estos que los adultos. La fiabilidad de la memoria parece estabilizarse a los 17 años (Dent, 1978, en Santos et al., 2018).
Los niños, por su parte, se muestran muy influenciables por las preguntas de su interrogador. Ya sea un juez, un abogado o un policía, de forma natural, y dependiendo de la naturaleza y dirección de las cuestiones, estas pueden modificar el recuerdo del niño.
Los policías no tienen la mejor memoria
Algunos estudios sugieren que los policías son los mejores testigos porque tienen una mayor capacidad de memoria que los civiles, pero esto no es así.
Santos et al. (2018) defienden que, aunque estos sí son más exactos a la hora de detallar aspectos como la apariencia física, las armas utilizadas, etc., esto solo dura un intervalo corto de tiempo. De hecho, los policías cometen más errores de comisión que los civiles a largo plazo, pues no son capaces de diferenciar entre otros casos que tienen y mezclan recuerdos.
El enjuiciador de la memoria: la credibilidad de la memoria del testigo
Wells y Lindsay (1983) proponen un modelo de credibilidad llamado “el enjuiciador de la memoria“. Este modelo presenta conocimientos de la metamemoria para determinar si las personas son o no exactas en su testimonio. Por ello, estudia tres tipos de información en el testimonio del testigo:
- Información condicional: estos autores entienden que las condiciones de la persona en el momento en el que el crimen tuvo lugar son muy relevantes: diferencias individuales, variables estimulares, etc. El enjuiciador de la memoria ha de determinar si en la situación en la que el testigo se encontraba él sería capaz de recordar lo que el sujeto está recordando. En la información condicional se incluyen los sesgos y mitos que las personas tienen sobre la memoria, que describiremos en el último apartado.
- Acuerdo intersujeto e intrasujeto: Manzanero y Diges (1993) determinan que la información que aporta un sujeto ha de mantener cierta consistencia interna a lo largo de la declaración —acuerdo intrasujeto—; pero también mantener un grado de acuerdo con otros detalles descritos por otros sujetos —acuerdo intersujeto—.
- Sesgos de respuesta del testigo: las personas suelen identificar o declarar siempre en la misma dirección, sin importar las variables objetivas de la exactitud. Lo negativo es que el enjuiciador de memoria detecta mal estos sesgos, y se deja llevar por detalles como muletillas, frases hechas, pausas entre frases, etc., cuando estos no tienen por qué indicar nada.
Los mitos sobre los testigos
Para finalizar, citaremos algunas de las ideas intuitivas que Mira (1989) identificó que la población general tenía acerca de los testigos. Estas ideas son erróneas:
- Los testigos pueden identificar detalladamente a una persona que han visto durante un instante, también después de que mucho tiempo haya transcurrido.
- La hipnosis es una técnica utilizada por los policías que da resultados espectaculares. Además, la hipnosis garantiza la credibilidad del testigo.
- La calidad óptima de un testimonio se encuentra en la memoria de un policía.
- La amenaza de una agresión —por ejemplo, estar siendo apuntado por un revólver— no influye en la calidad del testimonio.
- En un accidente, se recuerda mejor el estado en el que quedó el vehículo. En realidad, lo único que parece no distorsionarse con el paso del tiempo es el lugar en el que se dio el accidente.
- Las mujeres son peores testigos que los hombres.
La memoria de un testigo en muchas ocasiones juega un papel fundamental para decidir una sentencia. Por otro lado, a medida que la hemos estudiado y aprendido más sobre cómo funciona nuestra memoria, hemos perfeccionado el método para recoger testimonios de testigos, intentando evitar en la medida de lo posible la contaminación de los recuerdos.
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- Manzanero, A. y Diges, M. (1993). Evaluación subjetiva de la exactitud de las declaraciones de los testigos: la credibilidad. Anuario de Psicología Jurídica, 3, 7-27.
- Manzanero, A. (1991). Realidad y Fantasía: Credibilidad, Metamemoria y Testimonio. Universidad Autónoma de Madrid, España.
- Migueles, M. y García, E. (2014). ¡Esto es un atraco! Sesgos de la tipicidad en la memoria de testigos. Studies in Psychology, 25(3), 331-342.
- Santos, J., Hernangómez, L. y Taravillo, B. (2018). Manual CeDe de Preparación PIR. Psicopatología. Madrid, España, CeDe.