La técnica del globo para niños: favorece su relajación de forma divertida
La técnica del globo para niños es una estrategia muy eficaz para regular sus emociones, favorecer la relajación y permitirles a su vez desarrollar una mayor conciencia corporal. Es un recurso sencillo en el que pueden iniciarse los pequeños a partir de los 7 años y con el que poco a poco irán mejorando su inteligencia emocional.
Ninguno de nosotros queremos ver a nuestros hijos o alumnos atenazados por sus frustraciones, por esos ataques de ira donde enfundarse en las más escandalosas rabietas, en las más desesperantes crisis de rabia, mocos y gritos. Sin embargo, desde que los niños cumplen dos años es bastante común que sus universos emocionales, aún desconocidos para ellos, sean objeto de problemas y tensiones familiares.
“La tensión emocional prolongada puede obstaculizar las facultades intelectuales del niño y dificultar así su capacidad de aprendizaje”.
-Daniel Goleman-
Ahora bien, hay un hecho que no debemos perder de vista. Nuestro objetivo como padres, madres o educadores no es eliminar todo foco de ansiedad en la vida del niño. No es lógico ni tampoco recomendable allanarles completamente el camino para que su día a día sea siempre gratificante y ajustado a sus expectativas; el mundo, como ya sabemos, no funciona de este modo. La clave está en facilitarles herramientas para que por sí mismos puedan gestionar su ansiedad, ira o tristeza.
La técnica del globo para niños es una herramienta original, divertida e increíblemente útil que nos servirá de gran ayuda para este mismo fin. A continuación, veamos en qué consiste.
Respetar las emociones del niño sin empoderar aún más la ansiedad
A menudo, los niños utilizan los lloros, los gritos y las pataletas cómo único recurso conocido para enfrentarse a lo que no les gusta o les genera ansiedad. Lejos de desesperarnos, lejos de intensificar aún más la situación con gritos, reproches o castigos debemos ponernos en el lugar de los pequeños, y más concretamente en sus cerebros.
La corteza cerebral tiene una maduración lenta, pero progresiva. Ello implica que, conductas tales como el control de los impulsos o el control emocional, no suele completarse hasta más allá de la adolescencia. Es un periodo largo donde hay muchas diferencias interindividuales. Habrá pequeños capaces de gestionar mejor su mundo emocional y niños más demandantes, inquietos y sensibles a los procesos de ansiedad.
Saberlo, tener claro estos conceptos nos será de gran ayuda. Por tanto, se trataría ante todo de se empáticos con ellos, de comprender sus frustraciones y enfados, pero asumiendo también que validar una emoción no significa estar de acuerdo con ella. Es reconocer su existencia, pero sabiendo ofrecer herramientas al niño para que por sí mismo, la entienda, la encare y la gestione. Por ello, la técnica del globo para niños es un buen punto de partida, una herramienta muy útil a partir de los 7 años.
¿Para qué sirve la técnica del globo para niños y cómo se aplica?
La técnica del globo para niños es una práctica con la que enseñar a los niños a relajarse y a controlar sus impulsos. Se aplica cuando los pequeños se sienten nerviosos o enfadados. De este modo, lograrán controlarse, mantener la calma, estimular sus habilidades psicomotrices, y desarrollar tanto la conciencia corporal, como la postura y la lateralidad.
¿Qué necesitamos?
Para poder poner en marcha la técnica del globo, en cuanto a condiciones y material, necesitamos lo siguiente:
- Necesitamos un globo para el niño. Si hacemos esta dinámica en un aula, intentaremos que el entorno sea cómodo, espacioso y sin demasiados estímulos.
- En el aula debe haber esterillas o colchonetas para que en un momento dado los niños puedan tumbarse.
- Es importante recordar que ofrecer un globo a un niño menor de 7 años puede resultar peligroso.
¿En qué consiste la técnica?
Para aplicarla, habría que seguir los siguientes pasos:
- No les ofreceremos el globo a los niños sin antes explicarles en qué consiste esta dinámica, este juego.
- Lo que haremos es exponerles de forma sencilla, que nuestro cuerpo reacciona de un modo muy especial cuando dejamos que la tensión y emociones como la rabia, el enfado o la frustración nos controlan.
- Una vez les hayamos explicado esto, ya les podemos entregar el globo. Después, les pediremos que lo vayan hinchando. A medida que lo vayan haciendo seguiremos diciendo que nuestra mente, nuestro cuerpo, es como ese globo. Cuanto más enfadados estamos, más aire y emociones negativas se acumulan. Hasta que llega un momento… en que explota (dejaremos que esto ocurra).
- A continuación les entregaremos otro globo. En esta ocasión, les indicaremos que lo hinchen solo un poco y después, dejen escapar el aire. El globo ha vuelto a su posición original sin explotar, ahora está tranquilo y relajado.
- Por último, les pediremos a los pequeños que se tumben en el suelo (sobre la esterilla o la colchoneta).
- Ahora vamos a imaginar que somos un globo. Un globo muy, muy enfadado que está acumulando mucho aire: nuestra tripa se hincha, se hinchan los brazos, las piernas… Y estamos apunto de explotar porque las emociones negativas nos controlan.
- ¿Qué hacemos a continuación? Vamos a desinflarnos para notar ese gran alivio en todo el cuerpo. Ahora nos sentimos más ligeros, más cómodos y felices.
Por último, les recordaremos a los pequeños que cada vez que se sientan llenos de rabia, cada vez que la vida se ponga complicada y les traiga cosas que no les agradan, que no esperan o que les pone nerviosos, recuerden el globo. Nunca debemos dejar que explote, porque cuando esto ocurre, todos perdemos y nos asustamos.
Cuando nos sintamos nerviosos, no hay nada mejor que respirar profundo y dejar escapar el aire de nuestros pulmones. Desinflar la tensión nos ayudará a sentirnos más ligeros a tener un mayor control sobre nosotros mismos.