La teoría de campo de Kurt Lewin
Hace años, antes de que existiera una rama de la psicología denominada psicología social, los comportamientos se entendían como simples reacciones. El conductismo era la teoría en boga y los científicos se valían de sus premisas para intentar explicar la conducta. Así, dentro de este paradigma, los estímulos y las asociaciones eran los que moldeaban las conductas.
No obstante, esta relación estímulo-respuesta era demasiado simple. El conductismo dejaba de lado las cogniciones humanas, los pensamientos. No tenía en cuenta que las conductas son el resultado de una interacción entre las personas y el ambiente (Caparrós, 1977). El que sí se dio cuenta de esto fue Kurt Lewin.
Este psicólogo creó la teoría de campo (o teoría del campo de fuerza), entre otras, poniendo la atención a las interacciones de los grupos con el ambiente. Sus estudios sirvieron para que se le considerara uno de los padres de la psicología social.
La vida de Kurt Lewin
Kurt Lewin nació en Prusia, lo que hoy se conoce como Polonia. Posteriormente, su familia se mudó a Alemania, donde Kurt estudió medicina y biología, aunque acabara interesándose más por la psicología y la filosofía.
Desde Alemania, Kurt fue enviado a luchar en la Primera Guerra Mundial y allí fue herido. Cuando regresó, empezó a trabajar en el Instituto Psicológico de Berlín. Con el alzamiento nazi, Kurt decidió irse de Alemania y acabó por establecerse en Estados Unidos, donde impartiría clase en diferentes universidades.
Kurt había estado en contacto con ideologías próximas al socialismo, al marxismo y a la lucha por los derechos de las mujeres. Estas ideas le llevaron a una conclusión: la psicología podría ser de ayuda para cambiar la sociedad hacia una más igualitaria. Por ello, dedicó sus esfuerzos a intentar identificar y entender qué factores son los que influyen sobre nuestro comportamiento.
“Para entender un sistema hay que cambiarlo”
-Kurt Lewin-
A fin de examinar el comportamiento humano, Kurt Lewin buscó inspiración en las teorías que provenían de la relatividad y de la física cuántica (Díaz Guerrero, 1972). Encontró una teoría que podía usar: la teoría de campo. Para integrarla en la psicología optó por estudiar los comportamientos sin aislarlos de su contexto natural.
Por ello se centró en el estudio de los grupos. Sus estudios establecieron el precedente de lo que sería la psicología social y la psicología de las organizaciones. Sus experimentos giraron en torno a la psicología de los grupos, las dinámicas de cambio organizativo y el liderazgo.
La teoría de campo
Tomando la teoría de campo de la física, Kurt Lewin estableció dos condiciones básicas para su teoría de campo. La primera es que la conducta ha de deducirse de una totalidad de hechos coexistentes (Fernández, 1993). La segunda dice que esos hechos coexistentes tienen el carácter de un campo dinámico, pues el estado de cada una de las partes del campo depende de todas las otras.
Un campo, en física, es una zona del espacio en donde existen propiedades representadas por magnitudes físicas (temperaturas, fuerzas, etc.). Lewin usó el concepto físico de “campo de fuerzas” en su teoría para explicar los factores ambientales que influyen en la conducta humana.
Definición del comportamiento humano según Lewin
El comportamiento, en su opinión, no depende ni del pasado ni del futuro, sino de los hechos y acontecimientos actuales y de cómo los percibe el sujeto. Los hechos están interconectados y constituyen un campo de fuerzas dinámico que podemos denominar espacio vital.
Por tanto, el espacio vital o campo psicológico de fuerzas vendría a ser el entorno que engloba a la persona y su percepción de la realidad próxima. Se trata, en definitiva, de un espacio subjetivo, propio, que recoge la forma en la que miramos el mundo, con nuestras aspiraciones, posibilidades, miedos, experiencias y expectativas.
Además, este campo cuenta con algunos límites, establecidos especialmente por las características físicas y sociales del entorno.
Es decir, el campo psicológico puede entenderse como el espacio vital de cada persona en relación con todo aquello que compone nuestro particular universo psicológico. Está compuesto por las interpretaciones que hacemos sobre el mundo exterior y la forma en la que esas interpretaciones se ajustan, o no, a nuestras necesidades, miedos y deseos.
Campos de fuerza positivos y negativos
De este modo, se construirá un campo de fuerza positivo cuando percibimos que nuestras necesidades pueden satisfacerse favorablemente a partir de aquello que nos rodea.
Por el contrario, se configurará un campo de fuerza negativo cuando podemos llegar a sufrir algún daño o vernos perjudicado de alguna forma en nuestro entorno.
De acuerdo con la teoría de campo propuesta por Lewin, el modelo de comportamiento humano podría representarse a partir de la siguiente ecuación: C=f (P,M).
Esta fórmula puede explicarse como que el comportamiento (C) es igual a la función, es decir, la interrelación de dependencia, entre la persona (P) y su entorno (M).
El enfoque de la teoría de campo de Kurt Lewin permite estudiar nuestro comportamiento con una perspectiva holística, sin quedarnos en un análisis de las partes por separado. La influencia del campo psicológico sobre la conducta es tal que Lewin considera que llega a determinarla: si no hay cambios en el campo, no habrá cambios en la conducta.
Para Lewin, la psicología no debía centrarse en el estudio de la persona y el entorno como si estas fuesen dos piezas a analizar de forma separada, sino que hay que ver el modo en el que se afectan entre sí en tiempo real.
Variables relevantes
Como en un campo de fuerzas, todas las partes se afectan entre sí. Para comprender nuestro comportamiento hay que tener en cuenta todas las variables que están interviniendo en tiempo real en él, tanto a nivel individual como a nivel grupal.
Además, estos elementos no pueden analizarse de forma aislada, sino que hay que centrarse en estudiar sus interacciones para tener una visión holística de lo que ocurre.
Para explicarlo, Lewin (1988) introdujo tres variables que consideraba fundamentales. Estas son las siguientes:
- La fuerza: la fuerza es la causa de las acciones, la motivación. Cuando existe una necesidad, se produce una fuerza o un campo de fuerzas, lo que lleva a que se produzca una actividad. Estas actividades tienen una valencia que puede ser positiva o negativa. A su vez, la valencia de las actividades dirigen fuerzas hacia otras actividades (positivas) o contra ellas (negativas). La conducta resultante responde a la mezcla psicológica de diferentes fuerzas.
- La tensión: la tensión es la diferencia entre las metas propuestas y el estado actual de la persona. La tensión es interna y nos empuja a llevar a cabo la intención.
- La necesidad: es aquello que inicia las tensiones motivadoras. Cuando existe una necesidad física o psicológica en el individuo, se despierta un estado interior de tensión. Este estado de tensión hace que el sistema, en este caso la persona, se altere para intentar restablecer el estado inicial y satisfacer la necesidad.
Lewin afirma que la teoría del campo determina cuáles son las conductas posibles y cuáles las imposibles de cada sujeto. El conocimiento del espacio vital nos permite predecir razonablemente qué hará la persona.
Toda la conducta o, por lo menos, toda conducta intencional, es motivada: la impulsan tensiones, la mueven fuerzas, la dirigen valencias y tiene metas.
Las motivaciones
Kurt Lewin (1997) afirma que nuestras acciones se pueden explicar a partir de un hecho: percibimos caminos y medios particulares para descargar determinadas tensiones. Nos atraen aquellas las actividades que vemos como medios para liberar tensión.
Para Kurt, este tipo de actividades tendrían una valencia positiva y, por lo tanto, experimentaríamos una fuerza que nos impulsa a realizarlas. Otras actividades tendrían el efecto opuesto: aumentarían la tensión y en consecuencia tendrían un efecto repulsivo.
Para entender mejor esto vamos a hablar de una necesidad que todos tenemos: la necesidad de reconocimiento. Cuando esa necesidad surge, se va a despertar una motivación por conseguir reconocimiento en algún ámbito que nos interese. Tal motivación tendrá una valencia positiva que nos llevaría a actuar con el fin de conseguir reconocimiento.
Se despertará una tensión entre la situación actual y la necesidad de conseguir el reconocimiento. Todo ello nos va a llevar a pensar posibles acciones para conseguir el reconocimiento y, dependiendo de en qué campo queramos ser reconocidos, llevaremos a cabo la acción que consideremos que nos aporte posibilidades de conseguir dicho reconocimiento.
En una época marcada por la necesidad de explicar el comportamiento de la manera más fiel y universal posible, Kurt Lewin elaboró su teoría de campo para tratar de abarcar la realidad al completo y encontrar una forma de predecir la conducta humana. Dentro de lo que hoy se sabe sobre el tema, fue el cambio de rumbo que nos trajo hasta donde estamos.
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- Caparrós, Antonio (1977). Historia de la psicología. Barcelona: Círculo Editor Universo.
- Díaz Guerrero, Rogelio (1972). La evolución psicológica según Kurt Lewin: Dos conferencias.
- Fernández, Alejandra (1993). Kurt Lewin (1890-1947): Una evaluación actual de su significación para la psicología. Madrid: Universidad Nacional de Educación a Distancia.
- Lewin, Kurt (1988). La teoría del campo en la ciencia social. Barcelona: Paidós.
- Lewin, Kurt (1997). Resolving social conflicts: Field theory in social science. Washington, DC: American Psychological Association.