Las 7 mejores frases de Carl Rogers

Las 7 mejores frases de Carl Rogers
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 06 agosto, 2023

Las frases de Carl Rogers hablan sobre el control del destino, la experiencia y el crecimiento personal, así como del valor de las personas y nuestras relaciones con los demás.

Desde los años 50, Carl Rogers se ha convertido en una eminencia del enfoque humanista de la psicología. Sus mejores publicaciones son “La terapia centrada en el cliente” (1951) y “Al convertirse en persona” (1961).

Junto con Abraham Maslow fue un psicólogo que dio mucha importancia al desarrollo personal. Especialmente, muchas de las frases de Carl Rogers ayudan a las personas a reflexionar acerca de su propia existencia. Por ello hemos recopilado sus mejores sentencias.

La empatía, un tema frecuente en las frases de Carl Rogers

“Ser empático es ver el mundo a través de los ojos del otro y no ver nuestro mundo reflejado en sus ojos”.

La empatía es un concepto fundamental en la perspectiva de Carl Rogers, de hecho es considerada como una de las actitudes básicas que una persona tiene que desarrollar para llegar a la autorrealización.

Ahora bien, ser empático para Carl Rogers no es ponerse en el lugar del otro desde la propia visión sino desde la suya. La empatía requiere un profundo ejercicio de reflexión y conocimiento sobre cómo el otro observa y experimenta el mundo que le rodea.

Empatía no es solo qué harías en la situación del otro, sino cómo actuarías en su situación teniendo en cuenta su visión sobre la vida.

La experiencia directa como prioridad

“Ni la Biblia, ni los profetas, ni las revelaciones de Dios o de los hombres. Nada tiene prioridad sobre la experiencia directa”. 

Esta es una de las frases de Carl Rogers que quizás cree más controversia o al menos, invite a reflexionar. Con ella quiere remarcar la importancia de que la guía más importante de cada uno de nosotros no está en los demás, ni siquiera en una corriente de pensamiento o religión, sino en el interior de uno mismo.
Rogers establece la máxima autoridad en la experiencia propia. Aunque también considera que los juicios de los demás tienen que ser escuchados pero no pueden servir de guía. Así, cualquier ser humano debe ser tratado como persona única, digna de respeto, con derecho a evaluar su experiencia a su manera, y con amplios poderes de elección autónoma.

Chica con los ojos cerrados preparada para aprender a motivarse

La aceptación como impulso para cambiar

“La curiosa paradoja es que cuando me acepto tal como soy, entonces puedo cambiar”.

Para Rogers, la aceptación es la base del cambio. Si esta no existe no es posible cambiar porque la mente está perdida. Así, observar lo que somos y conocernos es la llave para mejorar y evolucionar.

El valor de ser uno mismo

“Me siento más feliz simplemente por ser yo mismo y dejar que los otros sean ellos mismos”.

Carl Rogers piensa que las personas son tan hermosas como las puestas de sol, si se les permiten que lo sean. Es decir, aprecia la sinceridad y autenticidad por encima de todo; el estado natural de cada uno de nosotros.

Rogers ha encontrado a través de sus relaciones que a largo plazo, no ayuda actuar como si se fuera algo que no es. No podemos ser felices si nos mostramos como no somos porque nos estamos rechazando. 

La admisión de los sentimientos

“No se trata de sacar el sentimiento de la mente, ni de esconderlo en ella, sino de experimentarlo con aceptación”.

Cuando experimentamos cualquier sentimiento la acción adecuada es aceptarlo, no evadirnos de él o reprimirlo. Al sentimiento hay que darle cobijo para saber qué nos está diciendo. Cuál es el mensaje que conlleva. Solo así seremos capaces de conocer a los demás y conocernos.

Manos en posición de dar amor

La tolerancia a la incertidumbre

“Me doy cuenta que si fuera estable, prudente y estatico, viviría en la muerte. Por consiguiente, acepto la confusión, la incertidumbre, el miedo y los altibajos emocionales. Porque ese es el precio que estoy dispuesto a pagar por una vida fluida, perpleja y excitante”.

El miedo y la incertidumbre son compañeros de nuestras vidas. No todo es controlable ni predecible, ni siquiera seguro. La confusión ocurrirá así como los altibajos emocionales y tenemos que estar preparados para ello. 

Mantener la idea de que podemos controlar todo lo que sucede a nuestro alrededor nace del temor a no saber reaccionar a lo que sucede. Es fruto de la inseguridad. Y aún siendo posible llevarlo a cabo, a veces actuamos como si lo fuera, creando una mentalidad rígida que nos encarcela.

Si queremos vivir en la fluidez tenemos que aprender a soltar para abrir paso a la flexibilidad y el disfrute.

Aprender a aprender

“El hombre que se educa es aquel que aprende a aprender”.

Carl Rogers entendía como persona educada aquella que intentaba aprender y cambiar. El autoconocimiento y la autorrealización caminan juntas de la mano por el sendero de la vida. Quien se educa es quien se informa, reflexiona, se cuestiona y apuesta por el aprendizaje.

Chico en el interior de un círculo de libros

Como vemos, el legado de Carl Rogers es una gran fuente de conocimiento que tiene como objetivo ayudar a las personas. En sus primeros años como profesional siempre se hacía la misma pregunta: ¿cómo puedo tratar, curar o cambiar a esta persona?  Pero la experiencia hizo que cambiase la formulación de esta pregunta: ¿cómo puedo proporcionar una relación que esta persona pueda usar para su propio crecimiento personal?

Sus numerosas aportaciones a la psicoterapia y su innovadora visión de la practica terapéutica siguen vivas a día de hoy. Son muchas las teorías que desarrolló, pero sin duda conocer las mejores frases de Carl Rogers ayudan a comprender su manera de pensar y llevarnos a la reflexión.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.