Lizzie Velásquez, ¿la mujer más fea del mundo?
Lizzie Velásquez es “fea, es la mujer más fea del mundo”. Eso es lo que pensaba el grupo de personas que, con intención de amargar a Lizzie, subieron un vídeo a la red en el que la catalogaban de ser la mujer más fea del mundo. Este vídeo tiene millones de visitas.
Su camino no ha sido fácil. Lizzie nació hace 25 años con una rara enfermedad. Entre otras peculiaridades no puede acumular grasa en su organismo y es ciega de un ojo. Sus rasgos son característicos, sí. Y su corazón extraordinario. Cuando esos “matones cibernéticos” colgaron sus imágenes, Lizzie rompió a llorar, presa de un torbellino de sentimientos encontrados. Inquietantemente horrible resulta cuando Lizzie nos cuenta, en el vídeo del final, que la gente hasta le daba consejos sobre cómo podía quitarse la vida.
Pero desde su impotencia, su tristeza y su indefensión se dio cuenta de que si estaba en el mundo era por una razón y esa razón estaba ante ella. Es inútil combatir el fuego con fuego, si algo es maligno no se debe afrontar con sentimientos negativos ya que sólo añades más negatividad. Por esta razón reestableció sus metas y se puso manos a la obra, debía comunicar, debía contar al mundo lo que le ocurría, lo que había pasado hasta ahora y cómo iba a afrontarlo a partir de ese momento. “Ten tu buen llanto, pon la cabeza en alto, sonríe y pasa a lo positivo”, dice.
Lizzie, sometida al bullying y al menosprecio durante toda su vida ha conseguido hacer de su pena su gloria. Afirma que su enfermedad es su bendición y su lema “deja de mirar y empieza a aprender” nos invita a una profunda reflexión.
Quizás lo más importante de Lizzie es que nos cuenta cómo fue su pasado y nos muestra cómo es su presente. Lizzie ha cambiado las tornas, Lizzie nos ha mostrado que su “defecto” es su fuerza y nos ha aleccionado para que tomemos las riendas de nuestra vida. Y así se ha convertido en una de las más afamadas orientadoras motivacionales de la actualidad, una de esas personas que nos hace llegar su magia.
De vez en cuando llegan a nosotros historias de superación como ésta, personas que han dejado de autoimponerse límites y han eliminado barreras, una a una, con el mazo de la voluntad. Estas son algunas de las lecciones que Lizzie nos brinda:
1. Busca tu propósito, incesantemente, hasta que lo encuentres. Ella nos propone que nunca dejemos de soñar y que es importante no hacerlo ante los que no creen en nosotros y se empeñan en tirar por tierra nuestras metas. No tengas miedo de tener sueños y de buscar objetivos. Una vez que lo hayas hecho, explótalos al máximo y vuelve a buscar nuevos propósitos. Todo ocurre por una razón.
2. Observa y desaprende para estimular tu autoconciencia. Analiza tus valores, confronta tus barreras o resistencias, lo que te frena para perseguir tus sueños. Las luchas en la vida son necesarias para el crecimiento. Para Lizzie, sus logros son su “mejor venganza”.
3. Mantén una imagen saludable de ti mismo. Tu valor es mayor que el que el resto de personas te dan o que lo que las personas creen de ti.
4. Reevalúa constantemente el compromiso con tus objetivos. La confianza es frágil, basta un solo momento para destruir lo que te ha llevado años lograr. Cuídala, siempre. Piensa dos veces antes de romperte.
5. Toda vida tiene valor. Lizzie venera a su familia, sin su apoyo hubiese sido más difícil aún llegar hasta donde está. De ello saca una importantísima lección que todos, absolutamente todos, estemos en el punto vital que estemos, podemos aplicarnos. Tener buenos padres, buenos hermanos, buenos amigos es la mitad del camino de la vida de una persona. Pensando en esto es importante que tomes conciencia de que tus simples actos tienen una repercusión incalculable en la vida de los demás. Compórtate de acuerdo a estos principios.
6. No rechaces el cambio. Adóralo, venéralo, búscalo. El cambio es esa meta incansable, el cambio es lo que te va a permitir reestructurar constantemente tus creencias autolimitadoras. El cambio te va a demostrar hasta donde puedes llegar con sus ventajas y desventajas.
7. Reaprende sobre ti y sobre tu entorno. Cambia tus zapatos y cambia tus ojos porque está claro que lo que has hecho hasta ahora te ha ayudado a llegar hasta aquí, pero para llegar hasta allí quizás tienes que quitarte las gafas de la costumbre.
8. Sé agradecido y elige ser feliz. Pase lo que pase, vive la vida porque sólo hay una.
Lizzie no es bella, es bellísima.
A continuación os dejamos el emocionante vídeo en el que Lizzie nos cuenta su historia.