Motivación para estudiar: estrategias, claves y consejos

¿Eres incapaz de ponerte a estudiar? ¿Sientes que avanzas de manera muy lenta? Aumentar tu motivación te ayudará a ser más eficiente.
Motivación para estudiar: estrategias, claves y consejos
Elena Sanz

Escrito y verificado por la psicóloga Elena Sanz.

Última actualización: 27 septiembre, 2020

Para algunas personas estudiar resulta agradable y enriquecedor. No obstante, para otros muchos supone una obligación a la que nos enfrentamos con hastío y desgana. Esta actitud negativa hacia el estudio no solo convierte la experiencia en algo desagradable, sino que además nos impide rendir al máximo. Por ello es importante conocer ciertas claves que pueden aumentar la motivación para estudiar.

Cada vez son más las personas que han de hacer frente al estudio. Esto ya no es solo cuestión de colegiales y universitarios; el mundo laboral reclama profesionales actualizados y en continua formación. Así, tanto si queremos avanzar en nuestro campo profesional como si queremos reinventarnos laboralmente, tenemos que volver a estudiar y hacerlo del modo más efectivo posible. Pero, ¿cómo lograrlo?

Claves para aumentar la motivación para estudiar

Chica estudiando en una biblioteca

Aclara tus motivos

Con frecuencia, abordamos el estudio como autómatas, ni siquiera nos planteamos por qué vamos a estudiar, simplemente lo hacemos porque es nuestro deber. Sin embargo, si deseamos aumentar la motivación para estudiar hemos de encontrar un motivo que proporcione sentido a dicha actividad.

Cuando estudiamos algo que nos interesa y sobre lo que disfrutamos aprendiendo la motivación intrínseca funciona a pleno rendimiento. No necesitamos más razones pues la propia curiosidad y las ansias de conocimiento son suficientes. Sin embargo, cuando la materia no es de nuestro interés, hemos de hallar otros motivos.

En ese caso podemos estudiar para ser más cultos o para demostrarnos a nosotros mismos que somos competentes y capaces de sacar esa labor adelante. No obstante, cuando nada de esto nos influya, tal vez tengamos que hacer un esfuerzo por buscar una motivación extrínseca. Esto puede ser simplemente estudiar para lograr acceder a la carrera que nos apasiona o para obtener un ascenso laboral. En cualquier caso, ten claros tus motivos y recurre a ellos siempre que las ganas de estudiar flaqueen.

Deja de procrastinar

La procrastinación es una de las trampas psicológicas asociadas con más frecuencia al estudio. Esta consiste en dejar las obligaciones para más adelante, justificándonos con que en ese momento no estamos inspirados o no nos sentimos capaces. Hay que tener claro que la motivación no surge de la nada, no aparece sola, y ponernos a estudiar unas horas antes del examen solo servirá para aumentar el estrés y reducir el rendimiento.

Por ello es importante empezar a estudiar con tiempo, pese a que no nos sintamos impulsados a hacerlo. A medida que vayamos cumpliendo nuestros objetivos, nuestra autoestima y la confianza en nuestras capacidades irá aumentando. Cuando te vayas demostrando que eres capaz de lograrlo se irá incrementando la motivación. Pero es esencial empezar y no dejarlo para después.

Adquiere un buen hábito de estudio

Desde que naciste, has ido adquiriendo algunos hábitos que quizás no son agradables para ti. Por ejemplo, cepillarte los dientes después de cada comida o hacer la colada los sábados por la mañana. Sin embargo, una vez que incluiste estas tareas en tu rutina se automatizaron y ahora ya no necesitas recurrir a tu fuerza de voluntad para llevarlas a cabo. No tienes que pensarlo ni decidirlo; es lo que toca y punto.

Lo mismo sucede con el estudio. Si no tenemos un hábito establecido, tenemos que enfrentar una pequeña batalla contra nosotros mismos cada vez que vayamos a sentarnos en el escritorio. Por el contrario, si somos constantes, la repetición hará que esto se vuelva parte de nuestro día a día y nos resultará mucho más sencillo ponernos a estudiar.

Entonces, establece un lugar y un horario y comienza a poner en práctica este hábito. Con el tiempo y la automatización no requerirás grandes dosis de motivación para llevarlo a cabo. 

Chico estudiando por la noche

Si quieres aumentar tu motivación para estudiar, conócete

Por último, es importante que te conozcas y seas capaz de adaptar los consejos a tu propia personalidad. Algunas personas estudian mejor en la biblioteca y otras en su hogar. Ciertos individuos están más activos mentalmente por las mañanas y otros en horario nocturno. A algunos la música les ayuda a concentrarse y a otros no. Por ello, adapta las condiciones a tus preferencias.

Además, deshazte de diálogos internos que afirmen que no eres bueno memorizando, que eres perezoso o que ya no tienes edad para estudiar. Recuerda que tu mente se cree todo lo que le dices. Entonces, comienza y avanza paso a paso. Permite que sean los propios logros que irás obteniendo los que te impulsen a continuar.


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  • Bazalar, L. A. C. (2011). Procrastinación académica como predictor del rendimiento académico en jóvenes de educación superior. Temática psicológica, (7), 53-62.
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