Navidad es tiempo de propósitos duraderos
A veces nos sorprende comprobar que estamos a punto de cambiar el calendario, y los días se marcharon casi sin notarlo. Es normal, la vida nos lleva entre obligaciones y anhelos, gastando el tiempo y por momentos, hay que reconocerlo, casi sin disfrutarlos. La navidad parece decirnos que es el momento de enmendar lo que durante el año no pudimos o no nos permitimos disfrutar…¿Para qué perder tiempo en el pasado? Si no recuperaremos los días de un año que insisto, se ha gastado con total rapidez. Lo mejor es pensar que la navidad es la oportunidad perfecta, para dejar de lado los propósitos egoistas que nos encanta plantearnos cada año.
Nadie dice que no sea bueno cuidar de tu salud, ¿Cuánto llevas prometiéndote hacerlo? Ni es malo tampoco pensar en recuperar el tiempo que dejamos de lado para mejorar en nuestra carrera. Esos no son propósitos inalcanzables, son fáciles si te decides a tener disciplina en tu vida, y a mejorar la misma. Pero hay otros propósitos que quizá olvidamos y debamos empeñarnos en lograr…quizá debamos dejar el egoísmo de proponernos solo aquello que nos beneficia a nosotros mismos, lo que tampoco es malo, pero si vamos a presumir de sentir el espíritu navideño, debemos sincerarnos y asumir que parte de la felicidad que anhelamos y las cosas que queremos de los demás, solo comenzaremos a sentirlas, cuando estemos dispuestos a hacer lo mismo por alguien más.
La vida no es fácil, y con el transcurrir del tiempo se ha vuelto más difícil para todos. La crisis nos agobia, y cada día debemos respirar confiados al pensar que, quizá por momentos nos desespere nuestro empleo, pero que es algo que aún conservamos frente a muchos que anhelan tener uno. Nos quejamos de la contaminación, de los pocos días que podemos disfrutar en lo que más nos guste hacer, y tenemos razón, podemos despotricar contra las contrariedades de la vida, pero por qué no emplear esa energía en algo mejor…y no solo en navidad.
Quizá entre nuestros propósitos deberíamos incluir aceptarnos tal como somos, y a partir de ello aceptar a los demás tal como son. Quizá debamos pensar que el día que podamos sonreír a quien no nos agrada tanto, ayudar al que parece necesitar algo, que compartir no nos va a dejar como quien dice en total pobreza. Siempre parecemos necesitar algo pero cuando reflexionamos sobre nuestro entorno, podemos darnos cuenta, que quizá una cosa sencilla, una sonrisa, una palabra comprensiva, un poco de paciencia, pueda alegrar el día de alguien más, y ése sí que es un buen propósito navideño….que debemos vivir no solo en los días decembrinos, sino cada día del año y de nuestra vida.
Otra navidad ha llegado, quizá no nos sentimos felices de los días que han pasado, debemos ver hacia el nuevo año con la esperanza de que aún podremos disfrutar de la compañía de los que amamos, pueda ser que hemos dejado a alguien en el camino pero nadie nos deja si su recuerdo vive con nosotros. Nadie niega que la crisis nos puede hacer pensar con melancolía o frustración, realmente podemos sentirnos como queremos sentirnos, mejor si es con entusiasmo, contra viento y marea.
Dejemos de lado, la carga de un año que pudo haber sido por momentos infeliz y por momentos de extrema felicidad, llevemos con nosotros al 2014, los recuerdos de los momentos que nos dieron esa felicidad y no olvidemos que podemos hacer nuestro propósito navideño un regalo para los demás, no un día o lo que duran las fiestas sino muchos días de un año lleno de promesas…seguro que será un año estupendo con la satifacción de que, aunque suene trillado, hacer por los demás lo que estamos anhelando que hagan por nosotros, regalar una sonrisa, una palabra comprensiva, una moneda quizá, tienes muchos días por delante para vivir realmente la navidad.