El patito feo: cuando solo veo mis errores
Muchas son las personas que se sienten como un patito feo. De hecho, quizás todos alguna vez nos hayamos sentido así. Momentos en los solamente vemos nuestros errores. Está claro que en una situación así tenemos una muy baja autoestima, nos queremos muy poco o nada y nos sentimos inútiles y fracasados.
Pero, ¿realmente soy un patito feo? ¿Qué es lo que ha provocado que me vea así? En ocasiones, nuestras vivencias pasadas, nuestros miedos e incluso la gente tóxica que nos puede rodear nos condiciona a esto.
Cuando veo solo mis errores no soy consciente de lo que hago regular o medianamente bien. Solo veo lo que hago mal, me siento como un ser destructivo
Transforma el error en superación
Si solo veo mis errores, ¿cómo puedo salir de esto? Es difícil, pues el patito feo llega a sentirse él mismo como un error. Pero, no puedes seguir sintiéndote así toda tu vida. ¿Eres feliz? No, no lo eres. Por lo tanto, coge todos esos errores que crees tener y empieza a aprender de ellos.
Piensa que todos cometemos errores, pero tú también tienes muchas cosas buenas. No solo es error tras error y, además, ¿qué hay de malo en los errores? En nuestra cabeza, la palabra “error” significa fracaso, decepción, imposibilidad para alcanzar algo. ¿Y si no fuese así? Pensamos que el error es algo negativo, pero sin error no hay avance.
Construye una escalera con cada error que recoges y escala hacia la superación de los mismos
Cuando aprendes de tus errores más avanzas. Es imposible no cometer errores porque está en nuestra naturaleza aprender de ellos. Cambia tu percepción sobre los errores y empieza a verlos como algo positivo. El error que comete el patito feo es ver sus errores como algo malo. ¿Qué tal si empiezas a verlos como algo bueno?
Cada vez que te veas limitado en tu vida o infeliz por algo como puede ser ver solamente tus errores, cambia la forma en la que lo ves. Es una forma rápida, sencilla y muy fácil de superar nuestro problema con esto y ¡de ser feliz! Si no podemos dejar de ver nuestros errores cambia la visión que tienes de ellos. ¿Funciona?
¿Eres un patito feo?
Ahora que ya sabemos cómo dejar de ser patitos feos e ir directos a convertirnos en cisnes llenos de seguridad, de autoestima, llenos de errores que nos ayudan y no que nos limitan es el momento de determinar si eres tú un patito feo. Para ello, establecemos una serie de personalidades con las que puedes o no sentirte identificado. En todas ellas se encuentra el patito feo, ese que solo ve sus errores:
- El celoso o envidioso: ve sus errores y también sus debilidades. Piensa que los demás siempre son mejores que él. Tanto es así que no soporta lo bueno de los demás, el éxito del resto.
- El que mendiga amor: siempre está mal, su respuesta a la pregunta “¿cómo estás?” siempre va a ser “fatal”. Intenta dar lástima, porque él mismo siente lástima de sí mismo.
- El inseguro: vive dudando de forma permanente, pues su inseguridad hace que no quiera cometer más errores de los que luego deba atormentarse.
- El felpudo: siempre se siente en una situación inferior a los demás, tanto es así que permite que lo usen. Piensa que no sirve para nada más que para ser un felpudo.
- El “bueno”: es aquel que solo ve bondad en los demás, aunque insulten o sean infieles. Pero, esto es una máscara. Esta aparente bondad y felicidad ante un mundo lleno de cosas buenas se esconde alguien lleno de inseguridades y de errores que se transforman en impotencia.
Todas estas personalidades son unos patitos feos llenos de inseguridades, de miedos. Algo totalmente normal que así debemos tratar. No tengas miedo de cometer errores, no tengas miedo de sentirte débil o fracasado. Es normal, pero no te centres en eso.
Llegarás al éxito una vez hayas aceptado tus errores como algo positivo y no negativo
Construye tu camino con los errores que vas cometiendo, esos de los que aprenderás y que te permitirán ser una mejor persona. No te conviertas en una persona insegura, envidiosa, ¡no seas un felpudo! Tú no te lo mereces, los errores no te rebajan, sino que te elevan. Aprende de ellos, acéptalos. Solo así, lograrás ver lo bueno que hay en ti.
Cortesía imágenes de Katrina Pallon, Dan May