Personas manipuladoras: cuatro características
Las personas manipuladoras sufren y hacen sufrir a los demás. Por su manera de ser, no es fácil ni sencillo convivir con ellas. Además, cuando están cerca, puede ser más difícil estar bien con uno mismo.
Hacer un boceto de su “modus operandi” es fácil, entender sus engranajes es una tarea, en grado, mucho más compleja. Quizás el primer aspecto que podemos mejorar en relación a este perfil sea nuestra capacidad para reconocerlo. De esta manera podremos ayudar a las personas que en primera instancia padecen su efecto y, de paso, protegernos.
1- Narcisismo
El narcisismo se caracteriza por un amor desmedido por uno mismo. Las personas con esta característica creen que son mejores que los demás. Este pensamiento se mantiene gracias a diferentes estrategias, como solo tener en cuenta aquellas comparaciones en las que las que salen beneficiados. Es como si de un vaso medio lleno o medio vacío, cortaran la parte vacía.
Uno de los marcos en los que es más fácil identificarlas es el diálogo. En lugar de interesarse por lo que su interlocutor tiene que contarles, lo ignoran y solo se preocupan por su propia narración. Esto hace que el otro no se sienta escuchado en la mayoría de las ocasiones.
Por otro lado, en su propia mente las personas manipuladoras tienen una vida llena de emociones. Por lo tanto, al hablar con ellas es frecuente que terminen narrado aquel momento en el que se comportaron como héroes. Aunque este rasgo por sí solo no tiene por qué ser síntoma de este tipo de personalidad, junto a los demás puede ser muy revelador.
2- Maquiavelismo
El maquiavelismo es un rasgo de personalidad alude a una tendencia muy concreta: tratar a los demás como si fueran instrumentos o medios y no como fines. Que alguien no sufra puede ser un objetivo, pero siempre será un objetivo secundario si lo comparamos con la posibilidad de avanzar hacia las metas que se han marcado. Para ello, son habituales algunas estrategias, como la mentira o el chantaje emocional.
De esta manera, cuando estamos frente a una persona que cumple el perfil, es habitual tener la sensación de que no estar haciendo lo que realmente queremos. Por lo general, el otro nos ha convencido de que actuemos de una forma determinada. A largo plazo, esto deteriora la relación y la vuelve superficial.
3- Necesidad de quedar por encima
Las personas manipuladoras no soportan que alguien destaque, salvo que sean ellas. Por eso, harán lo posible por ser siempre el centro de atención. Si es necesario, no dudarán en hacer sentir mal a la otra persona con tal de seguir siendo los que más destacan en un entorno social.
Así, por ejemplo, no es raro escuchar a uno de estos individuos criticando a los demás de forma sutil. A largo plazo, esto puede provocar inseguridades en las personas que tengan que interactuar con un controlador.
Por otro lado, si sienten que en un grupo alguien les roba el protagonismo, los controladores tienden a sentirse mal. Debido a ello, harán lo que sea necesario para volver a recibir la atención de los demás. Contarán una historia, hablarán más alto, se pondrán físicamente en medio…
4- Envidia
Otra de las características más importantes de las personas manipuladoras es que no soportan que los demás tengan éxito allí donde ellos no lo han conseguido. Esto tiene que ver con la necesidad de quedar por encima; pero va un paso más allá.
Así, cuando un amigo consigue alcanzar una meta, lo normal sería alegrarse por él y felicitarle. Una persona manipuladora, por el contrario, sentiría mucha rabia al ver que alguien ha logrado su objetivo. Por eso, no dudará en criticarle, quitarle importancia al suceso, alejarse de él…
¿Qué hacer ante personas manipuladoras?
Como puedes ver, convivir con una persona manipuladora puede ser realmente difícil. Por lo general, las relaciones que forman con otros tienden a ser tóxicas; aunque por supuesto, el nivel de malestar que causen dependerá de cómo de serios sean estos comportamientos en el individuo.
Ante un individuo de este tipo, solamente hay dos comportamientos posibles: aceptarlo y tratar de minimizar los daños, o cortar completamente la relación. Ambas respuestas son perfectamente viables; pero es necesario darse cuenta de lo que está ocurriendo realmente para poder tomar una buena decisión.
Al final, lo más importante si estás conviviendo con una persona manipuladora es que sepas poner determinados límites. Si alguien te está manipulando o te está haciendo sentir mal para quedar por encima de ti, ¿realmente merece la pena que siga en tu vida?