Placereado: una técnica sexual para conectar con tu pareja

El placereado es apto para cualquier pareja, existan o no problemas en la sexualidad. De hecho, su punto más positivo es que explora muchas posibilidades que con frecuencia nos perdemos.
Sara González Juárez

Escrito y verificado por la psicóloga Sara González Juárez.

Última actualización: 23 enero, 2023

Uno de los deberes que se suelen mandar en terapia sexual es buscar momentos para acariciarse. Esta técnica forma parte de la focalización sensorial, una serie de métodos que ayudan a la pareja a comunicarse y explorar su sexualidad más allá del mero coito. De aquí surge el placereado, donde la pareja se acaricia mutuamente sin otra intención que la de disfrutar de ese tipo de contacto.

No es necesario padecer un problema de índole sexual para practicar el placereado. Se trata simplemente de explorar las sensaciones físicas de la caricia y comunicárselas a la pareja. Es un ejercicio de placer y de diversión apto para cualquiera.

Si quieres conocer más de esta técnica, aquí tienes todo lo que necesitas saber para practicarla. No obstante, si crees que tu pareja y tú necesitáis de la ayuda de un profesional o sientes que algo no va bien con tu sexualidad, no dudes en acudir a terapia.

¿Qué es el placereado?

Después de la Segunda Guerra Mundial, comenzó lo que hoy se conoce como la revolución sexual: un profundo cambio en la sociedad occidental respecto a la concepción del sexo, que desafiaba las convenciones sobre la moral sexual, las relaciones y el comportamiento respecto a esta práctica.

Dentro de esta corriente se encuentra la pareja de autores de la terapia de focalización sensorial, el ginecólogo William Masters y la sexóloga Virginia Johnson. Juntos, estudiaron la respuesta sexual humana y definieron sus cuatro fases: excitación, meseta, orgasmo y resolución.

Cuando la respuesta sexual se tornaba patológica, las consecuencias afectaban a la relación de pareja por entero. Por eso, el placereado nació como una forma de reconectar con la pareja sin recurrir al coito, pues se basa en la comunicación plana y sencilla de las sensaciones que despiertan las caricias en el cuerpo desnudo.

Aplicaciones de la técnica

Si bien es útil para cualquier pareja que quiera explorar su sexualidad y mejorar la comunicación, también funciona para ciertos problemas sexuales. Por ejemplo, se utiliza mucho como desensibilización sistemática para aquellas personas que tienen algún tipo de trauma con el contacto físico, como las víctimas de abusos sexuales. Cuando el contacto sexual produce ansiedad y rechazo, el placereado ayuda a crear un ambiente seguro y relajado para exponerse a ello de forma progresiva.

También es útil para disfunciones sexuales como la eyaculación precoz, la inapetencia sexual patológica o el vaginismo. Aun así, aquellas parejas cuya vida sexual se ha vuelto rutinaria y su relación sufre por ello también se benefician del placereado. Muchas personas no conocen su sexualidad más allá de la parte genital.

¿Cómo se practica el placereado?

El placereado sigue una serie de pasos ordenados bajo la premisa de la prohibición del coito. Lo ideal es planificar el día y el lugar para llegar con una actitud tranquila y positiva. Una vez el escenario es cómodo, relajado y seguro, se procede de esta manera:

  • Uno de los miembros de la pareja se tiende, desnudo, boca abajo y con los ojos cerrados. El otro, también desnudo, comienza a acariciar a su pareja suavemente desde la cabeza hasta los pies, saltándose las zonas erógenas. Se trata de transmitir sentimientos mediante la caricia: calma, amor, ternura.
  • Cuando se llega a los pies, quien esté tumbado se da la vuelta y se comienza el proceso de nuevo, también exceptuando zonas sexualizadas, como los senos o los genitales.
  • El que está tumbado se incorpora y se dedican unos minutos a comentar el ejercicio: qué sensaciones ha despertado, la calidad de las caricias, etcétera.
  • El que ha acariciado se tumba y cierra los ojos para recibir el mismo proceso.
  • Una vez acabado el ejercicio, la pareja decide si quiere iniciar un encuentro sexual o no. De esta forma se evita la frustración sexual en caso haya excitación, además de fomentar la comunicación asertiva en cuanto a las relaciones. Sea como sea, se exige a ambos miembros de la pareja que respeten la negativa del otro.

Son muchos los beneficios de esta técnica tan sencilla: desgenitalizar las relaciones, aprender a dar cariño y placer sin pedir nada a cambio, desarrollar el erotismo y crear un vínculo de confidencialidad y seguridad con la pareja. Esto es válido para cualquier pareja, sean cuales sean sus características.

El contacto físico es vital para la mayoría de los animales, especialmente en aquellos que viven en grupo. En la sociedad del placer instantáneo a veces olvidamos que la sexualidad es mucho más rica que la genitalidad. Esta cultura de la inmediatez es lo que anestesia el cuerpo cuando la vida es demasiado frenética, y nunca está de más reencontrarse con las sensaciones más básicas a través de las caricias.


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  • Masters, W, H. y Johnson, V.E. (1996). Respuesta sexual humana. Buenos Aires. Inter-médica.
  • Clarke, M., & Parry, L. (1973). Premature ejaculation treated by the dual sex team method of Masters and Johnson. Australian and New Zealand Journal of Psychiatry7(3), 200-205.
  • Weiner, L., & Avery-Clark, C. (2014). Sensate focus: Clarifying the Masters and Johnson's model. Sexual and Relationship Therapy29(3), 307-319.

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