Poder blando y duro, dos formas de control
Toda relación se basa en las formas del poder y tiene en cuenta el poder. Cuando dos personas, grupos u organizaciones se juntan, una va a tener más poder que otra. Esto quiere decir que hay una mayor probabilidad de que la más débil termine siguiendo la línea que marque el grupo que más poder tiene. En otras palabras, el poder viene a ser una forma de control. Pero el poder no se da solo entre personas. El poder también influye en las relaciones entre países.
Las relaciones entre los países, estudiadas como relaciones internacionales, se basan en estas dinámicas de poder. Los países más poderosos van a usar su poder para que otros países acepten sus propuestas. Concretamente, una de las definiciones que se usa en relaciones internacionales del poder lo concibe como la habilidad para influenciar el comportamiento de otros y obtener los resultados que se desean.
Dos formas de control
Se suele decir que para ganar el poder hay que ser amado o temido. O bien tienes el poder porque todo el mundo te acepta y cree que lo mereces tener o bien lo tienes porque los demás te tienen miedo. Evidentemente, son dos formas distintas de ganar el poder y cada una va a tener diferentes consecuencias.
Cuando estas dos formas de control las trasladamos a las relaciones internacionales, estamos hablando de poder blando y duro. Antes de explicar cada una de estas formas de control, es necesario comprender que el objetivo principal de los países es el aumento o el mantenimiento de su poder, motivación que les llevara a hacer uso de estas formas de control.
El poder duro
El poder duro es el que se encuentra en los medios económicos y militares. Este poder consiste en imponer la voluntad por el miedo. Esto es, doblegar a otro país con la superioridad militar o económica. Un buen ejemplo lo encontramos en el armamento nuclear, países como Irán y Corea del Norte amenazan con producir bombas atómicas para ganar poder.
Este tipo de poder puede ser implementado mediante el poder militar, que puede llevar a guerras y alianzas. Así, se usaría la amenaza de la fuerza con el objetivo de intimidar y coartar. Además, el poder económico también se puede usar para ejercer el poder duro. De esta forma, la economía podría usarse como un medio de ayuda, para sobornar o para sancionar.
“Una nación puede obtener los resultados que quiere en política mundial porque otros países –admiran sus valores, emulando su ejemplo, aspirando a su nivel de prosperidad y apertura- quieren seguirlo”.
-Joseph Nye-
El poder blando
El poder blando es la capacidad de incidir en las acciones o intereses de otros países haciendo solo uso de medios culturales e ideológicos. Esta forma de control se basa en el poder que reside en la cultura y en las ideas. Así, este tipo de poder va a permitir conseguir los objetivos deseados de una forma indirecta en muchas ocasiones.
Este tipo de poder es descriptivo, esto es, da información en vez de mandar cumplir órdenes. Así, el poder blando produce atracción, se basa en que los demás quieran lo que tú deseas. De esta forma, la democracia es deseada por muchos países en los que sus ciudadanos sienten que sus libertades están coartadas.
“La seducción siempre es más efectiva que la coacción, y valores como la democracia, derechos humanos y oportunidades individuales son profundamente seductoras”.
-Joseph Nye-
¿Qué forma de control es mejor?
La forma de control a ejercer, el poder blando o duro, va a depender de las posibilidades que se tengan y del objetivo que se quiera conseguir.
Un ejemplo lo encontramos en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, donde un periodista escribió: “Mientras China pretende seducir e impresionar al mundo con el número de medallas olímpicas conseguidas, Rusia quiere impresionarle con la demostración de su superioridad militar. El poder blando de China frente al poder duro de Rusia: las preferencias de los dos países reflejan el grado tan distinto que tienen de confianza en sí mismos”.
Al final la mejor forma de control es una combinación del poder blando y el poder duro, lo que se ha definido como poder inteligente. Esto es, un país no debe renunciar a su poderío diplomático ni militar, pero también debería constituirse en un ejemplo a seguir por los demás.
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- Nye, J. (2004). Soft power: The means to success in world politics. New York: Public Affairs.