¿Por qué es tan importante la inteligencia emocional? Algunas claves para desarrollarla

Es necesario cultivar la inteligencia emocional para lograr la felicidad y la satisfacción personal.
¿Por qué es tan importante la inteligencia emocional? Algunas claves para desarrollarla
Ana Couñago Sobral

Revisado y aprobado por la psicóloga Ana Couñago Sobral.

Última actualización: 01 septiembre, 2023

La inteligencia emocional es la habilidad humana para identificar, expresar, comprender, gestionar y transformar las propias emociones y las de otras personas. 

Este tipo de capacidad intelectual se puede desarrollar y potenciar a lo largo de toda la vida. Lo cual es fundamental para el correcto crecimiento personal.

“Lo que realmente importa para el éxito, el carácter, la felicidad y los logros vitales es un conjunto definido de habilidades sociales, no solo habilidades cognitivas, que son medidas por tests convencionales de cociente intelectual.”

– Daniel Goleman-

¿Por qué es tan importante la inteligencia emocional en los adultos?

La inteligencia emocional en los adultos es muy importante porque, entre otras cosas, favorece en gran manera el establecimiento de relaciones sociales sanas. Pues incluye la habilidad de compartir y entender lo que sienten los demás.

Además, las personas con un alto nivel de inteligencia emocional tienen más probabilidades de alcanzar el éxito, ya sea laboral, social, etc.

Corazón con cerebro reflejando inteligencia emocional

Por otro lado, los psicólogos Pablo Fernández Berrocal y Natalio Extremera aseguran que aquellas personas que desarrollan, de un modo óptimo, la inteligencia emocional experimentan menos estados emocionales negativos y tienen mayor facilidad para ser felices, fomentando el bienestar físico, psicológico y social.

Asimismo, según estos dos autores, cuando se desarrolla esta capacidad intelectual promueve la asimilación emocional, lo cual definen como:

“La habilidad para tener en cuenta los sentimientos cuando razonamos o solucionamos problemas. Esta habilidad se centra en cómo las emociones afectan al sistema cognitivo y cómo nuestros estados afectivos ayudan a tomar decisiones. Esta habilidad plantea que nuestras emociones actúan de forma positiva sobre nuestro razonamiento y nuestra forma de procesar la información”.

Además, la inteligencia emocional implica otras consecuencias beneficiosas para la vida, pues esta ayuda a potenciar las habilidades para: 

  • Adaptarse a situaciones o momentos difíciles o complejos.
  • Controlar las transiciones emocional, que tanto daño puede hacer a uno mismo y a los demás.
  • Crear estados de ánimo positivos. 
  • Ser más creativos.
  • Gozar de una mejor estabilidad psicológica. 

¿Por qué es importante la inteligencia emocional en los niños?

En el caso de los niños, la inteligencia emocional hace referencia a la toma de conciencia de su identidad; a la reflexión sobre lo que siente desea y hace; y a la capacidad de utilizar las propias emociones para utilizarlas a su favor.

Al igual que en los adultos, la inteligencia emocional en los niños resulta sumamente importante; pues les permite a los infantes desarrollar una mayor confianza en sus capacidades, lo que a su vez le permite tomar mejores decisiones y mantener relaciones más sanas con sus pares.

Asimismo, una buena educación emocional durante la infancia le permitirá al menor ser más asertivo; es decir, que sea capaz de expresar sus emociones considerando los sentimientos y emociones de los demás. Así, el niño no solo aprenderá a manifestar afecto por aquellos que le rodean, sino que también desarrollará otras conductas propias de una personalidad exitosa. Tales como:

  • Una fuerte autoestima 
  • Respeto hacia los demás
  • Mayor motivación y autoconocimiento
  • Menor propensión al estrés y depresión
  • Tendencia al liderazgo
  • Resiliencia en situaciones problemáticas

¿Cómo mejorar esta capacidad intelectual?

Para el caso de los adultos, a continuación compartimos algunos aspectos a tener en cuenta si buscas una mejora en tu inteligencia emocional. Se trata de habilidades que, de no poseerlas, todos deberíamos intentar desarrollar.

Conservar un estado de calma, aun bajo presión

Actualmente, mucha gente experimente cierto grado de estrés en la vida cotidiana. La forma en que la que se manejan dichas situaciones, puede determinar el hecho de sentirse, o no, emocionalmente agotado.

Así, las personas que se sienten continuamente alteradas y frustradas, deben hacer frente a este problema, intentando encontrar la calma. Para ello, puede ser de gran ayuda realizar alguna actividad física, artística o recreativa, practicar la relajación, etc.

Sin embargo, si el estrés o la ansiedad que uno siente llega a altos niveles y está afectando a la propia salud, es conveniente consultar con un psicoterapeuta.

Aceptar y enfrentar las emociones de tipo negativo

Hombre enfrentando emociones negativas

Es fundamental aprender a desarrollar la capacidad de gestionar las emociones negativas de manera eficaz para evitar que resulten perjudiciales. Pero, ¿cómo lograrlo? Para ello hay que intentar reestructurar y cambiar el pensamiento. De manera que se consigan modificar las ideas negativas o pesimistas que uno tiene en una determinada situación.

Esto no quiere decir que haya que evitar los estados de ánimo negativos, sino que hay que observarlos y analizar la procedencia que tienen.

Leer de forma adecuada las señales enviadas por los demás

Esta es una capacidad interpersonal y tiene que ver con saber percibir e interpretar de manera precisa las expresiones de las demás personas, ya sean verbales, físicas o emocionales. Esto significa no malinterpretar las intenciones de quienes nos rodean, evitando la aparición de malentendidos.

Por tanto, cuando se observa una expresión ajena difícilmente entendible, es recomendable buscar alguna explicación posible, antes de llegar a una conclusión precipitada, o emitir juicios y acusaciones.

Además, en caso de duda, siempre es aconsejable dialogar o conversar con la otra persona para aclarar el problema. 

Manifestar emociones íntimas en las relaciones personales

Para mantener vínculos estrechos y duraderos con otros, es importante aprender a expresar efectivamente las propias emociones íntimas y más personales, como el amor, la ternura, el respeto, etc.

Asimismo, es necesario responder de forma adecuada cuando es el otro quien lo hace. No se trata de estar continuamente manifestando lo que se siente, pero es indudable que el intercambio de las emociones íntimas ayuda a nutrir y a aumentar las relaciones afectivas.

Pareja expresando sus emociones

Expresar emociones complejas en el momento necesario

La asertividad es la capacidad que permite manifestar abiertamente los pensamientos, ideas y opiniones, respetando los derechos propios y los de los demás.  
Esto incluye poder expresar desacuerdo en ciertas circunstancias, sin por eso caer en ser desagradable o agresivo. Ser asertivo es poder establecer prioridades y límites, sin sentir culpabilidad.

¿Y en los niños?

Si queremos que nuestros pequeños empiecen a desarrollar su inteligencia emocional, acá abajo te dejamos algunas formas de hacerlo:

Contar historias con emoticones

Los emoticones son figuras que reflejan emociones como miedo, alegría tristeza o enojo. En este caso, lo ideal sería elaborar algunas mascaras de emoticones con emociones diferentes y contarles una historia infantil breve.

Luego, el niño deberá interpretar el relato utilizando una de las máscaras. Si la emoción que representa ésta última es tristeza, el niño deberá interpretar la historia de acuerdo a esta emoción.

Expresar emociones a través del arte

En este caso, deberás escribir en varios papelitos el nombre de al menos 10 emociones. Luego, el niño tendrá que escoger uno al azar y expresar la emoción que le tocó a través de la pintura, recortes o material para moldear.

En este caso, puedes sugerir ideas que le ayuden a orientarse y expresarse. Al final, invítalo a que presente su obra a otras personas o compañeros, quienes tendrán que adivinar qué tipo de emoción quiso expresar.


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  • Fernández-Berrocal, P. y Extremera, N. (2009). La inteligencia emocional y el estudio de la felicidad. Revista interuniversitaria de formación del profesorado, (66), 85-108.

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