¿Cómo prevenir el abuso de alcohol en adolescentes?
El abuso de alcohol en adolescentes es una situación que se presenta a menudo y que va en aumento. De hecho, junto con el tabaco y la marihuana, son las tres drogas que más consume esta población en el mundo. Sin lugar a dudas, es algo que genera preocupación y que obliga a implementar mecanismos para prevenirlo.
En ese sentido, se desarrollan programas que le ofrecen a la juventud y sus familias diferentes alternativas para contrarrestar los efectos nocivos del alcohol. Estos se caracterizan por suministrar información sobre el tema y brindar apoyo a los adolescentes y a los miembros de su núcleo familiar, quienes son bastante relevantes en el proceso.
En este artículo nos hacemos eco de algunas de esas iniciativas que permiten enfrentar al abuso de alcohol en adolescentes, así como recordar algunas de las implicaciones y motivos que se relacionan con el consumo excesivo de esta sustancia.
Según la Organización Mundial de la Salud, prácticamente la mitad de la población europea entre los 15 y los 19 años ha consumido o consume alcohol en la actualidad.
¿Qué implica el abuso de alcohol?
El alcohol es una molécula fácilmente soluble en agua que actúa deprimiendo el sistema nervioso central. Abusar de tal sustancia puede desarrollar diversas lesiones en áreas cerebrales, como el cuerpo calloso, los cuerpos mamilares o el tálamo.
En consecuencia, tal y como lo plantea un artículo publicado en la revista Pensamiento Psicológico, el consumo de alcohol es una acción que tiene repercusiones en la salud pública, así como en las relaciones familiares y sociales.
Aparte, se ha corroborado que, incluso en dosis pequeñas, esta sustancia altera funciones importantes, como la autocrítica y la percepción del entorno, además de modificaciones en las funciones motrices normales y en la capacidad perceptiva.
En el caso de los adolescentes, los riesgos son mayores si tenemos en cuenta que en esta etapa se produce un proceso de maduración de estructuras cerebrales, como el córtex prefrontal y el sistema límbico. Es más, en un artículo de la revista Pediatría Atención Primaria se indica que el hipocampo es otra de las áreas afectadas con la ingesta.
El consumo de alcohol puede provocar problemas de conducta, de insomnio, depresión y ansiedad.
¿Por qué consumen alcohol los adolescentes?
De acuerdo con un estudio publicado en Psicología Iberoamericana, en el cual se realizaron varias preguntas abiertas a 550 jóvenes, se encontraron los siguientes motivos que impulsan el consumo de alcohol en este grupo etario:
- Afrontamiento: se relacionan con aspectos como la evitación de los problemas, una disminución de las preocupaciones o sentirse con mayor confianza o seguridad.
- Hedónicos: hacen referencia a aspectos como la búsqueda de sensaciones, a través de los efectos del alcohol, además de relacionarse con reacciones de gusto o energía al consumirlo.
- Afectivos: corresponden a emociones positivas que se asocian con el consumo, así como con sensaciones de relajación. No obstante, también se hallaron relaciones con emociones de otra naturaleza, como la depresión, la ansiedad o el estrés.
- Sociales: tienen que ver con dinámicas que se llevan a cabo de manera grupal, como pueden ser las celebraciones o eventos de diversa índole. De igual manera, se vinculan con el hecho de sentir que el alcohol desinhibe y otorga la sensación de que facilita la socialización.
La prevención como antesala al tratamiento
Durante años, los expertos han reflexionado que es mejor prevenir que curar. ¿Cómo prevenir estas conductas antes de que sea demasiado tarde? ¿Cómo adelantarnos a que ocurra una adicción al alcohol? En este sentido, se desarrollan muchas intervenciones, de las cuales, a continuación, mencionaremos las más importantes.
Programas generales de prevención
Estos tienen su base en la premisa de que «saber es poder». Así, dichas iniciativas tratan de potenciar la información que tienen los adolescentes sobre el alcohol y sobre las consecuencias que implica su abuso.
También inciden en los factores de riesgo de desarrollo del alcoholismo y ofrecen alternativas saludables de ocio que sustituyan a esta sustancia nociva. Destacan los siguientes programas:
- Life Skills Training: es multimodal, es decir, abarca más sustancias aparte del alcohol. Como tal, es una capacitación que dota a los adolescentes de habilidades que les permiten resistir presiones sociales y los ayudan a fortalecer su autogestión individual y social.
- Programa de fortalecimiento familiar: es para padres y jóvenes, consta de siete sesiones condensadas en una semana, las cuales tienen una duración de dos horas cada una. Se desarrolla de manera conjunta con padres y adolescentes, siguiendo un modelo de tipo biopsicosocial.
- STARS: Start Taking Alcohol Risks Seriously es una intervención que se lleva a cabo en el contexto familiar y escolar, dirigido a jóvenes de 11 a 15 años. El objetivo es posponer el alcohol hasta la vida adulta, motivando la revisión de estadísticas significativas y factores de riesgo para disminuir la vulnerabilidad que el consumo de estas bebidas produce en menores.
La eficacia de estas intervenciones la avalan sus efectos. Por ejemplo, al reducir el consumo, se registra menor tasa de accidentes de tráfico que involucran jóvenes. Además, también son eficaces cuando se aplican en contextos escolares y comunitarios.
Intervenciones focalizadas en las familias
Los problemas de los jóvenes a menudo surgen y se explican por su contexto. En este sentido, las familias juegan un papel importante al trazarse como objetivo disminuir el abuso de alcohol en adolescentes. De hecho, se ha comprobado que la intervención familiar ofrece mejores resultados que cuando hay un tratamiento exclusivo con el menor.
Por tanto, existen algunas pautas que los padres deben tener presente para llevar a cabo con sus hijos ante esta problemática. Entre ellas se resaltan las siguientes:
- Educar en valores relacionados con la salud.
- Promover conductas de ahorro y buen uso del dinero.
- Fomentar la puesta en marcha de objetivos o metas educativas que ofrezcan un porvenir.
- Ofrecer tiempo de calidad, por medio de actividades o aficiones que generen satisfacción a los miembros de la familia.
- Actuar como modelos de conductas positivas y de autocontrol ante bebidas embriagantes o demás sustancias perjudiciales.
- Hablar con los hijos en los momentos en los que estén receptivos sobre las consecuencias del consumo excesivo de alcohol.
Existen estudios que aluden al factor protector de los valores familiares como la solidaridad, la cohesión familiar y la supervisión parental.
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Un compromiso de todos
El abuso de alcohol en adolescentes es una realidad con la cual parece que nos estamos acostumbrando a vivir. Por ende, debemos encender alarmas y recordar los diferentes riesgos que esta situación acarrea. De hecho, según información del National Institute on Alcohol Abuse and Alcoholism en EE. UU., en el año 2019, 2 de cada 100 adolescentes de entre 12 y 13 años informaron que consumieron alcohol.
Ten en cuenta que, además de los programas e intervenciones mencionados, también es posible desarrollar actividades o proyectos que permitan a los jóvenes enfocarse en otros ideales de orden deportivo, artístico, laboral, etc.
En suma, es cuestión de reunir esfuerzos, hacer hincapié en la importancia de prevenir esta situación y de enseñar a los menores que no hay porqué refugiarse en esta sustancia cuando existe todo un futuro por delante.
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