Los 5 problemas más comunes de los padres primerizos
¿Has tenido tu primer hijo y sientes que lo estás haciendo todo mal? Muchos padres tienen dificultades cuando llega el nuevo integrante a la familia. Después de todo, no existe un manual para padres primerizos y muchos desafíos se van afrontando sin libro de instrucciones. Así, es común que aparezcan situaciones problemáticas.
Quizá pienses que eres el único que tiene esa duda. Sin embargo, una simple búsqueda en Internet te hará comprender que no es así. La mayoría de preguntas respecto a la paternidad “ya están inventadas”.
La vida de los padres primerizos
Con frecuencia, aquellos que van a tener un primer hijo o ya lo tienen, experimentan alteraciones serias a nivel emocional. Un estudio hecho en el Hospital Clínic Barcelona señaló que una de cada cinco madres sufrirá un trastorno psicológico perinatal. De manera análoga, otras investigaciones han expuesto que los padres primerizos tienden a padecer altos niveles de ansiedad y estrés.
Todo esto se debe a que la llegada de un bebé representa un cambio drástico y permanente en sus vidas. En este sentido, cada pareja es un mundo y lo mismo para los niños, así que todos enfrentan diferentes retos. Sin embargo, existen situaciones comunes que todos atraviesan y que vuelven la paternidad aún más complicada.
Por suerte, al ser circunstancias frecuentes, ya han sido bien estudiadas y es posible trabajar en soluciones. Por esa razón, estudiaremos dichos problemas un poco más a fondo y te daremos algunas ideas para resolverlos.
Problemas frecuentes de los padres primerizos
Muchas veces la sociedad alimenta un ideal: en la paternidad todo son alegrías. Esto crea un problema para los padres porque en la realidad, criar niños genera preocupaciones, estrés y otras emociones que tienen una valencia negativa. En consecuencia, los padres primerizos pueden llegar a sentirse culpables por estar agobiados o cansados.
No obstante, esto no determina tus capacidades como padre. Es importante recordar que eres un ser humano y no una máquina incansable que no necesita dormir o comer; de hecho, eres mucho más flexible: nadie te ha programado. Además, tus sentimientos y necesidades también merecen tener un lugar dentro del proceso de crianza.
1. Problemas para dormir
La falta de sueño es una de las problemáticas más frecuentes entre quienes tienen su primer hijo. Richter et al. (2019) desarrollaron una investigación para estudiar la duración del sueño y satisfacción antes, durante y después del embarazo. Siguiendo esta línea, se concluyó que los padres no recuperan sus niveles de sueño normales hasta seis años después del parto.
En ocasiones, la falta de sueño tiene que ver con la acumulación de obligaciones y otras veces con la ansiedad. De cualquier forma, el nacimiento del primer bebé tiene un impacto significativo sobre la calidad del descanso.
2. Falta de intimidad como pareja
Debido a todas las responsabilidades que vienen con un niño, los padres primerizos llegan a dejar su intimidad de lado. Con el tiempo, esta circunstancia puede producir ciertos roces en la pareja y por eso es necesario atenderlos.
En 2019, la empresa Leesa realizó una encuesta para evaluar la calidad de las relaciones sexuales en padres. Como resultado, se obtuvo que un 46 % de los encuestados reporta una disminución en la satisfacción con su vida sexual después del nacimiento del bebé.
3. Desigualdad en la repartición de responsabilidades
Con la integración del pequeño al hogar, tareas y responsabilidades se multiplican. Así, las parejas suelen tener problemas para repartir las obligaciones equitativamente; además, con frecuencia también sucede que uno no tiene tiempo para ver lo que hace el otro, lo que puede terminar en un intercambio de reproches y la sensación individual de que se están llevando la peor parte.
Cabe señalar que esta es una situación común entre los padres de un primer bebé por la falta de experiencia. Por lo general, con los ajustes naturales que produce el tiempo muchos de estos conflictos se resuelven.
4. Temor a fallar o hacerlo mal
La responsabilidad de cuidar a un neonato eleva los niveles de estrés y ansiedad en los padres, sobre todo primerizos. A causa de ello, muchos desarrollan un temor constante a fallar en la crianza o estar cometiendo errores. La consecuencia es que disminuye la autoestima.
En algunos casos, este tipo de pensamientos se relacionan con falsas expectativas sobre la crianza de los hijos. De este modo, los padres primerizos creen que cualquier mínimo error podría perjudicar al bebé gravemente.
5. Diferencias en los estilos de crianza
A menudo los padres y madres no coinciden en la forma que deberían criarse a los niños. Cada quien maneja distintas ideas sobre lo que se debe hacer o no y esto puede generar discusiones. En esta misma línea, la situación podría agravarse aún más cuando terceros como abuelos u otros se involucran.
Herramientas para padres primerizos
Es probable que te hayas identificado con una o más de las situaciones que vimos anteriormente y te preguntes qué hacer. Como te mencionamos al principio, no hay ninguna fórmula mágica para ser padres perfectos, nadie lo es.
Lo primero que necesitan es ser pacientes y amables consigo mismos, así como lo son con su bebé. Después, deben enfrentar un problema a la vez, en lugar de intentar abarcar todo al mismo tiempo. Las siguientes estrategias pueden ser útiles para reducir el impacto negativo de la paternidad.
Pedir ayuda a un familiar o persona de confianza
Contar con el apoyo de otro es una herramienta útil para evitar el desgaste físico y emocional de la crianza. Lo común es pedir ayuda a miembros de la familia, como abuelos o tíos. El objetivo es tener tiempo para descansar y atender otras responsabilidades o incluso pasar tiempo en pareja.
Asistir a talleres sobre familia y paternidad
Existen instituciones que cuentan con programas útiles dedicados a temas de paternidad y familia. Asistir podría ayudarlos a desarrollar nuevas herramientas para abordar esos problemas que a los padres novatos les parecen un mundo.
Acudir a acompañamiento psicológico
A lo largo de este artículo, hemos visto que el nacimiento del primer hijo tiene consecuencias a nivel físico y psicológico. Si bien la mayoría encuentra sus propias formas de manejar el estrés y ansiedad, también puede perder el control o sentirse muy superado por las circunstancias. En esos casos, contar con la orientación de un psicólogo o psicoterapeuta es clave.
Las alteraciones como la depresión posparto, la ansiedad generalizada o el estrés crónico son más frecuentes de lo que se cree. Además, afectan tanto a hombres como a mujeres.
Por tal motivo, es recomendable que los padres primerizos acudan a psicoterapia si se sienten abrumados. Esto no quiere decir que estén fallando o sean incompetentes en la crianza. Al contrario, reconocer sus limitaciones y buscar ayuda terminará beneficiando a sus hijos también.
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