¿Qué es el entrenamiento 'alfa-theta'?
El entrenamiento alfa-theta es una intervención basada en neurofeedback con el potencial de ayudar a multitud de pacientes. Se utiliza con éxito en varias entidades clínicas, como la depresión o el TDAH. Sin embargo, hoy queremos centrarnos en sus beneficios desde un ámbito en concreto: el trastorno de estrés postraumático (TEPT).
Según la American Psychiatrich Association, esta entidad clínica caracteriza a los sujetos que desarrollan síntomas graves, tras haber presenciado directa o indirectamente un evento que puso en peligro sus vidas; por ejemplo, un atentado terrorista o un infarto cardíaco. Entre los síntomas se encuentran la reexperimentación pero también la hiperactivación (APA, 2015).
«El neurofeedback o ‘neurorretroalimentación’ entrena al cerebro para producir un estado de calma».
-Sima Noohi-
Tras el trauma el cuerpo se «hipersensibiliza»
A las víctimas de trauma psicológico, el cuerpo deja de pertenecerles. Ante estímulos inofensivos, como un ascensor, un espejo, una hortaliza o un sonido, experimentan una activación extraordinariamente elevada. Esto ocurre porque los estímulos que hemos comentado, así como cualquier otro, quedó asociado a un mensaje concreto: «peligro».
Vamos a explicarlo con un caso clínico. Eugenia es una paciente que acudió a consulta hace 2 meses porque tenía pesadillas todas las noches respecto de su madre, que padece alcoholismo. La paciente trabaja en hostelería y relata como cada vez que abre una botella de vino y vierte su contenido sobre las copas de los comensales, comienza a sentir miedo.
Eugenia hace años que vive lejos de su progenitora, pero el sonido del vino saliendo de la copa hace que sienta pánico. En consecuencia, huye. Por este motivo su médico de referencia le dio la baja y le recomendó acudir a profesionales de la salud mental. Este es un ejemplo de cómo un sonido («ese ‘glup glup glup’ del vino saliendo de la botella») desemboca la cascada emocional de pánico y angustia; porque evoca los años en que su madre la maltrataba.
«La curación viene de la restauración de la capacidad de sentir la plenitud y la vitalidad de la vida».
-Bessel van der Kolk-
El entrenamiento alfa-theta: una vía para restablecer el cerebro
El trauma produce cambios en nuestro cerebro. Por ejemplo, es probable que el eje adreno-pituitario-hipotalámico pierda su capacidad balanceadora (Carrobles et al., 2014). Aumentan los niveles basales de cortisol (la molécula del estrés) que, a su vez, dañan estructuras cerebrales tan importantes el hipocampo.
El hemisferio derecho cerebral alberga centros neurológicos asociados con el universo emocional. Tras el evento traumático, muchas víctimas presentan un exceso de activación en esta parte de su cerebro. Fundamentalmente, cuando perciben estímulos que están relacionados con los horribles eventos que presenciaron, como es el caso de Eugenia.
En consecuencia, la persona experimenta una elevación de la activación. Las respuestas dependientes del Sistema Nervioso Autónomo (como la respiración o la frecuencia cardíaca) suben notablemente ante sonidos, colores, olores que quedaron asociados al trauma. En este sentido, podemos decir que uno de los mensajes más potentes que pueden aprender las personas es: «cuidado, ahí no es, tu vida corre peligro: huye».
El trauma afecta al funcionamiento neuroeléctrico
Existen diversos tipos de ondas bioeléctricas a nivel cerebral. En el contexto del TEPT se ha encontrado una descompensación entorno a dos en concreto (van der Kolk., 2020):
- Las ondas alpha son las que nacen de estados de relax. Cuando las personas se sienten seguras, cómodas y despreocupadas sus cerebros comienzan a producir este tipo de ondas. La alteración en la presentación de estas ondas dista de ser algo exclusivo del TEPT, puesto que también se han hallado alteradas en personas con dificultades de lectoescritura (Sciotto et al., 2018).
- Las ondas theta se relacionan con estados introspectivos profundos. Ocurren cuando la persona está profundamente concentrada en algo, así como cuando experimenta fantasías o se siente creativa. Al igual que en el caso anterior, la alteración de estas ondas se produce en otras entidades clínicas, como es el caso del autismo.
«Cuando las ondas theta predominan en el cerebro, la mente se centra en el mundo interior; mientras que las ondas alfa pueden actuar como un puente del mundo externo al interno, y viceversa».
-Bessel van der Kolk-
El neurofeedback se realiza mediante un dispositivo que registra las ondas que predominan en la persona. Después, gracias a un procesamiento mediante equipos informáticos, se transforma la «cantidad» de ondas registradas y se convierten en un estímulo, como un sonido o una luz.
Así, la persona debe aprender a modular la frecuencia y la intensidad con la que emergen estas ondas cerebrales mediante su voluntad, ayudándose de dichos estímulos.
El protocolo del entrenamiento alfa-theta
La intervención se aplica cuando la persona se encuentra relajada. El objetivo que se persigue es incrementar el porcentaje de ondas theta que experimenta el paciente en dos campos: el área medial y la región frontal y en función del porcentaje de ondas alfa (Noohi et al., 2017).
Este objetivo se basa en que se ha encontrado que, en el TEPT, las personas presentan una mayor intensidad y frecuencia de las ondas alfa que de las theta. Se busca lograr un equilibrio entre ambas, mediante el procedimiento explicado con anterioridad.
El entrenamiento en alfa-theta mediante neurofeedback es un tratamiento sustentado en evidencia científica. De hecho, la American Psichiatrich Association lo incluyó como una de las intervenciones recomendadas para el TEPT, debido a sus beneficios potenciales.
Como observamos, contribuye al restablecimiento del funcionamiento bioeléctrico de algunas regiones del cerebro y, en consecuencia, a la disminución de la hiperactivación que experimentan estos pacientes.
«Dado que en el momento de predominio de las ondas theta, la persona experimenta relajación, es más fácil reconstruir el mundo interno de una manera más positiva».
-Sima Noohi-
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- Álvarez Domínguez, F. (2020). Clasificación con redes neuronales de actividades mediante el estudio de las ondas cerebrales.
- American Psychiatric Association. (2014). DSM-5. Guía de consulta de los criterios diagnósticos del DSM-5: DSM-5®. Spanish Edition of the Desk Reference to the Diagnostic Criteria From DSM-5® (1.a ed.). Editorial Médica Panamericana.
-
Belloch, S. A. /. (2020). Manual De Psicopatologia, Vol I.
- Carrobles, J. A. S. (2014). Manual de psicopatología y trastornos psicológicos (2a). Ediciones Pirámide.
- Van der Kolk, B. A., & Van der Kolk, B. A. (2020). El Cuerpo Lleva la Cuenta: Cerebro, Mente Y Cuerpo en la Superación Del Trauma. Alianza Editorial.White, N. E. (1999). Theories of the effectiveness of alpha-theta training for multiple disorders. In Introduction to quantitative EEG and neurofeedback (pp. 341-367). Academic Press.