¿Qué es el feedback? Aprende a impulsar la motivación
El feedback es algo más que la información que nos llega de los demás sobre cómo estamos realizando nuestro trabajo. Su finalidad es (o debería ser) facilitarnos ayuda en positivo para mejorar, dotarnos de unos datos concretos con los que impulsar nuestra motivación. Este arte, esta habilidad es indispensable en todos los sectores: educación, trabajo, relaciones…
Es muy posible que a más de uno le moleste que hagamos uso de un término anglosajón y no su traducción en nuestra lengua. En psicología, es común hacer uso de palabras procedentes de otros idiomas para designar determinados conceptos. Sin embargo, en ocasiones, como es el caso del feedback, resulta muy útil hacer uso de esta palabra porque que en sí misma incluye múltiples significados.
“Todos necesitamos a personas que nos ofrezcan un adecuado feedback. Es el único modo en que podemos mejorar”.
-Bill Gates-
Feedback es información y es motivación. Es energía y es comunicación. Es el deseo de mejorar y el impulso del aprendizaje. Feedback es el deseo auténtico de ofrecer estrategias a otra persona para que halle el impulso necesario para mejorar. No podemos, por tanto, negar que hay algo realmente hermoso en esta palabra, es la esencia del desarrollo humano, de esa motivación que todos deberíamos recibir de aquellos que están o trabajan con nosotros.
Feedback, el arte de la asertividad
Los expertos en psicología motivacional saben que pocas cosas pueden ser más aterradoras que alguien dando un mal feedback. Los efectos de un mal refuerzo o de un refuerzo incompleto o poco útil pueden ser desastrosos. Lo saben por ejemplos los alumnos en un aula con un docente poco preparado. Lo saben también los empleados de una organización con un líder ineficaz e incluso los sabemos nosotros mismos con nuestras relaciones afectivas.
Porque el feedback o la retroalimentación es por encima de todo una competencia. Designa la hábil capacidad de un emisor para recoger información sobre alguien y emitirla de tal modo que el receptor la reciba con positividad e inspiración.
Veamos seguidamente más datos para comprender mejor este concepto.
¿Qué es feedback?
- El feedback es un fenómeno que acontece en el proceso de comunicación.
- El emisor facilita una opinión objetiva a un receptor sobre su desempeño, comportamiento o sobre una evidencia concreta.
- El feedback no debe limitarse solo a informar. La finalidad es impulsar el progreso, es corregir en positivo para inspirar y promover la motivación.
- Es mejor que señale tanto los errores o debilidades como las fortalezas y se enfoque hacia el progreso, ofreciendo siempre herramientas o consejos que puedan servir de ayuda o de mejora.
- La idea central es la siguiente: señalar a la persona aquello que hace bien, puntualizando después cómo podría mejorarlo y superarse.
- La comunicación debe ser siempre asertiva, respetuosa y empática.
¿Qué NO es feedback?
- El feedback no debe quedarse solo en mostrar a la persona qué ha hecho mal.
- Si nos limitamos a corregir o a evidenciar el fallo, la persona percibe solo la impronta negativa. En este caso, solo pueden ocurrir dos cosas: que el emisor quede bloqueado o se niegue a escuchar. En cualquiera de los casos, el resultado es el mismo: no hay progreso.
- Por otro lado, quedarnos solo en el refuerzo positivo tampoco es sinónimo de feedback. Decirle a un niño que lo está haciendo bien, de manera repetitiva y sin añadir información nueva, no le permitirá llegar a esa zona de desarrollo próximo de la que nos hablaba Vygotski.
- Si le damos pistas para mejorar, alentando además la confianza en sí mismo, mejoremos su potencial y capacidad de esfuerzo.
¿Cómo podemos dar un buen feedback?
El buen feedback debe conseguir algo esencial: un avance, un progreso, una mejora. Lograr esta magia sensacional en un grupo de trabajo, en nuestros alumnos, hijos o incluso en nuestra relación afectiva, requiere de estrategias adecuadas. Veamos ahora cuáles son las claves a tener en cuenta
- Sería una buena idea acumular evidencias concretas de lo que vamos a comunicar a esa persona. No vale quedarnos con “esto lo estás haciendo bien o aquello lo estás haciendo mal”. Seamos rigurosos y exactos en lo que queremos destacar.
- Ten muy en cuenta tu estado de ánimo a la hora de dar un feedback. El objetivo es motivar y corregir en positivo. Por tanto, si tenemos un mal día o si nuestra motivación es mínima, es mejor buscar otro momento.
- A la hora del dar un feedback, es muy útil la estrategia “sándwich”. Primero resaltamos algo bueno de la persona, después señalamos aquello que no hace bien y por último, ofrecemos estrategias de mejora.
- Asimismo, es importante recordar que a la hora de ofrecer retroalimentación hay una serie de palabras que están prohibidas. A saber: siempre, nunca y pero. Estos términos no son útiles y pueden crear incomodidad o contradicción.
- Seamos muy específicos, directos y asertivos.
Para concluir. Estamos seguros de que ahora mismo, nos viene a la cabeza más de una situación en que alguien nos dio un mal feedback o un buen feedback. Esta competencia, a pesar de que parta del mundo empresarial, nutre en realidad infinitos escenarios sociales. Ser hábiles a la hora de usarla, sentirnos capacitados para permitir que otros aprendan o se abran a otros puntos de vista es algo que todos deberíamos saber aplicar con efectividad.