4 recomendaciones del budismo para afrontar el estrés
Una buena parte de la población se ve identificada o inspirada en distintas corrientes del pensamiento budista. Y es que ya lo decía Buda, «la vida es un camino lleno de curvas», reflexión que nos invita a querer conocer qué estrategias puede aportarnos el budismo para afrontar el estrés cotidiano.
El budismo señala que son los hechos que ocurren en el presente, momento tras momento, los que determinan el estado mental de la persona. El objetivo de la enseñanza de Buda es que consigamos centrar nuestra atención con mayor frecuencia en lo que sucede «ahora», en detrimento que en lo que nos deparará el futuro.
«Aprende a vivir el presente».
-Buda-
¿Por qué el budismo?
Inicialmente una religión, el budismo se ha convertido en una extraordinaria «filosofía vital» para millones de personas alrededor del globo. Así, y en el contexto de la psicología budista, la tradición theravada se erige como el pilar de las prácticas meditativas desde las que propondremos los secretos del budismo para afrontar el estrés.
Esta tradición busca promover un aumento en la consciencia que tienen las personas sobre sí mismas, su entorno y su momento presente. El objetivo es que sean capaces de dar respuestas más adaptativas ante las vicisitudes de la vida.
Secretos del budismo para afrontar el estrés
La utilización de la «tecnología budista» en el ámbito de la salud psicológica no es un hecho novedoso. Tanto psicólogos como psiquiatras y otros profesionales de la medicina reconocen el efecto positivo de prácticas como la meditación. De hecho, la eficacia de algunas técnicas como el mindfulness está muy contrastada.
«Si tu compasión no te incluye a ti, es incompleta».
-Buda-
1. Responsabilízate de tu presente
¿Cuántas veces has culpado a otros de errores que son, en realidad, tuyos? Según la filosofía budista, son las personas quienes son responsables tanto de sí mismas como de las cosas que hacen. Para el budismo «no hay redentores». El único redentor posible es la propia persona. Así, es la única que puede perdonarse a sí misma con el objetivo de permitirse «ser y avanzar»
La práctica samatha puede ayudar a este respecto. Consiste en focalizar la mente en un solo aspecto de la realidad (por ejemplo, un bolígrafo). El objetivo es aminorar el peso del exceso de sobreestimulación a la que nos vemos expuestos y que, potencialmente, puede impedir que caigamos en la cuenta de nuestros propios errores. Para conseguirlo, podemos hacer uso de la respiración.
2. Experimenta el poder de vivir «aquí y ahora»
«Vaya semana he tenido», «el año pasado fue mejor», «cuando era más joven recuerdo ser más feliz». Refugiarse en exceso en el pasado puede ser un ancla que nos dificulta prestar atención en el presente. Si carecemos del poder de «modificar su pasado», ¿por qué te enfocas tanto en él?
Además, respecto del presente, ¿puede mejorarse? Si es así, mejóralo. Céntrate en él. Es el tiempo, esa sustancia líquida, la que se escurre entre los dedos de tus pensamientos ¡Es tuyo! Abrázalo.
La meditación vipassana puede ayudarte a conseguir precisamente esto. Permite a la mente deslizarse entre diferentes estímulos a medida que los percibimos «aquí y ahora». Significa que nos sentimos en flujo con la experiencia, absorbidos por lo que hacemos y experimentamos, a la vez que le otorgamos un significado y un propósito.
3. Evita los apegos insanos
Esta es una de las enseñanzas del budismo para afrontar el estrés más interesantes. Nos invita a realizar reflexiones como las siguientes:
- ¿Por qué sigues abrazando relaciones que te hieren?
- ¿Qué hace elegir parejas iguales o similares?
- ¿Por qué le das tanta importancia al dinero?
- ¿Te hace sentir bien el hecho de obsesionarte con el trabajo?
Con frecuencia, el ser humano se «apega» a cosas, personas y procesos que les reportan un gran malestar porque son incapaces de cambiarlas o de controlarlas. Y esto es, en cierta medida, normal. Hay una enseñanza budista que se denomina «anicca» cuyo significado es ‘impermanencia’.
La annica nos invita a pensar que la consciencia humana, es decir, el corazón de la percepción subjetiva del ser humano, son episodios cortos de actividad cognitiva con un inicio y un final concreto y frecuentemente rápido. Todo tiene un comienzo y un final.
4. ¿Tropiezas siempre con la misma piedra?
Todos podemos enmendar, al menos de manera parcial, nuestros fallos. Sin embargo, a veces caemos en el error de pensar «es que yo soy así», « quiéreme tal y como soy», «siempre he sido así, no voy a cambiar ahora». Y esto está muy bien siempre y cuando el resultado de las acciones reporte bienestar.
Cuando «ser así» duele, el budismo nos invita al cambio mediante la meditación. El objetivo es llegar a un estado denominado «anatta» o ‘profunda perplejidad’. Este estado nos señala que, aunque nuestra esencia se mantiene a través del tiempo en lo que denominamos coloquialmente «personalidad», nuestro «yo» tiene el potencial de cambiar mediante la introspección.
Como hemos podido observar, la práctica de estos secretos tiene la capacidad de generar múltiples caminos a seguir en cada día. Nos acerca más a nosotros mismos. Nos permite abrazar nuestros errores, pero también nuestras aptitudes. Invita a conocernos mejor para ser, poco a poco, más felices.
«Cada mañana nacemos de nuevo. Lo que hacemos hoy es lo que más importa».
-Buda-
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- Goleman, D. (1980). La salud mental en la psicología budista clásica. Mas alia del Ego.
- Mañas, I., Franco, C., & Faisey, M. (2009). Mindfulness y psicología: Fundamentos y términos de la psicología budista. Web de medicina y psicología, 1-18.
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