El rival más complicado de batir está en tu cabeza

El rival más complicado de batir está en tu cabeza
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 03 agosto, 2019

Mientras planteo cómo voy a desarrollar el tema de este artículo está sonando de fondo Laura Ordoñez y su música me ayuda a reflexionar sobre lo que quiero transmitirte. Para mis oídos ella me dice: el miedo, el miedo te persigue; y yo me pregunto si llevará razón y el rival más difícil de batir para superar mis problemas está dentro de mí.

Es mi cabeza la que me pide a gritos la oportunidad que yo no le ofrezco y, sin embargo, me empeño en echarle las culpas a fantasmas que no existen. O, incluso, existiendo, les estoy dando autoridad cuando les dejo pasar para que me bloqueen.

Mientras reviso las opciones de seguir así, entiendo que saltar las barreras tras haberlas aceptado va ser la solución más reconfortante para mi bienestar. Piensa, al final los enemigos externos son pesadillas que hay que sobrepasar, sin embargo los enemigos internos buscan comprensión y fortaleza.

Controla tus miedos

Imagínate, imagínate que lo consigo y mi miedo, mi rival más tenaz, pierde la batalla. ¿Por qué no? Los miedos que frenan tienen poder sobre mí, ya que solo quieren verme caer. Sin embargo, los miedos a los que ponga nombre podré controlarlos y utilizarlos para anidar una autoestima valiente.

“No llames cobarde a alguien que tiene miedo, solo abrázalo y dile que, al revés de todo, los monstruos existen hasta que les pones nombre”

-Elvira Sastre-

Niña observando monstruo

Millones de veces hemos estado cargados de sueños y hemos creído que no podíamos acercarnos a ellos porque circunstancias o personas nos lo impedían. Mas lo cierto es que la mayoría de esas veces hemos olvidado que los demás tienen sobre nosotros el poder que les concedemos y que las circunstancias son menos negras cuanto más las miramos a la cara.

Utiliza la dificultad como motivación

Circunstancias o personas, ambas cosas pueden convertirse en problemas. Yo, por ejemplo, los tengo de todo tipo y probablemente disten un poco de los tuyos, ya que somos tan diferentes como aquello que vivimos. Existe, además, aquello de las dificultades son relativas, según lo cual algo pequeñito para ti puede ahogarme a mí.

Por encima de esto, también todos tenemos un destino emocional que es universal: alcanzar la salud y el equilibrio de los sentimientos. En el momento en el que comienzo a pensar que soy incompetente, que me equivoco más que acierto, que necesito algo pero no me siento capaz de conseguirlo… Estoy creando un rival enorme en mi cabeza.

“Hay que imponer nuestra voluntad a nuestras debilidades”

-Carlos Slim-

mujer corriendo con un vestido azul

No hay sentimiento peor que aquel que nos convierte brutalmente en enemigos de nosotros mismos. Entonces, ¿por qué no intento utilizar todas esas adversidades como motivación? Me he propuesto hacer una lista de piedras que me estorban y construir con ellas un lugar que me sirva para sentirme más cerca del cielo y menos anclada al suelo.

Tu felicidad está en tus manos

La canción ha cambiado, pero sigue sonando Laura Ordoñez. Pudieron las ganas, canta. He decido que si el mayor rival a batir soy yo, lucharé con mis ganas hasta ganar la paz: trataré de ser más atrevida, dejaré el pasado atrás, rechazaré el rencor y el odio, acabaré con la mentira y, sobre todo, cerraré la puerta a juicios ajenos que buscan hacerme daño.

Chica con serpentina

Los enemigos externos se hacen más grandes cuanto mayor se hacen también los internos, porque es como si tuvieran un método para descubrirte vulnerable y así atar tu voluntad de seguir hacia delante. Por eso lo primero que quiero hacer es evitar herirme a mí misma, darme la oportunidad de ser mi mejor amiga.

De hecho solo un buen amigo querría mi felicidad. Yo quiero mi felicidad y está en mis manos. ¿No tengo suficiente con el daño ajeno y gratuito que puedo recibir de afuera?, ¿por qué ponerme barreras a mí misma?, ¿por qué impedir que sueñe y cumpla el sueño? Y un montón de estrellas se quisieron alinear.

“He sobrevivido a mí: no vas a matarme tú.”

-Nerea Delgado-


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