¿La satisfacción corporal mejora con la edad?
Hoy en día podemos encontrar hombres y mujeres de todas las edades preocupados por su aspecto físico y tratando de reducir o disimular sus aparentes “defectos”. Sin embargo, en el imaginario colectivo, los complejos y el rechazo al cuerpo suelen estar más asociados a lo femenino y a la adolescencia. Un interesante estudio se ha propuesto comprobar la veracidad de esta hipótesis y dar respuesta a la pregunta de si la satisfacción corporal mejora con la edad.
Nuestra apariencia es nuestra carta de presentación e, indudablemente, el aspecto de las personas tiene amplias repercusiones. Ajustarnos a los cánones de belleza socialmente establecidos puede facilitarnos la tarea de encontrar empleo, emparejarnos o gozar de más relaciones de amistad. Por ello, no es de extrañar que la satisfacción con el propio cuerpo sea una de las metas más perseguidas.
Ahora bien, ¿cómo afecta el paso de los años a esta premisa? ¿Nos liberamos de estas exigencias a medida que crecemos o, por el contrario, el natural deterioro físico asociado al envejecimiento aumenta la insatisfacción? Los resultados encontrados son, cuanto menos, interesantes.
La satisfacción corporal y la edad: ¿cómo se relacionan?
El estudio, publicado en la revista Body Image, contó con la participación de 15 264 personas, de las cuales un 62,9 % fueron mujeres y el resto hombres. La investigación tenía el propósito de evaluar cómo evolucionaba la satisfacción corporal de los participantes a lo largo de un periodo de seis años: de 2010 a 2015.
Para ello, se les pidió que indicaran su grado de acuerdo o desacuerdo con la siguiente afirmación: “estoy satisfecho con la apariencia, el tamaño y la forma de mi cuerpo”. En función de sus respuestas a lo largo de las diversas mediciones en distintos años se extraerían conclusiones.
El objetivo era comprobar si esa preocupación o percepción negativa de la propia imagen aumentaba o disminuía a medida que los individuos maduraban. Y, además, saber si existían diferencias entre hombres y mujeres en dicha evolución. Algunas de las principales conclusiones a las que llegaron los investigadores tras analizar los datos fueron las siguientes:
- La satisfacción corporal mejora con la edad, tanto en hombres como en mujeres, aunque lo hace de forma leve.
- En líneas generales, las mujeres menores de 54 años muestran una trayectoria ascendente en su satisfacción corporal. Es decir, con el paso de los años, se sienten más conformes y contentas con su imagen.
- Los hombres se encuentran más satisfechos con su cuerpo durante toda la vida, en comparación con las mujeres.
La influencia social y cultural en la satisfacción corporal
Estos hallazgos ponen de manifiesto la gran influencia que tiene la cultura y el entorno en el grado de satisfacción corporal. Y es que las anteriores premisas llevan a considerar lo siguiente:
La presión social hacia las mujeres es mayor
Aunque los hombres también son juzgados por su apariencia e instados a encajar en unos cánones de belleza, la presión social hacia las mujeres en este aspecto es mayor. La valía de la mujer sigue estando muy asociada a su aspecto físico y esto coloca sobre ellas una exigencia mucho más grande.
Con la edad, las prioridades cambian
En indudable que, a medida que envejecemos, el cuerpo se aleja de los ideales sociales de juventud y belleza. Esto a simple vista podría llevarnos a experimentar una mayor preocupación por nuestro aspecto y un rechazo más grande hacia nuestra imagen.
Sin embargo, con la edad, el aspecto físico pierde relevancia y las personas comienzan a valorar otros asuntos. La plenitud, las relaciones sociales, la autorrealización o incluso la salud encabezan la lista de prioridades y esto hace que resulte más sencillo aceptar el propio cuerpo y sentirse conforme y satisfecho con él.
Los movimientos de aceptación corporal son prometedoramente positivos
Afortunadamente, ciertos movimientos, como el body positive, parecen ayudar a que la satisfacción corporal de las mujeres mejore. Esta corriente, que promueve la diversidad y la actitud compasiva y positiva hacia el propio cuerpo, ha cobrado auge en los últimos años y está logrando que cada vez más mujeres y niñas se valoren más allá de los estrechos estándares establecidos.
En suma, podemos decir que la satisfacción corporal se mantiene relativamente estable a lo largo de la vida, aunque puede presentar una ligera tendencia ascendente. La forma en que nos vemos condiciona nuestra capacidad para relacionarnos, nuestra autoestima y el éxito que obtenemos en la vida; por lo mismo, es fundamental que trabajemos y sanemos esa relación con nosotros mismos.
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