¿Seguridad o privacidad? qué hacer con nuestros hijos y las nuevas tecnologías
En la actualidad, vivimos en un mundo tan inmerso en las nuevas tecnologías que nuestros hijos -desde que son muy pequeños- tienen acceso a múltiples aparatos con los que estar conectados. Los teléfonos móviles, tablets u ordenadores disponen de conexión a la red, y con ella, pueden acceder a múltiples lugares potencialmente peligrosos. Así surge la gran pregunta, ¿cómo podemos pensar en su seguridad sin afectar a su privacidad?
Esta pregunta no tiene fácil respuesta, sobre todo si estamos tratando con un adolescente. Por ello, en vez de reglas, en muchas ocasiones el diálogo y la comprensión entre padres e hijos ayuda a tener unos límites más claros y consensuados que se acerquen al equilibrio entre la seguridad y la privacidad.
En España, ningún menor de 14 años puede tener un perfil propio en una red social sin el control explícito de sus padres. En la mayoría de países europeos el límite son 13 años. Los padres deben poder supervisarlo hasta que cumplan esa edad o eso es algo que nos dice la ley. Pero, ¿qué ocurre cuando nuestros hijos son más mayores, aunque sigan siendo menores de edad?
La educación para un mundo virtual
La educación es la clave para un uso correcto de las redes, por ello, el papel de la familia en el uso de internet es muy importante. Sentarte con tus hijos y enseñarles a distinguir las prácticas correctas dentro de un mundo virtual debería de ser lo más común. Una guía que puedes seguir para educar en la seguridad en la red a tus hijos sin minar su privacidad podría ser la siguiente:
- Aconseja no dar información personal en chats: en estos medios es bueno que no se identifiquen ni den datos personales ni de su familia ante desconocidos. Tampoco es bueno que usen o manden fotos personales. Para ello cuéntale que todos podemos mentir a través de un ordenador y engañarlos para obtener información.
- Las contraseñas son privadas: una contraseña jamás debe compartirse con alguien, ni siquiera con una persona que diga que trabaja para la compañía que provee el servicio de Internet. Si tu hijo es un adolescente, dile que tiene derecho a mantener las contraseñas privadas ante sus parejas. El que el otro quiera saberlas es control, no amor.
- Diles que no respondan nunca a amenazas o insultos ni que ellos mismos los utilicen: este punto es esencial en la prevención del cyberbullying. Todos tenemos derecho a ser respetados, aunque opinemos de manera distinta a los demás. Es educación en valores que fomenta, además, la seguridad.
- Establece reglas sobre el uso de internet: pero estas reglas deben de ser razonables y dialogadas, sobre todo con adolescentes. Poner un horario y un tiempo límite de uso de las redes es una práctica muy sana.
- El uso de internet es una actividad familiar: por lo que debe de situarse el ordenador en una sala común. Por si se necesitase el uso de internet para tareas académicas, es conveniente que en este lugar pueda existir cierto silencio.
- Enseña el uso correcto de otros aparatos electrónicos más privados: si tus hijos cuentan con teléfono móvil y/o tablet, está claro que el control de su seguridad y sus horarios de uso se hace más complicado. Durante las horas de sueño, al menos, no necesitan ningún aparato en su cuarto. Para el resto del tiempo, enséñale buenas prácticas y dile que no todo lo que lee en la red es cierto, las personas en la red no necesariamente son lo que aparentan ser.
- Utiliza en control parental: existen diversas aplicaciones que utilizan un control parental para vetar ciertas páginas web como aquellas que tienen contenido pornográfico.
El respeto a la privacidad sin el menoscabo de la seguridad
Al igual que cuando nuestros hijos salen de casa no podemos saber a ciencia cierta todos y cada uno de los pasos que dan, en internet tampoco. Existe el rastro del historial de navegación, pero su revisión puede atentar contra su privacidad, además de ser muy fácil de borrar.
El establecimiento de una relación de confianza con tus hijos, en estos casos, es esencial. Confía en ellos y en la educación que les has dado. Pero también, y por si fuese necesario, hazles saber que, si algún día tienen algún problema, tanto en las redes como fuera, siempre pueden recurrir a vosotros y que ante todo primará su seguridad por encima de los castigos si han hecho algo mal.
Si les has enseñado que las apariencias engañan y que, con las nuevas tecnologías, al igual que en los cuentos que leían de niños, los malos pueden fingir lo que no son, confíe en sus hijos. Con estos consejos estarán seguros en las redes a la vez que se respeta su privacidad.