Si en soledad te sientes sola, estás en mala compañía

Parte de mejorar la autoestima y conseguir el tan anhelado amor propio, es necesario aprender a vivir con uno mismo y esto implica aprender a vivir con la soledad.
Si en soledad te sientes sola, estás en mala compañía
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 07 noviembre, 2024

Últimamente me siento un poco sola, aunque tenga alrededor personas que cualquiera quisiera tener al lado. Me siento sola y no alcanzo a comprender del todo el por qué. Por otro lado, cuando estoy en mi habitación y no hay nadie que tape mi propio ruido es también cuando más soledad siento.

Sé que eso me hace estar en mala compañía. Me siento sola al estar sola y es terrible: no quiero escuchar lo que tengo que decirme y tengo la sensación de ser la persona más triste del mundo. Además, es tan profundo el pánico que le tengo al silencio que lo evito constantemente porque en él me veo desprotegida y vulnerable.

Hay mucha gente que ha experimentado esto y puede que tú estés pasando por ello en estos momentos. Es normal y no tienes que avergonzarte: resulta tan sencillo llenarse de vacío y a todos nos da pavor la posibilidad de que llegue a nuestra vida.

La soledad no siempre es mala

A menudo, cuando una ve aparecer la sombra de la soledad, se observa disfrazándola para que no emerjan los huecos. O se aísla en su melancolía. En ese estado solo se recibe dolor y se olvida, un poco o un mucho, de quién se es realmente.

El primer paso indispensable para combatir ese malestar tan terrorífico, de tan mala cara y que impide disfrutar de lo que se tiene, es afrontarlo y aceptarlo. Sí, hay que ponerle nombre siempre a lo que nos pasa, así se le puede otorgar un lugar y actuar sobre ella cuando actúe como peso y no como una ayuda.

“Sentirse solo no es lo mismo que estar solo:

estar solo puede ser una experiencia que disfrutes,

que necesites a ratos para recuperar fuerzas o hacer algo creativo…

Pero sentirse solo y aislado es dañino para las personas;

te vuelves menos creativo, menos inteligente, padece tu salud”

-Elsa Punset-

La soledad no tiene por qué ser mala. Convencerte de esa afirmación es el siguiente movimiento: se trata de reconocer que la indefensión es solo un espejismo de un corazón que necesita voluntad. Es decir, estar sola puede convertirse en una gran oportunidad: pasear, viajar, leer, meditar… Quizá sea la forma más valiente de descubrirse y empezar a quererse, pues no se puede esperar que los demás arropen cuando una no es capaz de arroparse a sí misma.

En la soledad una descubre que no está sola

La soledad puede ser el abrazo más anhelado y está al alcance de cada uno. Los instantes de silencio son capaces de dar miedo, pero también de purificar, tranquilizar y reconfortar. La soledad que da felicidad es aquella que encuentra y acoge para que conseguir que seamos nuestra mejor compañía.

Nunca se está solo si no se permite. Una nace para relacionarse con los demás y, por ende, para compartir su vida con aquellos a los que tiene emocionalmente más cerca. Sin embargo, ¿no es verdad que la persona más cercana que tengo soy yo? ¿Por qué quiero rechazar eso? 

“Nunca estoy completamente solo, siempre estoy conmigo mismo”

-Anónimo-

Hay una certeza en todo esto. Y es que, al nacer, ya se es un corazón que late y que no podrá negarse a estar consigo mismo. ¿Por qué no hacerlo más fácil?, ¿por qué no aprovechar la ocasión de que disfrute de la vida? La mejor manera de aguantar la soledad es recibiéndola para fortalecer el vínculo que nos une con nuestra esencia.

Quiero estar sola con alguien que también quiera estarlo

No se estamos solos siempre que se podamos gritar que aún queda algo que nos identifica, que nos muestra que merece la pena luchar. No solo nos tenemos es que, aunque el sentimiento nos ciegue, sabemos que hay personas alrededor que merecen la entrega.

“La soledad es buena pero necesitas a alguien que te diga que la soledad es buena”

-Honoré de Balzac-

Es posible pensar que está tu familia, tu mujer, tu marido, tus hijos e incluso que hay amigos, pero te sientes sola. Estamos en una sociedad que cada vez se comunica más por tecnología y que exige más tiempo para el trabajo y menos para las relaciones personales. Sin embargo, eso no significa que no nos quieran, que no estén ahí.

En este caso quizá tu dependencia esté colaborando con la soledad para hacerte sentir así: quizá sea bueno que busques libertad, espacios, aficiones, etc., en lo que te sientas completa sin necesidad de compartirlo.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.