Tomates verdes fritos, una película con grandes reflexiones

Tomates verdes fritos es una película en la que se reivindican los derechos de la mujer.

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Escrito por Francisco Jimenez Criado

Última actualización: 10 octubre, 2022

El cine se consolida como una de las artes comunicativas. Así se puede comprobar en Tomates verdes fritos, una película que suele marcar a aquellos que dedican un ratito a verla.

Podemos tener muchos motivos para considerar que una película es buena; una de esas referencias suele ser el mensaje que trasmite. Son muchas las proyecciones que han dejado huella en este sentido, siendo Tomates verdes fritos una de las películas que ocupan un lugar de honor en la lista.

Contexto de la película

El director es Jon Avnet y se basa en la novela de Fannie Flagg titulada Fried Green Tomatoes at the Whistle Stop Cafe. En ella participan actrices de la talla de Kathy Bates, Jessica Tandy, Mary Stuart y Mary-Louise Parker. Respecto al género, se enmarcaría dentro de la comedia dramática.

Tomates verdes fritos es la historia de un asesinato y de lo que se produce a continuación. En este marco narrativo, la cinta toca temas como la violencia de género, las relaciones homosexuales, la gerontofobia o el feminismo.

Al fin y al cabo, son temáticas que resultan interesantes y que convierten a esta película en un icono del cine, según Claude Beylie.

Reflexiones que se presentan en Tomates verdes fritos

La presentación de la película es agradable; en las primeras escenas, la amistad femenina adquiere protagonismo. Veamos algunos aspectos importantes del argumento:

• El marco social en el que se desarrolla la historia es la Gran Depresión en Estados Unidos. Evelyn es una mujer que, en realidad, no se siente útil, no recibe la atención de su marido y experimenta sensación de vacío con la comida. Por contra, demuestra ser una persona con carácter y que quiere sacar de su interior la fuerza que le ayude a salir adelante.
• Se hace un alegato a la amistad. Así se puede percibir en el vínculo que establece Evelyn con una anciana, Ninny. Con ella comprende que la vida es todo un abanico de posibilidades. Siente que es el momento de dejar los lamentos a un lado y buscar un cambio.
• La ambigüedad de las historias deja mucho margen para la interpretación del espectador, de manera que pueda construir, en cierta medida, su propia película.

Una película que te hace pensar

Tras visualizar Tomates verdes fritos surgen diferentes pensamientos y debates respecto a asuntos sociales. Es importante señalar que algunas frases que se dicen se convierten en mensajes para recapacitar. Una que resulta trascendental es “un corazón puede estar roto, pero aun así sigue latiendo”. Es decir, que a pesar de los hachazos emocionales que a veces padecemos, es cuestión de que pase el tiempo y logremos curar las heridas.

En otro momento de la película, Evelyn dice lo siguiente: “yo nunca me enfado porque me dijeron que era de mala educación. Pero hoy me he enfadado, y ha sido maravilloso”. Unas palabras que demuestran la importancia de las emociones de valencia negativa, lo que significa para nosotros darnos el permiso para movernos en todo el espectro emocional. Además, son toda una defensa de la libertad frente al estereotipo de mujer servicial y abnegada.

Mujeres y feminismo

Si hacemos un balance general de los temas que se abordan y las reflexiones que se plantean, podríamos extraer las siguientes conclusiones. Por un lado, la amistad y la solidaridad entre las mujeres es la base de la película, algo que ayuda a crecer como personas, tal y como señala el psicólogo Mahzad Hojjat.

A su vez, intenta ser un reflejo de la situación de muchas mujeres en los años 30 al norte del continente americano, del mismo modo que se tocan cuestiones como el racismo, el machismo y la violencia de género.

Tomates verdes fritos ha tenido una gran acogida por tratar con honestidad temas que siguen siendo actuales.