Yoga y depresión: ¿cuál es su relación?

El yoga es una práctica que, además de traer beneficios para la salud física, también aporta al bienestar emocional, sirviendo como apoyo en los procesos de terapia.
Yoga y depresión: ¿cuál es su relación?
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Escrito por Sara Clemente

Última actualización: 31 mayo, 2024

La relación entre yoga y depresión puede ser difícil de entender. Sobre todo teniendo en cuenta que uno de los principales síntomas de este trastorno es la apatía por casi todo tipo de actividades. Sin embargo, la práctica de esta disciplina ofrece, a quienes padecen depresión, múltiples beneficios.

Tras el diagnóstico de este trastorno, suele establecerse una combinación de tratamiento psicológico y farmacológico. No obstante, su alta prevalencia y comorbilidad con otros trastornos y los posibles efectos secundarios que pueden causar algunos fármacos antidepresivos, han originado el auge de terapias complementarias, como el yoga.

¿Qué es la depresión?

La depresión es un trastorno del estado de ánimo que presenta síntomas predominantemente afectivos. Asimismo, se caracteriza por la presencia de otras alteraciones a nivel cognitivo y somático. Es, por tanto, una alteración cuya afectación es tanto psíquica como física, aunque influye especialmente en la esfera emocional.

Mujer con depresión

Los síntomas de la depresión mayor, dependiendo del plano en el que se manifiesten pueden ser, entre otros:

  • Afectivos: anhedonia, irritabilidad, sensación subjetiva de malestar, desesperanza, sentimiento de inutilidad o culpa, disminución del interés o el placer por la mayoría de actividades y pensamientos de muerte recurrentes.
  • Cognitivos: disminución de la capacidad de concentración y toma de decisiones.
  • Somáticos: pérdida o aumento de peso sin hacer dieta, insomnio o hipersomnia, agitación o retraso psicomotor y fatiga o pérdida de energía.

Este trastorno puede variar según la intensidad, la frecuencia con la que se manifiestan los síntomas y su afectación a la esfera social, laboral o familiar del paciente.  Además, puede ser transitoria o permanente y provocar una incapacidad parcial o total.

¿Cómo afecta la depresión químicamente a nuestro cerebro?

Como vemos, una persona deprimida tiene un grado de afectación global en su organismo. No solamente se manifiesta en su baja autoestima o en un cansancio crónico, sino que incluso puede llegar a producirse el suicidio.

A nivel químico, este grave trastorno altera numerosos tipos de neurotransmisores, que ayudan a que las neuronas del cerebro se comuniquen entre sí:

  • Norepinefrina: es una hormona que responde ante el estrés, es decir, prepara al cuerpo para hacer frente a una situación amenazante. Estar constantemente en una actitud de lucha hace que se reduzca el sistema inmunológico, aumente el riesgo de padecer cáncer y aparezcan trastornos como la depresión o la ansiedad.
  • Dopamina: su déficit está relacionado con apatía, fatiga, cambios de humor, aburrimiento crónico. Asimismo, reduce la sensación de recompensa y placer.
  • Serotonina: su disminución puede precipitar una depresión. Provoca desánimo, pérdida de apetito y sueño, alteraciones de la temperatura corporal y del comportamiento social.

¿Qué aporta el yoga?

Ahora que ya sabemos cómo actúa la depresión, apreciaremos mejor los beneficios del yoga en relación con este trastorno. Su práctica es mucho más que un mero ejercicio físico, ya que involucra también al estado mental y espiritual. De hecho, procede del término “yuj” que en sánscrito significa yugo o unión: armonía entre cuerpo, mente y espíritu. ¿Intuís ya la relación entre yoga y depresión?

Practicar yoga nos ayuda a conocernos mejor, tanto mental como corporalmente. Nos permite explorar rincones de lo más profundo de nuestro ser. Todo ello mediante el aprendizaje de posturas (asanas), respiraciones y mantras (sonidos y palabras).

“Mi felicidad está en mí, no está fuera. Sólo yo tengo el poder a cada momento”.

-Tantra Yoga-

Mujer practicando yoga

Las personas somos multidimensionales. No somos meramente síntomas o pensamientos, sino el fruto de su interacción. Esta disciplina nos enseña a armonizar nuestras ideas, comportamientos, estados de ánimo, memoria y sistemas corporales. Así, podemos vivir en paz en el momento en el que estas dimensiones conecten entre ellas. Por lo que este equilibrio orgánico es el punto de unión entre yoga y depresión.

Yoga y depresión: sus beneficios

A nivel químico, esta práctica originaria de la India estimula la producción de proteínas, que son las sustancias encargadas de reparar las neuronas. Esto hace que aumente la neuroplasticidad, es decir, la capacidad de nuestro cerebro para formar y modificar conexiones neuronales según las experiencias que vivimos y el aprendizaje.

Además, hacer yoga regula los niveles de serotonina y  dopamina, aumenta el flujo sanguíneo cerebral y libera endorfinas. Todo ello contribuye a la mejora del estado de ánimo de forma natural.

Las diferentes asanas fortalecen nuestro sistema locomotor. Aumentan la flexibilidad de los músculos y los hace más fuertes, al igual que a los ligamentos, tendones y fascias.

Practicar yoga favorece un estado de relajación, el cual nos permite dormir mejor y más profundamente.

Practicar yoga mejora la sintomatología afectiva

Como hemos dicho, los síntomas predominantes en este trastorno son de corte afectivo. La buena noticia es que el yoga puede actuar directamente sobre ellos. Disminuye su intensidad y, con ello, proporciona efectos inmediatos.

  • Favorece un estado de relajación y tranquilidad: la realización de ciertas asanas transfiere una sensación placentera y de bienestar al cuerpo. Estimula distintas partes del mismo y contribuye a mejorar el estado de ánimo.
  • Combate el estrés y la ansiedad: la respiración pausada y profunda de estos ejercicios ayuda a alcanzar la paz mental y emocional. La meditación y la concentración en las distintas partes del cuerpo permite reducir los niveles de estrés y de ansiedad. Esto, a su vez, aplaca inflamaciones y fortalece el sistema inmunológico.
  • Facilita la conexión con el interior: el yoga permite que cambiemos los pensamientos negativos por otros más positivos y que además, seamos capaces de controlar las emociones más difíciles y complejas. De este modo, la irritabilidad disminuye, al igual que la sensación de desesperanza y apatía.
Mujer haciendo una asana para demostrar la relación entre yoga y depresión

Estas son algunas de las razones por las que el yoga se ha convertido en una auténtica práctica integral contra la depresión y otro tipo de trastornos. Así,  yoga y depresión están relacionados. Aunque, como hemos visto, existen muchos beneficios conviene tener cautela y no atribuir únicamente al yoga la mejora o cura de la depresión. Ya que esta disciplina no puede reemplazar los tratamientos farmacológicos ni psicológicos. El yoga ejerce como coadyuvante de ambos.

 


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