9 claves para aprender a valorarse
Seguramente has escuchado miles de veces que es necesario aprender a valorarse. Si las circunstancias de tu vida han sido favorables, probablemente no tienes problemas ni para darte ese valor, ni para comprender cómo se manifiesta esto en la práctica. Pero si, en cambio, has pasado por experiencias que te han hecho dudar de tu valía, quizás no sabes qué hacer para revertir esto.
Aprender a valorarse significa encontrar la vía para ver, asimilar e incorporar la idea de que eres un ser humano que merece tanto como cualquier otro. Que no estás por debajo de nadie, en términos de valor, y que eres tan capaz como los demás de conseguir lo que te propones. Así mismo, que no necesitas de mecanismos y estrategias para ocultarte, defenderte o confrontarte con los otros para proteger tu valía.
“Tú mismo, así como cualquier otro en el universo entero, mereces tu amor y afecto”.
-Buda-
No es nada fácil transitar desde una autoestima pobre a una fortalecida. Demanda tiempo, esfuerzo y paciencia. Lo bueno es que sí puede lograrse. De lo que se trata es de reparar algunos aspectos para que la falta de autovaloración no entorpezca nuestra vida, por lo que aquí tienes algunas claves para aprender a valorarte más. No te lo pierdas.
1. Ser uno mismo: una clave para aprender a valorarse
La frase “sé tú mismo” no es nada original, porque ¿cómo se logra? ¿Cómo podemos conectar con nuestro interior para mostrarnos tal y como somos? Lo que buscamos no es darte una fórmula mágica, ni engañarte creando falsos optimismos. En realidad, ser uno mismo no es nada fácil , sobre todo cuando se han vivido experiencias en las que la única forma de sobrevivir ha sido precisamente la de dejar de ser uno mismo. Los entornos muy restrictivos buscan eso: quebrar nuestra voluntad de ser.
Cuando, por ejemplo, se ha crecido o se ha estado mucho tiempo en un ambiente que es excesivamente crítico, no es fácil cultivar la autoconfianza. Tampoco, por supuesto, aprender a valorarse. Todo lo contrario. Lo que tienes metido en tu cabeza es que lo que eres no vale o vale poco. Por eso hay que negarlo o minimizarlo.
La única manera de comenzar a ser uno mismo es dejándose ser. Dicho de otro modo: ayuda mucho dejar de pensar tanto antes de actuar. Ya tienes instalado el chip que te dice: “espera, no hagas” o “espera, no hables”. Así que lo indicado es no hacerle caso a esa vocecita. Tomar el riesgo de hacer las cosas sin meditar tanto. De hablar dejando que fluya todo como va llegando. Comienza por situaciones poco comprometedoras y avanza. No se logra nada si no eres constante en esto.
Ser uno mismo también pasa por el proceso de autoaceptación, el reconocimiento pleno y sincero de nuestras virtudes, nuestros defectos, nuestras particularidades. Aprende a aceptarnos tal cual somos nos hará más fácil tomar la iniciativa, ser más espontáneos y, sobre todo, tratarnos de formas más amables y amorosas.
2. Enfrenta tus miedos, sobre todo el miedo al fracaso
El fracaso es un concepto sobredimensionado, especialmente entre quienes no saben cómo aprender a valorarse. Si lo miramos con detenimiento, todos los seres humanos contamos por miles las equivocaciones y solo podemos jactarnos de unos cuantos aciertos trascendentales.
El error y el fracaso son el pan de cada día. Hay tanta obsesión por el éxito en la actualidad, que muchos terminan desarrollando pánico frente al fracaso. Se olvidan de que solamente de forma excepcional y muy extraña, un gran triunfo no está precedido de incontables intentos fallidos.
Si te dejas invadir por los miedos, en especial por el miedo a fracasar, es imposible aprender a valorarse. Cuando uno debe destacar sus más grandes virtudes es precisamente en el fracaso, no en los momentos de éxito.
Debemos empezar a pensar en el fracaso como una oportunidad para aprender. ¿En qué hemos fallado? ¿Por qué ha salido mejor? ¿En qué podemos mejorar? Así pues, el concepto de fracaso bien integrado conlleva la otra cara de la moneda, la del aprendizaje. La famosa fórmula de ensayo-error gracias a la cual avanza la ciencia y el conocimiento.
Superar tus miedos te ayudará a ver todo tu potencial, a salir de tu zona de confort, a tomar riesgos y a sorprenderte con todas las cosas que pueden pasar cuando dejas atrás tus ataduras.
3. Acepta los límites, sin quejas
Nada mejor para aprender a valorarse que ser humilde. La humildad no es agachar la cabeza frente a todo, sino entender lo vulnerable de la condición humana. También aceptar que somos parte de esa humanidad, llena de errores, carencias y vacíos. Si tenemos un amor propio fuerte, esto no nos asusta, ni nos hace sentir inferiores.
Los límites personales y los límites que impone la realidad existen. Nadie escapa a ellos. Renegar de estos o de las dificultades que siempre aparecen en el logro de nuestros propósitos es una actitud que refleja un narcisismo exagerado. ¿Por qué la realidad iba a darnos un lugar especial en sus planes de modo que tengamos el camino fácil para lograr lo que queremos?
Ese narcisismo no es valorarse en exceso. Más bien es valorarse falsamente. El narcisismo es mirarse desde fuera y querer admirar lo que se ve. El amor propio es validar desde dentro, todo lo que somos. Las mejores facetas y las demás también. No está relacionado con cómo se ve uno desde fuera, sino con cómo se siente uno desde dentro.
Aprender a valorarse es una tarea que todos deberíamos emprender. No es una consigna que está de moda. Buena parte de nuestro bienestar nace de ese sentimiento de autoaprobación. Si la valoración propia falla, es hora de hacer un alto y reorientar el camino.
4. Cuida de tu cuerpo
La salud física y la mental están muy relacionadas. La dieta, las horas de sueño y el ejercicio regular te mantendrán de buen humor, lo que facilita, a su vez, que te sea más sencillo formar buenas opiniones de tu persona. Cuidarte es básico para tener un buen funcionamiento cognitivo y emocional.
5. Trabaja en tus proyectos
No importa si los vas a presentar al mundo o son solo para ti. Da igual si llegan a buen término o fracasan. Trabajar en algo que sale de tu mente te obliga a estar en activo, a fortalecer tu mente y a conocerte mejor. Aprenderás sobre tus defectos y sobre tus virtudes.
Así, tus propios límites se vuelven visibles, y lo que es más importante, aceptables.
6. Aprende a no sabotearte
Muchas veces, las conductas que nos conducen al fracaso son voluntarias, pero también inconscientes. Prestar demasiada atención a los propios fallos, dar los esfuerzos por fracasados o el simple pesimismo muchas veces lastran la voluntad para resolver problemas y alcanzar metas.
Por eso, dedica un tiempo cada día a identificar esos pensamientos y a sustituirlos por mensajes de apoyo a tu propia persona y a tus logros. Es un camino largo, pero no dudes de que el resultado es útil y validante.
7. Rodéate de personas que te valoren.
Aprender a valorarse no depende únicamente de uno mismo, aunque sea una acción que deba nacer del interior del sujeto y no de los demás. Aun así, no se puede negar el efecto de los demás en la autoestima.
De nada vale luchar para aprender a amarse correctamente si desde los círculos sociales no llegan más que desmotivaciones y críticas destructivas. Por eso, una de las acciones que quizá tengas que llevar a cabo es una revisión de tus círculos y limpiarlos.
8. Cuidado con los celos
La comparación con los demás (y en especial cuando hay redes sociales por medio) es una de las actividades que más pueden destruir la autoestima. Siempre va a haber alguien que lo haga mejor que tú, así que céntrate en ti y no en los demás. Así es como se alcanzan los verdaderos logros.
9. Acude a terapia
La ayuda de un profesional puede volverse imprescindible cuando los problemas de autoestima impiden desarrollar la actividad normal, interfieren con la felicidad o en el alcance de metas. Por eso, nunca dudes en acudir a consulta, pues allí te dotarán de recursos para aprender a valorarse.
Pelar la cebolla
Cuando pelamos una cebolla ocurren dos cosas: nunca sabemos hasta qué capa quitar y también “lloramos”. Los condicionamientos externos que hemos recibido a lo largo de nuestra vida son esas capas de cebolla que vamos quitando. “No lo vas a conseguir”, “no creo que sirvas para estudiar lo que quieres”, “nunca llegarás a ser buen profesional”… Afirmaciones que escuchamos desde pequeños y las instalamos en nuestra mente y tomamos como ciertas.
“Escuchar y entender nuestros sufrimientos internos, resolverán la mayoría de problemas que encontramos”.
-Thich Nhat Hanh-
A medida que alejamos estos condicionamientos vamos profundizando más en nuestro auténtico yo y nos percatamos que nuestra propia infravaloración es aprendida. Abrimos los ojos ante algo que hasta ahora no habíamos visto. Sin embargo, esto no siempre es fácil. Depende de cara persona. Hay quien siente una gran liberación. Otros deben recorrer un camino lleno de altibajos y no están exentos de sufrimiento y llanto.
Así pues, para aprender a valorarnos es fundamental liberarnos de las etiquetas inconscientes que nos han impuesto durante tantos años. Etiquetas que hemos llegado a creernos. Nos hemos identificado tanto con ellas que hemos actuado en consecuencia limitando nuestro potencial. Dejemos atrás todas nuestras limitaciones y empecemos a ver quiénes somos realmente.
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- Orth, U., & Robins, R. W. (2014). The development of self-esteem. Current directions in psychological science, 23(5), 381-387.
- Forth, A., Sezlik, S., Lee, S., Ritchie, M., Logan, J., & Ellingwood, H. (2021). Toxic relationships: The experiences and effects of psychopathy in romantic relationships. International journal of offender therapy and comparative criminology, 0306624X211049187.