5 formas de saber si eres una persona egoísta y cómo solucionarlo

5 formas de saber si eres una persona egoísta y cómo solucionarlo
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Última actualización: 20 julio, 2019

Los seres humanos estamos programados para mirar por nosotros mismos. Sin embargo, hay una gran diferencia entre mirar por uno mismo y ser egoísta o dejar sin valor a lo que los demás puedan sentir frente a nuestras acciones. Al final, es verdad que cada uno es responsable de sus sentimientos, pero no es menos cierto que también hay muchas formas de maltratarlos o sabotearlos.

Pensar en uno mismo no está reñido con la generosidad, el comportamiento desinteresado o la solidaridad. De hecho, en la sociedad en la que vivimos hoy, es posible cosechar muchos beneficios siendo altruistas y generosos. Beneficios que además son intrínsecos, de manera que mantendrán nuestra motivación.

Vivir pensando que hay que ser egoísta porque la gente o la sociedad son egoístas crea una enorme inseguridad, como si la única salida posible fuera pasar por encima de los demás. Sin embargo, optar por una vida más generosa, más interesada en los demás y menos individualista es la mejor manera de atraer a las oportunidades.

Cómo saber si eres una persona egoísta

Los seres humanos somos egoístas por naturaleza, ya que el egoísmo surgió de una necesidad de supervivencia. Sin embargo, la compasión también nació por el mismo motivo. Al fin y al cabo, los seres humanos, como una especie, probablemente no hubiéramos sobrevivido sin nuestra capacidad para formar sociedades.

En este sentido es necesario redefinir el egoísmo o, al menos, hacer una interpretación de lo que es socialmente aceptable o inaceptable para encontrar el equilibrio entre nuestros intereses particulares y los de la sociedad en la que vivimos.

Manos con un dedo señalando

¿Tienes problemas para entender los beneficios de ser generoso?

Realmente, pensar en el bien de todos o en el bien del prójimo es también una acción en cierto modo egoísta, puesto que, al menos en teoría, lo que es bueno para el grupo o para el otro también beneficia al individuo. Es más, solo el hecho de hacer algo bueno por los demás ya tiene beneficios para quien lo hace.

Una persona egoísta no es capaz de ver las ventajas de ceder ante los demás o de compartir su tiempo, su conocimiento o sus recursos. Las personas egoístas piensan que solo lo que les beneficia a ellos es realmente beneficio o, pero aún, que es mejor un beneficio pequeño pero propio que grande si es compartido.

¿Te pones nervioso cuando no tienes el control?

Ser capaz de mantener el control es algo positivo, pero, ¿qué ocurre cuando el control lo tiene otro?, ¿qué ocurre cuando dependes de otros?, ¿eres capaz de asumir positivamente que la responsabilidad es de otro, que debes respetar su decisión y someterte a ella?

Para una persona egoísta las aportaciones y las necesidades de los demás son menos importantes o valiosas que las propias, incluso las que tienen que ver con decisiones que afectan al otro en primer lugar.

Las personas egoístas necesitan controlarlo todo, tanto lo que les afecta directa como indirectamente. Esa ansiedad por el control les hace excesivamente críticos ante los demás y les mantiene dando vueltas mentalmente a cualquier cosa que pueda suponer compartir responsabilidad o perder algo de control.

Rostro de mujer con ansiedad

¿Tienes problemas para trabajar en grupo?

La colaboración requiere la capacidad de escuchar, de adquirir compromisos y aceptar las opiniones y propuestas de los demás. Esto está íntimamente relacionado con la obsesión por la pérdida de control que comentábamos en el punto anterior. En este sentido, la incapacidad para trabajar en equipo podría indicar un problema de egoísmo.

En la situación actual, la inteligencia colaborativa o inteligencia colectiva es esencial para cualquiera que se mueva en un entorno social. Por eso la colaboración es tan importante en todos los aspectos, desde el aprendizaje hasta la expansión empresarial.

No importa la diversidad de los patrones de pensamiento. Estamos siendo testigos de todo lo que podemos conseguir las personas si trabajamos juntas, si cada una aporta lo que puede y lo pone al servicio de los demás para que otros sigan explorando y ampliando conocimientos. Una persona egoísta no es capaz de ver esto, ya que piensa que lo que ganan otros es algo que pierde, cuando en realidad ganamos todos.

¿Te cuesta asumir la culpa?

Eludir la culpa es una excusa estandarizada para justificar algo que no ha salido bien. Sin embargo, más importante que la depuración de responsabilidades es la solución del problema. Detrás de una persona que no es capaz de asumir su parte de responsabilidad probablemente hay una persona egoísta que solo sabe pensar en evitar represalias o malas miradas.

Sin embargo, asumir la responsabilidad es en realidad muy liberador, tanto como lo es aceptar un error cometido por otros sin juzgarle ni humillarle por ello. Aceptar la responsabilidad sin cargar con el peso de la culpa es un gran acto de generosidad hacia uno mismo, una generosidad que se extiende a los demás cuando es necesario.

¿Sientes que nunca es suficiente y cada vez quieres más?

Para una persona que no está contenta con lo que ya tiene, su principal preocupación siempre será tener cada vez más, por lo que las necesidades de otras personas pasarán a un segundo plano. Una persona que no agradece lo que tiene se sentirá desafortunado y pobre y no será capaz de ver el valor de algunas cosas que, aun siendo insignificantes, son las que realmente necesita.

Mujer egoísta preocupada

Detrás de alguien superficial y materialista suele haber una persona egoísta, que solo siente interés por sus propia necesidades materiales y que, por lo tanto, desprecia y/o ignora las necesidades de otros, incluidas las espirituales.


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